En
esta Cuaresma necesitamos mirarnos internamente. ¿Para? Para buscar cómo va
nuestra vida espiritual.
Nuestra vida espiritual
es sumamente importante vivir, cultivar, cuidar y aprovechar.
La vida espiritual se alimenta de la oración,
de los sacramentos, de la Palabra divina, de la devoción sana, que edifica y
lanza el alma a verdaderas alturas de vivencias con Dios, el Dios Amigo.
Miremos nuestro
interior con santo celo. Miremos con verdadera necesidad de caminar en
santidad. Unas breves preguntas nos da más o menos por donde vamos caminando. Debemos
responder mirándonos como Dios nos mira.
¿Me reconozco hijo o
hija de Dios? ¿Puedo estar convencido o
convencida que Dios es mi Padre, Padre amoroso que vela y cuida de mi alma, y
de los míos?? ¿Siento que mi alma es un
alma mimada por el Padre Dios?? ¿Siento
la cercanía del Padre Dios? ¿Se me hace fácil dirigirme a Él? ¿Lo necesito? ¿Lo
busco? ¿Lo encuentro? ¿Puedo decir con
Cristo, el Padre y yo somos uno, en la medida posible para mí?? ¿Puedo decir con Cristo, mi Padre me ama, está
contento conmigo, porque hago lo que Él
quiere??
¿Invoco al Espíritu Santo con la frecuencia
que Cristo me pide? ¿Pido sus dones? ¿Necesito
del E.S. como del oxígeno para respirar?
¿O se me hace indiferente?
¿Cómo vamos en el
cultivo de las virtudes? ¿Cómo vamos en la vivencia de los sacramentos? ¿En esa
vivencia de la Santa Misa? ¿Cómo nos preparamos para vivir esa Santa Misa? ¿Con
ilusión? ¿Con esmera delicadeza y exquisito entusiasmo, con verdadera
conciencia de lo que significa la Santa Misa? ¿Participo de la Santa Misa como Dios quiere
que participe, entrando en ese misterio inefable, empapándome de esa corriente
de gracias que se derrama en cada Misa? ¿Me consumo en amor y por amor a Dios en cada
Misa, dejando que Dios me ama a su gusto, a su forma, a su estilo???
¿Cómo vivo las santas
comuniones? ¿Es fuego mi corazón por
recibir a Jesús? ¿O es una rutina que nada me dice y nada me mueve a pensar, a
desear, como alma enamorada que va al encuentro del Amado??
¿Soy consciente de la
necesidad de lavar mi alma en la confesión con verdadera frecuencia? ¿Soy sumamente
prudente en el examen de conciencia diario? ¿Tomo en serio los consejos evangélicos
de Cristo para mí? ¿Para con mi familia?
¿Me mortifico con
verdadero entusiasmo por amor a Dios, para beneficio de los pobres pecadores en
mi familia y en el mundo? ¿Dada al
ayuno? ¿Dada a la penitencia, como alma
que ha crecido observando e imitando al Cristo de los Dolores??
¿Vivo una verdadera
amistad con Dios, el Dios Amigo? ¿Lo conozco como Amigo? ¿Me es imprescindible buscarlo en el
Sagrario; buscarlo en la comunión? ¿Me devora el hambre y la sed de Cristo? ¿Puedo pasar con solo una misa semanal? ¿O
necesito vivir la Santa Misa más a menudo, durante la semana? ¿Tengo necesidad
de Dios? ¿Tengo necesidad de su Palabra? ¿Tengo necesidad de verlo, de
escucharlo, de sentirlo, y todo esto sin ver nada, sin escuchar nada y sin
sentir nada, pero que todo lo recibo en esa Santa Misa??
¿Me educo en la fe con
verdadera hambre de conocer y vivir la fe como Dios y la Iglesia me piden? ¿Me animo a leer y conocer la vida de mis
hermanos los Santos?? ¿Siento necesidad
de la Mater? ¿La
reconozco como mi Madre, madre verdadera? ¿Se me hace fácil contar con
ella para todo? ¿La busco como amiga, como confidente, como maestra? ¿Quiero
vivir como ella, siendo de Dios como ella, confiando en Dios como ella,
sirviendo a Dios en los hermanos, como ella?
La vida espiritual hay
que tomarla muy en serio. Llevamos un
mundo maravilloso en nuestro interior, donde reside Dios en el alma. Un mundo
interior donde el alma se encuentra con Dios cada vez que entra en oración, en
ese dialogo amoroso con el Dios de la vida. No dejemos de cultivar nuestra vida
espiritual, seamos celosos muy celosos… seamos valientes y decididos a seguir a
Cristo por el camino de la santidad, pisando sus huellas, amando con su propio corazón
y dándonos a Dios y a los hermanos a manos llenas…
¡Bendito sea Dios!!
Desde la Soledad del
Sagrario
Gracias, sor Maridel por cuestionarnos todo eso. Lo necesitamos.
ResponderEliminarBendito sea Dios!! Saludos Mari Carmen.
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