La noche cae sobre el mundo. Es hora de descansar. Es hora de mirar nuestro
caminar durante el día de hoy.
Nuestras huellas, pisaron cómodamente, las huellas de Cristo? Nuestras
pisadas, tenían olor a Cristo? Nuestra mirada, ¿tenía la ternura de Cristo?
Nuestro corazón, ¿se desbordó en abundancia a lo Cristo? Nuestros oídos, ¿estuvieron
atentos a escuchar los corazones como Cristo, escuchando más allá del sonido de
las palabras?
Nuestras manos, ¿se dieron al servicio de la caridad, como las manos de
Cristo? Nuestro cansancio del día, ¿se iguala al cansancio de Cristo de darse a
manos llenas en caridad a los demás?
Cuantas obras de misericordia consumadas en el día de hoy?? En el día de
hoy, ¿cuántas veces hemos respondido con prontitud, a las pequeñas necesidades
de los demás, con una sonrisa, porque Cristo está ahí, en el prójimo?? Nuestras
palabras y nuestro rostro, ¿estuvo alimentado por la bondad de Cristo??
Si, la noche cae sobre el mundo. Es hora del descanso. Es hora de mirarnos,
examinando nuestro caminar, en el día de hoy...porque en el atardecer de
nuestras vidas se nos juzgará por el amor.
Hoy, hicimos nuestro, el amor de Cristo por las almas? Cristo ama a todos,
buenos y no tan buenos. ¿Hemos amado así? Cristo tiene paciencia..., ¿la hemos
cultivado hoy? Cristo tiene obsesión por el Padre Dios... hoy, ¿hemos tenido
pensamientos y conversación con nuestro Padre Celestial??
¿Pero sobre todo hoy nos ganamos el cielo?? O, ¿el purgatorio??? O, ¿el
horno eterno??? Así, sabemos, si hoy, nos ganamos a Dios o por el contrario lo
hemos perdido en el dia de hoy.
Mater, enséñanos a ser como tú
Bendecida noche.
La pequeña de Dios
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