En las redes sociales, hay que ver cuantos comentarios nos dejan un mal sabor en
el alma. Una información que ayuda a mantener el alma en camino a la dicha
eterna… o una información que regala herramientas espirituales para aplicar y
vivir…se pierden en la broma o el chiste de unos pocos.
Nos olvidamos que esta vida es pasajera y tenemos un peso
grande en nuestros hombros… trabajar incansablemente por conseguir llegar a la
meta: la dicha eterna. Trabajar a tiempo y destiempo. Trabajar no solo para
llegar, sino para llevar a los nuestros a feliz puerto eterno.
Nos olvidamos que lo vivido ayer, ya no se puede cambiar.
Y en el libro de la vida, va quedando, como una película, todos los detalles
vividos día a día. Y ese libro se abrirá el día que nos presentemos ante
nuestro amado Dios en la puerta de la eternidad. Allí, Dios nos dará a conocer
perfectamente toda nuestra vida, la intención de cada detalle vivido día a día…
veremos nuestro corazón desbordarse en bien o en mal, desde muy pequeños hasta el momento de nuestra
partida.
La vida es tan corta. Demasiado de corta. No la
desperdiciemos. Hay que tener la mirada fija en la patria eterna. No es cosa de
chiste… es cosa seria, y de responsabilidad.
No podemos darnos el lujo de ser inconscientes caminando despreocupados
y dándonos el lujo de vivir una vida alocada, como el mundo nos propone. El tiempo se va acortando. Cada vez que se
cumple años, es un año menos de vida, es un año más cerca de la eternidad, es
un año más cerca o lejos de Dios. No, no podemos darnos el lujo de perder la
dicha eterna por tomar en broma la vida…
La vida es solo una. Cuando la salud se nos va. Cuando la
juventud se nos va. Nos llegan tiempos duros, de experiencias fuertes, donde la
soledad, la impotencia física, a veces mental, nos incapacita para llevar una
vida espiritual viva y verdadera. ¿Por qué? Porque hemos desperdiciado el
valioso tiempo vivido, no hemos tomado en serio nuestra vida espiritual. El
ayer lo hemos pasado ricamente paganizados… No, no podemos darnos el lujo de
llegar a la vejez si haber buscado, conocido, experimentado y vivido el amor de
Dios heroicamente…hasta las últimas consecuencias…
El mañana nos apremia a tomar en serio a Dios. A seguir
los consejos evangélicos. A vivir nuestra fe hasta las últimas consecuencias.
Son tiempos difíciles… salgamos de las costumbres paganas… entremos a vivir
nuestra fe conscientes de que Dios nos llama a una verdadera conversión de corazón
y de hábitos. La conversión es día a día… para así poder alcanzar una verdadera
y pura transformación de vida.
La vida es solo una… la eternidad solo una vez se gana o
se pierde… hay que abrir los ojos y mirar nuestra realidad existencial… Dios
nos creó para amarle como Dios nos ama… y eso solo se consigue pisando las
huellas de Jesús…Amar a lo Jesús, vivir a lo Jesús, donarse a lo Jesús,
obedecer a lo Jesús, para morir al pecado con Jesús…
La Misericordia de Dios es infinita, pero, no juguemos
con la divina misericordia, porque saldremos muy mal. Dios es misericordiosamente justo y es justo
misericordiosamente… no, nos engañemos… Aún hay tiempo para salvarnos…
trabajemos con entusiasmo, constancia y valor.
Mater, ayúdanos a abrir los ojos para ver con los ojos de
Dios… nuestra pobre vida y el camino de santidad que nos toca emprender…
Desde la Soledad del Sagrario
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