lunes, 25 de mayo de 2015

Miguelina, ¿te has dado cuenta?? Increíble… Tienes que ver su rostro...



Como el chisme es tan común, no podía faltar en la vida de Rosa y sus amigas. Siempre dispuestas a “contarse cosas”.  Esta vez la conversación gira alrededor de temas poco úsuales en ellas pero de gran edificación espiritual. Escuchemos parte de la conversación.


Miguelina, a propósito, ¿has visto en estos días a Estelita? ¿Has visto su rostro?

                                                Nooo. No me digas que                                          
se hizo un facial,
 porque falta que le hace.

No, Miguelina, no es eso. Tienes que verla. Esta irreconocible.

Rosa, no me hables de su rostro… 
rostro duro, muestra un carácter explosivo…
 Ay no me hagas recordar el mal rato que paso 
Aidita en casa de Jorge.  Esa mujer sin nosotros  
saber porque, ha explotado y le ha dicho, 
¿que no le ha dicho? , delante de todos.
 Pobre Aidita, estaba roja como 
la escarlata y temblaba del mal  rato, claro está.

Si, recuerdo perfectamente. 
Si no hubiera sido por Arturo que 
se hizo cargo de la situación,
 yo creo que le hubiera
dado una paliza delante de todos. 
 Estaba fuera de sí…

Chica, que dices, ¿fuera de si? 
Pero si ella nunca ha estado en si, 
no tiene dominio propio… 
se enciende como un fósforo 
al primer desacuerdo que le haga.
 Quiere dominar. Su opinión es la única que vale. Es un caso.
Te confieso, Rosa, que me da una pena Arturo… 
ese hombre es un santo…
 Peroo… no te niego que a
 veces pienso que es “un gran tonto”.
 Rosa, chica, eso no se puede aguantar… 
No lo respeta para nada. Tiene ínfulas su esposa… 
Como le grita, no le importa 
quien este, ni quien le escuche…
 grita como desquiciada, como leona 
enjaulada con ataque de ferocidad.
 ¿Y los niños? Pobrecillos… 
aunque parece que se les ve muy indiferentes. 
 Sabias que no se les puede llamar la atención…
 Estelita no lo permiten… no importa lo mal 
que se comporten hay que mantener 
una sonrisa en los labios 
aunque te destruya la casa. 
No, chica, la educación se le ha esfumado.

No, Miguelina, ya no es así. 
Estelita es otra. Tienes que verla. Ver su rostro.

¿Cambiado? ¿Ver su rostro? 
Rostro amargado por el corazón 
soberbio que tiene. 
¿En un año que no nos vemos a cambiado?
  Rosa eso es un imposible.

Te cuento que ayer estuve
 con nuestra amiga Estelita.  Tienes que verla.

¿Estuviste con ella? ¿Para qué? 

Déjame contarte, amiga. 
Ayer fui a la santa misa, con padre Tito.

¿A la Santa Misa? 
¿Estelita estaba día de semana?  
Eso si es un milagro.

Te cuento. Después de la Misa, 
Padre Tito, nos llamo para pedirnos 
que le ayudáramos
 para organizar la actividad del sábado. 
Tú sabes.

No, no sé.
 Yo no voy a misa, 
ni hablo con el padre.

Eso hay que corregirlo. 
Bueno pues te cuento.
 Luego de la reunión con el Padre Tito, 
nos fuimos las dos a tomarnos un café 
en la cafetería de la esquina.
  Allí nos estuvimos casi dos horas, 
causándole a Pedro un disgusto
 que para que te cuento. 
Teníamos que salir a unas diligencias y
 llegue muy tarde. Pero eso es otro cuento.

Anda mujer cuéntame que me tienes
 en ascuas. ¿Qué paso? 
¿De qué hablaron?
 ¿Y el rostro? 
¿Qué se hizo en el rostro?

Si hubieras estado, te hubieras quedado
 anonadada como yo…
 está irreconocible… 
Su rostro está lleno de bondad y ternura.

Nooo… no te puedo creer… 
a que se hizo cirugía plástica.

No. Estelita lleva tiempo participando 
de la Santa Misa diaria.  Un año completo de gracias y bendiciones.
 No ha sido fácil, claro que no, pero ella se decidió a  darle una oportunidad a Dios. Dios quería convertirla en hermosa joya… y Estelita que se sabía desgraciada e infelices los suyos por su causa. Hizo un alto en su vida. Quiso seguir a Dios hasta conseguir esa transformación que Dios le prometía si se entregaba totalmente a Él. Dios cumplió su promesa… Ella es otra, totalmente otra… irreconocible… 
Tienes que verla.  Te cuento…
Confiesa una vez a la semana. Adora el Santísimo
 dos veces en la semana. Tiene dirección 
espiritual una vez al mes. 
Lleva una agenda espiritual. Y lee la Palabra Divina.

¿En serio? 
¿Todo eso? Y ¿con que tiempo?

Fácil… Cuando deja los nenes 
en la escuela. Arturo se va a
 su trabajo y ella se va a la misa diaria.

¿Y su negocio? ¿Y los quehaceres de la casa?
 ¿Y los niños?  No, no entiendo.

Ella tiene todo bajo control.
 Cumple a cabalidad con 
sus compromisos y deberes diarios y 
familiares, y cultiva la vida espiritual 
bajo la supervisión del director, claro está, el padre Tito.

No, lo creo… tengo que verla.

