Amar a Dios sobre
todas las cosas. Amarle con el alma desbordándose
en todos los actos, en cada palabra que se dice, en cada mirada que se regala,
en cada latido del corazón… pero, ¿será posible que se pueda amar a Dios así? ¿24 horas? ¿24 horas sin parar? Por lo menos
el deseo debe ser lo más puro posible… deseo de amarle así… todo el tiempo… que
toda nuestra persona sea un acto de amor a Dios.
Pero no podemos ser
ingenuos… sabemos que el trajín del deber diario, de nuestras responsabilidades
nos roban el pensamiento, la mirada, la voluntad y ahí vamos olvidando a Dios
para sumergirnos en las cosas de este mundo. El contacto con las personas, el ruido
ensordecedor nos hace olvidarnos de Dios… ¿Será posible? Me parece que todo está en cultivar el habito,
poquito a poquito, pasito a pasito, hasta lograr estar en medio de las cosas,
de nuestro diario vivir; en medio de las personas; en el ruido… pero con la
mirada clavada en Dios… con el pensamiento puesto en Dios… con la voluntad
afincada en Dios… en continua conversación intima con Dios, en el interior del alma… pero ¿será
posible?...
Una mirada a los
santos… ellos nos darán la respuesta… porque si miramos a Jesús, Jesús estaba
en comunicación con el Padre las 24 horas del día… en medio de la gente, en
medio del ruido del mundo, su mirada en el Padre, su pensamiento en el Padre,
su voluntad en el Padre. Llevaba una conversación intima con el Padre… nada ni
nadie podía impedirle… Pero, es que Jesús es Dios… nosotros no somos más que
simples seres humanos…
Creo que la
respuesta no las dan los santos… si miramos sus vidas… estaban sumergidos en
Dios… todo lo hacían en la perspectiva de Dios… por agradar a Dios… por darle
consuelo a Dios… por obediencia a Dios… Vivían ofreciéndole todo… con la mirada
en Dios… con el pensamiento en Dios… con la voluntad en Dios… sus palabras, sus
obras, buscaban fueran dignas de Dios… Solo pensaban dar gloria a Dios… Estaban
obsesionados por Dios… Santa obsesión que los lanzaban a ser hombres y mujeres
conscientes de procurar la felicidad del prójimo.
Amar a Dios sobre
todas las cosas… es vivir a Dios en todo momento… es tener a Dios presente en
todo momento… es saberse hijos de Dios… saber a Dios nuestro Padre… ¿será
posible?... estudiando a los santos encontraremos la respuesta…
Desde la Soledad
del Sagrario
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