DÉJAME, SEÑOR, ESTAR AL
LADO DE MIS HERMANOS, EMPUÑANDO EN UNA MANO, LA ESPADA DE LA ORACIÓN Y EN LA
OTRA, EL ESCUDO DE LA CRUZ
Ayer eran nuestros mártires
en el comienzo de la Iglesia… enviados al ruedo a convertirse en bocado de los
leones…
Hoy, nuestros mártires son decapitados, apaleados,
recibiendo patadas mortales,
bañados en gasolina
y
encendidos en fuego…
Hoy los verdugos se
gozan jugando con las cabezas decapitadas de nuestros hermanos cristianos como
si fueran bolas. O las usan para adornar…
como si fueran trofeos…
Dios mío, que dolor
inmenso causa tanta maldad sobre tantos inocentes… por el simple hecho de ser
cristianos. La mofa, la burla, la fiesta celebrando el crimen nos hace ver con
lujo de detalles, que solo Satanás y sus demonios, está detrás de toda esta
pesadilla mortal.
La indiferencia de
miles de cristianos en occidente que llamados a ayudar desde la oración y el
sacrificio se niegan a dar importancia a lo que sucede en Medio Oriente y en
tantos países del mundo.
Dios espera nuestra
reacción… Dios está esperando nuestro clamor, nuestras oraciones, nuestras
suplicas, nuestros sacrificios, nuestros ayunos para actuar a favor de nuestros
hermanos… y tristemente podemos contemplar, que no nos movemos, por caridad, a
responder al gusto divino. Cuanta pereza, cuanta ingratitud para con nuestros
hermanos…
Niños inocentes, jóvenes
llenos de ilusiones, familias desintegradas, donde los padres han muerto y los
hijos tienen que preocuparse unos por otros, porque han quedado solos. Niños y jóvenes enfermos, los incapacitados
tratados salvajemente.
Enterrados vivos,
otros crucificados, sin importar la edad… infantes, ancianos… todo en nombre de
su dios… un dios que pide sangre inocente… un dios que pide sacrificios humanos…
No se puede entender…
Mujeres y niñas
vendidas en el mercado como esclavas de sexo… sin importar la edad… desde cinco
anos a 80… ¿Quién puede entender? Tanto dolor, tanto sufrimiento inconcebible
en estos tiempos.
En nuestras manos
están la respuesta. En nuestras manos esta el detener esta barbarie. ¿Cómo?
Intercediendo por ellos ante el Trono de la Misericordia Divina. Orar
utilizando citas bíblicas. Orar el santo rosario… Orar ave marías… Ayuno y
penitencia. Y Dios mirara a su Iglesia que suplica por los hermanos y actuara… Está
claro, clarísimo en las Sagradas Escrituras… Cuando el pueblo de Israel se volvía
a Dios, luego de pecar y caer en la desdicha cuando Dios se retiraba y los
dejaba a merced de la cosecha de sus pecados. Ellos se volvían a Dios con
llanto, con oraciones, vistiéndose de saco, echando cenizas sobre su cabeza y
cuerpo, ayunando, hablándole a Dios con el corazon en las manos… ¿Qué hacia
Dios? Dios obraba portentosamente a favor de su pueblo por haberse humillado y
reconocido su pecado, arrepintiéndose y volviéndose a Dios con un corazón
contrito…
El pueblo en
batalla y Moisés con los brazos en alto orando, orando… Dios interviniendo a
favor de su pueblo… Pero que sucede cuando los brazos de Moisés, cansado, no
eran alzados lo suficiente… Dios se retiraba de la batalla que estaba librando
el Pueblo de Israel. Moisés se sienta y
dos hombres amigos le sujetan los brazos en alto… Dios de nuevo interviene a
favor de su pueblo provocado la victoria… Dios no quiere actuar a menos que la
Iglesia, su Iglesia se vuelva a Dios en suplicas, ayunos y penitencia… ¿Por qué
tardamos tanto en responder al gusto divino? No hemos contemplado el peligro que todos los
cristianos tenemos con este movimiento infernal de persecución religiosa… Hoy
son ellos, mañana podemos ser todos… y ¿entonces??
Es un tema que
provoca dolor y sufrimiento… pero debemos de afrontar e iniciar la ayuda que
nuestros hermanos están pidiendo. No, no es facil el martirio… la gran mayoría pide
oración para seguir siendo fieles y no claudicar por miedo… porque la tentación
siempre esta. Los verdugos les dicen que si se convierten al islam les
perdonaran la vida… Tentación sutil… ellos lo saben… y piden oración para ser
fieles y seguir a Cristo hasta el Gólgota… ¿y nosotros??
Padre Eterno, concédeles
a todos tus hijos perseguidos por nuestra fe un amor inmenso a Cristo y desde
Cristo a Ti, Padre. Un amor inmenso a nuestra Santa Iglesia. El amor les hará
libres y fieles… Mater, cobíjalos, aliméntalos, y protégelos… Ayúdalos a
alcanzar la palma del Martirio, al gusto divino.
Dios mío, perdona a
los verdugos… si es posible, pido por su conversión, transformación… que
alcancen a llegar a las puertas de la eternidad… de la dicha eterna.
Desde la Soledad
del Sagrario
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