Se me ocurre pensar que la oración
es como encender pequeñas luces de esperanza en el mundo, en los corazones más
necesitados.
Se me ocurre pensar, que la
oración hecha con el corazón es como encender pequeñas luces allí donde las
tinieblas del mal desesperar a las almas.
Allí donde las densas
tinieblas arropan las mentes, las vidas, confundiendo, seduciendo a tantas
almas.
Allí llega nuestra oración de
corazón… allí donde el Califato guerrea, tortura y agrede brutalmente a las almas
mas inocentes y allí se encienden pequeñas luces de esperanza, de confianza, de
fe, de fortaleza… porque la oración de corazón es poderosa. La oración de corazón
nunca regresa sin ser atendida por nuestro Padre del Cielo.
La oración de corazón es
como un pequeño incendio de amor que consume y disipa las tinieblas del mal en
los corazones… Seamos generosos oremos con todo el corazón por esta humanidad
que necesita tanta misericordia divina.
Seamos como Moisés, elevemos, no solo las manos, sino el corazón y
la mirada a Aquel que tiene poder para destruir, plantar, sanar y levantar la
bandera de la Paz.
Seamos como niños, como Jesús nos pide, oremos de corazón con
palabras sencillas, simples, con la confianza y la fe de los niños que
descubren a Dios… Seamos sembradores de Paz con la semilla poderosa de la oración
de corazón… Iluminemos el mundo con la oración de corazón… Dios con nosotros… ¿quién
contra nosotros??? Animo Dios ha vencido… nada que temer… solo orar con el corazón…
Desde la Soledad del Sagrario
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