domingo, 8 de enero de 2017

“Algún día me gustaría platicar con usted para que me ayude tener fe”




Hija mía, es fácil, muy fácil poseer ese hermosa y maravillosa virtud llamada fe.  Búscalo… Acércate… Contémplalo… Háblale… Cuéntale tus cosas… Lee su Palabra… Escucha sus consejos evangélicos…Síguelo… Pisa sus huellas, descubriéndolas en tu vida… Confiésale tu vida pasada, tus temores, flaquezas y debilidades cometidas y que le han herido tanto… Aliméntate de Él…  

Luego, cierra tus ojos e invoca con toda el alma al Espíritu Santo. Pídele con verdadero deseo, que  aumente y fortalezca tu fe, quizás tibia o debilucha... Pero no vayas sola… Ve con la Mater. Ella te ayudara a orar y pedirle a su Esposo Paráclito. Ella te ayudara a conseguir una fe luminosa,  llena de esperanzas y confianza... Una  fe que sea fuego en tu vida... Una fe convincente... pídela, no te canses de pedirla. Pídela día y noche. A tiempo y destiempo. Con gemidos desgarradores donde el alma es la que pide y se postra ante su Dios. Póstrate con humildad. Pide con verdadera  pureza de intención.  Que ese deseo queme tu alma.  Dios te contemplara con beneplácito.  

Agradécele a Dios tanto amor para contigo; tanta paciencia; tanto esperarte. Se generosa en agradecerle.  No desconfíes. Que tu confianza en Dios no tenga límites.  Y Dios te concederá la fe y mucho más…  Colmara tus deseos de tal forma que desearas que todos los que amas, conoces y no conoces, reciban la gracia de poseer fe en sus vidas.  Porque la vida cambia drásticamente, para bien y felicidad nuestra, cuando el alma vive la fe como Dios concede.

Dios te bendiga abundantemente.


Desde la Soledad del Sagrario

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