viernes, 1 de mayo de 2015

DIOS MÍO...DIOS MÍO...DIOS MÍO


DÉJAME, SEÑOR, ESTAR AL LADO DE MIS HERMANOS, EMPUÑANDO EN UNA MANO, LA ESPADA DE LA ORACIÓN Y EN LA OTRA, EL ESCUDO DE LA CRUZ




Ayer eran nuestros mártires en el comienzo de la Iglesia… enviados al ruedo a convertirse en bocado de los leones…





Hoy, nuestros mártires son decapitados, apaleados, 
recibiendo patadas mortales, 
bañados en gasolina 
y encendidos en fuego…







Hoy los verdugos se gozan jugando con las cabezas decapitadas de nuestros hermanos cristianos como si fueran bolas.  O las usan para adornar… como si fueran trofeos…




Dios mío, que dolor inmenso causa tanta maldad sobre tantos inocentes… por el simple hecho de ser cristianos. La mofa, la burla, la fiesta celebrando el crimen nos hace ver con lujo de detalles, que solo Satanás y sus demonios, está detrás de toda esta pesadilla mortal.






La indiferencia de miles de cristianos en occidente que llamados a ayudar desde la oración y el sacrificio se niegan a dar importancia a lo que sucede en Medio Oriente y en tantos países del mundo.

Dios espera nuestra reacción… Dios está esperando nuestro clamor, nuestras oraciones, nuestras suplicas, nuestros sacrificios, nuestros ayunos para actuar a favor de nuestros hermanos… y tristemente podemos contemplar, que no nos movemos, por caridad, a responder al gusto divino. Cuanta pereza, cuanta ingratitud para con nuestros hermanos…

Niños inocentes, jóvenes llenos de ilusiones, familias desintegradas, donde los padres han muerto y los hijos tienen que preocuparse unos por otros, porque han quedado solos.  Niños y jóvenes enfermos, los incapacitados tratados salvajemente.

Enterrados vivos, otros crucificados, sin importar la edad… infantes, ancianos… todo en nombre de su dios… un dios que pide sangre inocente… un dios que pide sacrificios humanos… No se puede entender…

Mujeres y niñas vendidas en el mercado como esclavas de sexo… sin importar la edad… desde cinco anos a 80… ¿Quién puede entender? Tanto dolor, tanto sufrimiento inconcebible en estos tiempos.

En nuestras manos están la respuesta. En nuestras manos esta el detener esta barbarie. ¿Cómo? Intercediendo por ellos ante el Trono de la Misericordia Divina. Orar utilizando citas bíblicas. Orar el santo rosario… Orar ave marías… Ayuno y penitencia. Y Dios mirara a su Iglesia que suplica por los hermanos y actuara… Está claro, clarísimo en las Sagradas Escrituras… Cuando el pueblo de Israel se volvía a Dios, luego de pecar y caer en la desdicha cuando Dios se retiraba y los dejaba a merced de la cosecha de sus pecados. Ellos se volvían a Dios con llanto, con oraciones, vistiéndose de saco, echando cenizas sobre su cabeza y cuerpo, ayunando, hablándole a Dios con el corazon en las manos… ¿Qué hacia Dios? Dios obraba portentosamente a favor de su pueblo por haberse humillado y reconocido su pecado, arrepintiéndose y volviéndose a Dios con un corazón contrito…




El pueblo en batalla y Moisés con los brazos en alto orando, orando… Dios interviniendo a favor de su pueblo… Pero que sucede cuando los brazos de Moisés, cansado, no eran alzados lo suficiente… Dios se retiraba de la batalla que estaba librando el Pueblo de Israel.  Moisés se sienta y dos hombres amigos le sujetan los brazos en alto… Dios de nuevo interviene a favor de su pueblo provocado la victoria… Dios no quiere actuar a menos que la Iglesia, su Iglesia se vuelva a Dios en suplicas, ayunos y penitencia… ¿Por qué tardamos tanto en responder al gusto divino?  No hemos contemplado el peligro que todos los cristianos tenemos con este movimiento infernal de persecución religiosa… Hoy son ellos, mañana podemos ser todos… y ¿entonces??


Es un tema que provoca dolor y sufrimiento… pero debemos de afrontar e iniciar la ayuda que nuestros hermanos están pidiendo. No, no es facil el martirio… la gran mayoría pide oración para seguir siendo fieles y no claudicar por miedo… porque la tentación siempre esta. Los verdugos les dicen que si se convierten al islam les perdonaran la vida… Tentación sutil… ellos lo saben… y piden oración para ser fieles y seguir a Cristo hasta el Gólgota… ¿y nosotros?? 


Padre Eterno, concédeles a todos tus hijos perseguidos por nuestra fe un amor inmenso a Cristo y desde Cristo a Ti, Padre. Un amor inmenso a nuestra Santa Iglesia. El amor les hará libres y fieles… Mater, cobíjalos, aliméntalos, y protégelos… Ayúdalos a alcanzar la palma del Martirio, al gusto divino.

Dios mío, perdona a los verdugos… si es posible, pido por su conversión, transformación… que alcancen a llegar a las puertas de la eternidad… de la dicha eterna.

Desde la Soledad del Sagrario


No hay comentarios:

Publicar un comentario