domingo, 15 de mayo de 2016

¿HELLOOOO?... Escóndete que ahí vienen…hazte que no los ves…



En estos días, una pareja muy de Dios,   se quejaba amargamente de una verdad que causa sorpresa, dolor y algunas lágrimas, como a esta pareja tan singular y tan dada a la evangelización. Al apostolado de ganar almas para la santidad.

Escuchándoles me preguntaba que decirles para consolarles. Pensaba, ¿acaso no hemos vivido algo así, todos los que nos lanzamos a la conquista de las almas, para convencerlos de la necesidad de tomar en serio el camino de la santidad?  Seguía escuchándolos en silencio… porque palabras de momento no eran prudentes… había que dejarlos desahogarse, tenían necesidad de ser escuchados, comprendidos y consolados no con palabras, sino con la presencia de saberse acompañados en su dolor. 
  
Y es que hoy en día el enemigo de las almas se las juega todas por “tumbar” las almas, haciéndolas caer  alejándolas poco a poquito de Dios.  Claro, utilizando toda clase de argumentos. Todo esto, sutilmente, sin que nos demos cuenta, haciéndonos creer que son nuestros propios argumentos.  Y ahí va, un poco de cizaña disimuladamente. Un pizca de adorno de la mentira más sutil y atrayente. El cobijo de ver el espejismo que el enemigo sutilmente logra colocar a nuestro alcance.

A veces, hay personas que vienen de parte de Dios, que Dios quiere aceptemos esa amistad. Dios quiere darnos herramientas nuevas para luchar, en este combate a muerte, que es el combate espiritual. Estas personas nos hacen mucho bien al alma. Nos ayudan espiritualmente. Claro está, también estas almitas se benefician de las almas que Dios quiere ayudar a través de ellas. Todo es un aprendizaje, un camino de virtud, es como un dar y un recibir siempre en beneficio espiritual, de ambas partes.

¿Cómo entra el enemigo de las almas? Fácil… comienza a exponer, en una pantalla enorme, todos los defectos, pequeñeces, quizás flaquezas humanas de estas almas para ir desilusionando, para ir alejándolas de esa corriente de vida espiritual que Dios trae a través de ellas, para beneficio  espiritual.  

Por otro lado, como padre de la mentira, comienza a tergiversar gestos, actitudes y aptitudes, palabras, posturas, miradas y hasta obras. Comienza a hacerles ver que son hipócritas, alejados de la verdad, buenos para nada, fanáticos, se creen que lo saben todo, santurrones, con delirio de maestros, siempre dando consejos inoportunamente, cansan con el mismo tema: Dios, Dios y mas Dios… etc., etc., etc.

Con suma preocupación me decían, esta pareja de amigos:
<Si el enemigo de las almas, logra alejarlos de las almas que Dios quiere utilizar en su bien espiritual, ha logrado todo… poco a poquito, los ira endureciendo.> Se les puede ver caminar erguidos como un pavo real. Se les puede ver mirar por encima del hombro. Se les puede ver dibujarse una sonrisa burlona cuando se encuentran con estas almas pequeñas que solo buscan ayudarles a crecer espiritualmente. Se les puede ver, evitar encontrarse con ellos, desviando el caminar para no tener que saludarlos o hablarles. Estorban, molestan, cansan. ¿Se equivocó Dios?? 

Es cierto, ellos tienen razón, por experiencia propia, puedo decir que tienen razón. Claro, hay casos y hay CASOS... pero tienen razón al decir que, poco a poquito se van alejando de tal forma que si te veo no te conozco. Solo queda orar…orar…orar… y esperar la hora de Dios.  

Esta pareja lo explico muy bien, lo entendían muy bien. Para ellos solo quedaba orar…orar…orar… confiar en Dios… confiar en la Mater. Claro el dolor, es una herida punzante que no deja de sangrar… porque Dios apremia… pero nada se puede hacer si alejándose nos dicen “BASTA”, estamos bien, no les necesitamos.

Seguimos orando unos por otros y consolándonos en Dios que es el único que toca corazones y cambia vidas.

Desde la Soledad del Sagrario


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