Como el chisme es tan común, no podía faltar en la vida de Rosa y sus amigas. Siempre dispuestas a “contarse cosas”. Esta vez la conversación gira alrededor de temas poco úsuales en ellas pero de gran edificación espiritual. Escuchemos parte de la conversación.
Miguelina, a propósito, ¿has visto en estos días a Estelita? ¿Has visto su
rostro?
Nooo. No me digas que
se hizo
un facial,
porque falta que le hace.
No, Miguelina, no es eso. Tienes que verla. Esta irreconocible.
Rosa, no me hables de su
rostro…
rostro duro, muestra un carácter explosivo…
Ay no me hagas recordar el
mal rato que paso
Aidita en casa de Jorge.
Esa mujer sin nosotros
saber
porque, ha explotado y le ha dicho,
¿que no le ha dicho? , delante de todos.
Pobre Aidita, estaba roja como
la escarlata y temblaba del mal rato, claro está.
Si, recuerdo perfectamente.
Si no hubiera sido por Arturo que
se hizo cargo
de la situación,
yo creo que le hubiera
dado una paliza delante de todos.
Estaba fuera de sí…
Chica, que dices, ¿fuera de si?
Pero si ella nunca ha estado en si,
no tiene dominio propio…
se enciende como
un fósforo
al primer desacuerdo que le haga.
Quiere dominar. Su opinión es la
única que vale. Es un caso.
Te confieso, Rosa, que me da
una pena Arturo…
ese hombre es un santo…
Peroo… no te niego que a
veces pienso
que es “un gran tonto”.
Rosa, chica, eso no se puede aguantar…
No lo respeta
para nada. Tiene ínfulas su esposa…
Como le grita, no le importa
quien este, ni
quien le escuche…
grita como desquiciada, como leona
enjaulada con ataque de
ferocidad.
¿Y los niños? Pobrecillos…
aunque parece que se les ve muy
indiferentes.
Sabias que no se les puede
llamar la atención…
Estelita no lo permiten… no importa lo mal
que se comporten
hay que mantener
una sonrisa en los labios
aunque te destruya la casa.
No,
chica, la educación se le ha esfumado.
No, Miguelina, ya no es así.
Estelita es otra. Tienes que verla. Ver su
rostro.
¿Cambiado? ¿Ver su rostro?
Rostro amargado por el corazón
soberbio que tiene.
¿En un año que no nos vemos a
cambiado?
Rosa eso es un imposible.
Te cuento que ayer estuve
con nuestra amiga Estelita. Tienes que verla.
¿Estuviste con ella? ¿Para qué?
Déjame contarte, amiga.
Ayer fui a la santa misa, con padre Tito.
¿A la Santa Misa?
¿Estelita
estaba día de semana?
Eso si es un
milagro.
Te cuento. Después de la Misa,
Padre Tito, nos llamo para pedirnos
que le ayudáramos
para organizar la actividad del sábado.
Tú sabes.
No, no sé.
Yo no voy a misa,
ni
hablo con el padre.
Eso hay que corregirlo.
Bueno pues te cuento.
Luego de la reunión con el
Padre Tito,
nos fuimos las dos a tomarnos un café
en la cafetería de la
esquina.
Allí nos estuvimos casi dos
horas,
causándole a Pedro un disgusto
que para que te cuento.
Teníamos que
salir a unas diligencias y
llegue muy tarde. Pero eso es otro cuento.
Anda mujer cuéntame que me
tienes
en ascuas. ¿Qué paso?
¿De qué hablaron?
¿Y el rostro?
¿Qué se hizo en el
rostro?
Si hubieras estado, te hubieras quedado
anonadada como yo…
está
irreconocible…
Su rostro está lleno de bondad y ternura.
Nooo… no te puedo creer…
a que
se hizo cirugía plástica.
No. Estelita lleva tiempo participando
de la Santa Misa diaria. Un año completo de gracias y bendiciones.
No ha sido fácil, claro que no, pero ella se decidió a darle una oportunidad a Dios. Dios quería convertirla en hermosa joya… y Estelita que se sabía desgraciada e infelices los suyos por su causa. Hizo un alto en su vida. Quiso seguir a Dios hasta conseguir esa transformación que Dios le prometía si se entregaba totalmente a Él. Dios cumplió su promesa… Ella es otra, totalmente otra… irreconocible…
Tienes que verla. Te cuento…
Confiesa una vez a la semana. Adora el Santísimo
No ha sido fácil, claro que no, pero ella se decidió a darle una oportunidad a Dios. Dios quería convertirla en hermosa joya… y Estelita que se sabía desgraciada e infelices los suyos por su causa. Hizo un alto en su vida. Quiso seguir a Dios hasta conseguir esa transformación que Dios le prometía si se entregaba totalmente a Él. Dios cumplió su promesa… Ella es otra, totalmente otra… irreconocible…
Tienes que verla. Te cuento…
Confiesa una vez a la semana. Adora el Santísimo
dos veces en la semana. Tiene dirección
espiritual una vez al mes.
Lleva una agenda espiritual. Y lee la Palabra
Divina.
¿En serio?
¿Todo eso? Y ¿con
que tiempo?
Fácil… Cuando deja los nenes
en la escuela. Arturo se va a
su trabajo y
ella se va a la misa diaria.
¿Y su negocio? ¿Y los
quehaceres de la casa?
¿Y los niños? No,
no entiendo.
Ella tiene todo bajo control.
Cumple a cabalidad con
sus compromisos y
deberes diarios y
familiares, y cultiva la vida espiritual
bajo la supervisión del
director, claro está, el padre Tito.
