Sorpresa… el Cielo viene a sorprender a una joven esposa
y madre… hoy comienza un nuevo camino para quien ayer se creía perdida, sola y
destruida. Una nueva esperanza como una pequeña
lucesita, se asoma en su horizonte… Dios ha venido a visitarla… ¡Que bueno es Dios!!
La Mater llego como sorpresa a tomar el ritmo de su vida. Ella no se esperaba tal hermosa sorpresa en
su cumpleaños. Les cuento. Una amiga la invita a almorzar, pero antes, a
visitar un hermoso lugar. Un Santuario Ermita en los terrenos de una humilde y
devota familia.
Ella acepta, y va con mucha alegría a recibir esos
regalos que intuye en su corazón, Dios le tiene reservado para el día de hoy.
Es su cumpleaños. Viste elegantemente, pero con sencillez. Lleva unos zapatos de tacos altos. Primera
sorpresa, el camino a la ermita es empinada y dificultosa para subirlo con
zapatos de tacos altos. Ella va muy sonriente, llena de emoción, no se imagina
para donde la llevan.
Llegan al final del camino donde se abre como una puerta
imaginaria, para dejar ver un escondite hermoso, lleno de vegetación y en el
mismo centro el Santuario Ermita… una belleza… un lugar tan hermoso como para
estarse de retiro, en meditación ante la hermosa imagen de la Mater de
Schoenstatt.
Y es aquí donde empieza la Mater a obrar milagros tras
milagros de conversión y transformación… La joven esposa y madre inicia un
proceso lento pero firme… Es un lanzarse… A cambiar la vida girando 360 grados.
La familia, y los que la conocen por tantos años darán testimonio que así ha
sucedido.
Llego la hora de la despedida. La joven esposa y madre va
con el corazón de fiesta. Ha recibido mucho. Ha sentido ese abrazo de una madre
que nunca falla. No está sola, ella estará a su lado desde ese instante, hasta
el momento de “regresar a casa”. Cuanto
consuelo recibe su alma… lágrimas de gratitud corren por sus mejillas.
La amiga, junto a la misionera de la Mater, llevan a esta
joven esposa y madre a un suculento almuerzo en un local familiar. Luego de la ese agradable momento, entre la
comida y la conversación, la misionera le da una sorpresa a esta joven esposa y
madre. Saca de momento una hermosa peregrina. Le habla. La orienta. La motiva y
le entrega a la peregrina que estará en su hogar por unos días.
La joven esposa y madre, siente que el corazón le va a estallar.
No lo esperaba. Se siente bendecida. Se siente consolada. Se siente que el
Padre Dios la recibe con los brazos abiertos y le entrega este hermoso momento.
Lo aprovecha. Da las gracias. Abraza a la peregrina. Las lágrimas comienzan a
desfilar por las mejillas. Son lágrimas de agradecimiento.
Las gracias derramadas sobre esta joven esposa y madre no
se hacen esperar… todo comienza a cambiar en su vida… Y es que la Mater nos cambia a todas la vida. La llena a
plenitud con el amor de Dios, desde una perspectiva única.
Nos lanza a vivir la eternidad ya en este mundo.
Nos llena de su presencia materna. Saber que siempre,
siempre, pero siempre está ahí para consolarnos, educarnos, ayudarnos, enjugar
nuestras lágrimas y hacernos estallar de alegría.
La Mater llego a nuestras vidas para quedarse. Para
hacernos cada día, cada instante más de Dios. Ella no se queda con nadie. Ella
nos mete en las profundidades de ese corazón eucarístico de su Hijo amado, Jesús.
Sabemos y experimentamos que para la Mater, su máxima
alegría es devolvernos a los brazos de Jesús.
Qué bueno es Dios al darnos a su bendita madre, como
madre, maestra, amiga y confidente.
VIVA MARÍA SANTÍSIMA!!! Nuestra mamita celestial.
Desde la Soledad del Sagrario
No hay comentarios:
Publicar un comentario