Pues, si, amiga mía, si… 
Con decirte que emana, de su interior, 
una paz envidiable. Tiene un rostro
 lleno de ternura y bondad.
 La alegría se desborda en ella. 
Una mirada transparente como el agua…
 da gusto estar a su lado…
 Mira si es verdad que llegue tarde a casa y 
Pedro estaba desesperado.
 Para colmo deje el celular y
 no había forma de que se comunicara conmigo.

¿Y Arturo? ¿Y los nenes? 

Pues te diré que Arturo rejuveneció…
 está lleno de entusiasmo y vitalidad. 
Se le han quitado todos los achaques que tenia.
 Esta supercontento. 
Me decía que Estelita, desde que participa
de la Santa Misa diaria, ha domado su carácter… es otra. 
Y los nenes han cambiado, ya no 
son tan malcriados ni traviesos.
 Si los hubieras visto tan tranquilos, 
sentados, esperando por su mami en el carro.

¿Pero es que los has visto?

Si, Arturo y los nenes, vinieron a recoger a
 Estelita, porque tenían una 
actividad familiar. Iban
 al parque y luego a comer mantecados.

Oh, se iban a reunir con otras familias…
 ¿Y el carro de Estelita? 

No, la actividad era de ellos 
solamente. Ellos cinco hicieron 
planes de ir al parque y luego
 a la heladería a comer mantecado… 
Terminaban  cenando en casa 
de la suegra de Estelita. 
Oh, lo dejaban en casa de la suegra, 
luego lo recogía, cuando terminara la actividad familiar.

¿Nooo?  ¿Estelita iba a cenar a 
casa de su suegra? Ahora sí,
 creo se dio un milagro y de los grandes.  
Si ellas no se hablaban ni se visitaban…
 enemigas a muerte. Dios mío, que grande eres.

Bueno, eso era antes… ahora Estelita 
la llama “mamá” y la suegra le dice  “hija”… 
Como dice Jesús, < ¿por tan poca cosa crees? 
Veras cosas mayores. >

Pero dime Rosa, que hizo Estelita para
 que se diera ese milagro tan grande.

Miguelina…que bueno que me preguntas... pues mira,
 ella  simplemente ir a misa diaria… 
y claro comulgar diariamente…
 Dios hace el resto… Ella tomo en serio a Dios y Dios 
la tomo en serio.  Son los frutos de la misa diaria.
A propósito tú más que nadie deberías ir también. 
Mira tu problema con tu hijo menor… 
ahí a los pies de Jesús en la Santa Misa, puedes pedir por él.
  También puedes comulgar por el…
 Y veras milagros mayores que los de Estelita.

No está mal la invitación… voy a pensarlo. 
Juancho me lleva por la calle de la amargura. 
Esa pereza que tiene. No hay forma de
 que entienda que la vida es para gastar
la viviéndola, trabajando, estudiando.

Anímate, yo voy todos los días, puedo
 pasar por ti y vamos juntas.
 Pero eso sí, sin prisa por el milagro. 
Es en el tiempo de Dios.
 Además tú tienes que cambiar y tomar muy en serio
 tu vida espiritual. No es una farmacia 
donde pides la medicina, la tomas y luego te 
olvidas de ella. No, Dios no es para tomarlo así.
 Es para un cambio radical, consciente y perseverante. 
Vamos anímate… vamos juntas y nos encontramos con Estelita…

Pues pensándolo bien… acepto tu propuesta espiritual. 
Desde mañana empezamos… y que se prepare 
la familia porque si me empieza a gustar 
eso de ir todos los días a misa, que
 ya la idea me está gustando, no tendrá 
a mami hasta las nueve de la mañana…
 porque yo me voy con mi Señor 
a su santa misa.  ¿A qué hora es?

A las 7am. Después podemos pasar
 y estarnos unos minutos con Jesús en el Sagrario.

Ah, muy bien… me gusta la idea…
 ahí le voy a llevar todas las ideas 
que tengo para la familia a ver 
como Jesús lo ve… 
Quizás Él tenga otras ideas mejores y me las da.



Riiiiiing Riiiiing …  el celular suena… es Estelita que llama a Rosa para encontrarse mañana en la Santa Misa. Quiere invitarla a desayunar en la cafetería de la esquina, luego de misa.  La noticia ha calado en un ambiente de entusiasmo y alegría. Miguelina se les une… de mañana en adelante hay una nueva almita decidida a entregarse al Señor de por vida, por el bien de su familia y por el bienestar propio…
  
Recordemos que los frutos de la Santa Misa diaria, vivida con atención, devoción, esperanza, fe y derroche de amor y adoración a Jesús sacramentado no se hacen esperar. Lo primero que regala Dios es un rostro que cambia rejuveneciendo ante la cercanía de la Verdad absoluta que irradia en cada comunión;  un corazón que comienza a dilatarse ante los rayos intensos del Sol Eucarístico,  sanando heridas, adornándose en humildad y pureza;  una voluntad que inicia un proceso de fortaleza, una vida que comienza a cambiar por la esperanza, la confianza en la promesa divina.

Cuantas situaciones difíciles que podrían cambiar en su perspectiva… si participáramos de la Santa Misa diaria… la invitación está ahí… presente para todos… cada uno dará su respuesta… eso sí, que la respuesta convenza a Dios…

Desde la Soledad del Sagrario

1 comentario:

  1. Hago la aclaración al encontrar que la entrada terminada, presenta algunas oraciones y un párrafo completo cambiado de tamaño, haciéndose casi imposible de leer. No hay forma de arreglarlo, pues en la plantilla donde se escribe aparece perfectamente bien. Aun así he vuelto a escribirlo sin ningún resultado.

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