No, lo creo… tengo que verla.
Pues, si, amiga mía, si…
Con
decirte que emana, de su interior,
una paz envidiable. Tiene un rostro
lleno de
ternura y bondad.
La alegría se desborda en ella.
Una mirada transparente como
el agua…
da gusto estar a su lado…
Mira si es verdad que llegue tarde a casa y
Pedro estaba desesperado.
Para colmo deje el celular y
no había forma de que se
comunicara conmigo.
¿Y Arturo? ¿Y los nenes?
Pues te diré que Arturo rejuveneció…
está lleno de entusiasmo y vitalidad.
Se le han quitado todos los achaques que tenia.
Esta supercontento.
Me decía que
Estelita, desde que participa
de la Santa Misa diaria, ha domado su carácter…
es otra.
Y los nenes han cambiado, ya no
son tan malcriados ni traviesos.
Si
los hubieras visto tan tranquilos,
sentados, esperando por su mami en el carro.
¿Pero es que los has visto?
Si, Arturo y los nenes, vinieron a recoger a
Estelita, porque tenían una
actividad familiar. Iban
al parque y luego a comer mantecados.
Oh, se iban a reunir con otras
familias…
¿Y el carro de Estelita?
No, la actividad era de ellos
solamente. Ellos cinco hicieron
planes de ir
al parque y luego
a la heladería a comer mantecado…
Terminaban cenando en casa
de la suegra de Estelita.
Oh,
lo dejaban en casa de la suegra,
luego lo recogía, cuando terminara la
actividad familiar.
¿Nooo? ¿Estelita iba a cenar a
casa de su suegra?
Ahora sí,
creo se dio un milagro y de
los grandes.
Si ellas no se hablaban ni
se visitaban…
enemigas a muerte. Dios mío, que grande eres.
Bueno, eso era antes… ahora Estelita
la llama “mamá” y la suegra le
dice “hija”…
Como dice Jesús, < ¿por
tan poca cosa crees?
Veras cosas mayores. >
Pero dime Rosa, que hizo
Estelita para
que se diera ese milagro tan grande.
Miguelina…que bueno que me preguntas... pues mira,
ella simplemente ir a misa diaria…
ella simplemente ir a misa diaria…
y claro comulgar diariamente…
Dios
hace el resto… Ella tomo en serio a Dios y Dios
la tomo en serio. Son los frutos de la misa diaria.
A propósito tú más que nadie deberías ir también.
Mira tu problema con tu
hijo menor…
ahí a los pies de Jesús en la Santa Misa, puedes pedir por él.
También puedes comulgar por el…
Y veras milagros
mayores que los de Estelita.
No está mal la invitación… voy
a pensarlo.
Juancho me lleva por la calle de la amargura.
Esa pereza que tiene.
No hay forma de
que entienda que la vida es para gastar
la viviéndola, trabajando,
estudiando.
Anímate, yo voy todos los días, puedo
pasar por ti y vamos juntas.
Pero eso
sí, sin prisa por el milagro.
Es en el tiempo de Dios.
Además tú tienes que
cambiar y tomar muy en serio
tu vida espiritual. No es una farmacia
donde pides
la medicina, la tomas y luego te
olvidas de ella. No, Dios no es para tomarlo así.
Es para un cambio radical, consciente y perseverante.
Vamos anímate… vamos
juntas y nos encontramos con Estelita…
Pues pensándolo bien… acepto tu
propuesta espiritual.
Desde mañana empezamos… y que se prepare
la familia
porque si me empieza a gustar
eso de ir todos los días a misa, que
ya la idea
me está gustando, no tendrá
a mami hasta las nueve de la mañana…
porque yo me
voy con mi Señor
a su santa misa. ¿A qué
hora es?
A las 7am. Después podemos pasar
y estarnos unos minutos con Jesús en el
Sagrario.
Ah, muy bien… me gusta la idea…
ahí le voy a llevar todas las ideas
que tengo para la familia a ver
como Jesús
lo ve…
Quizás Él tenga otras ideas mejores y me las da.
Riiiiiing Riiiiing … el celular suena… es Estelita que llama a Rosa para encontrarse mañana en la Santa Misa. Quiere invitarla a desayunar en la cafetería de la esquina, luego de misa. La noticia ha calado en un ambiente de entusiasmo y alegría. Miguelina se les une… de mañana en adelante hay una nueva almita decidida a entregarse al Señor de por vida, por el bien de su familia y por el bienestar propio…
Recordemos que los frutos de la Santa Misa diaria, vivida
con atención, devoción, esperanza, fe y derroche de amor y adoración a Jesús
sacramentado no se hacen esperar. Lo primero que regala Dios es un rostro que
cambia rejuveneciendo ante la cercanía de la Verdad absoluta que irradia en
cada comunión; un corazón que comienza a
dilatarse ante los rayos intensos del Sol Eucarístico, sanando heridas, adornándose en humildad y
pureza; una voluntad que inicia un
proceso de fortaleza, una vida que comienza a cambiar por la esperanza, la
confianza en la promesa divina.
Cuantas situaciones difíciles que podrían cambiar en su
perspectiva… si participáramos de la Santa Misa diaria… la invitación está ahí…
presente para todos… cada uno dará su respuesta… eso sí, que la respuesta
convenza a Dios…
Desde la Soledad del Sagrario
Hago la aclaración al encontrar que la entrada terminada, presenta algunas oraciones y un párrafo completo cambiado de tamaño, haciéndose casi imposible de leer. No hay forma de arreglarlo, pues en la plantilla donde se escribe aparece perfectamente bien. Aun así he vuelto a escribirlo sin ningún resultado.
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