domingo, 19 de abril de 2015

Respondiendo a algunas preguntas y dudas

Respondiendo a algunas preguntas y dudas que me han hecho sobre el enlace http://forosdelavirgen.org/91687/10-senales-para-saber-si-estas-bajo-ataque-espiritual/


El enemigo de las almas ataca sin piedad… silenciosamente… en la oscuridad… para que no nos demos cuenta. ¿Qué hacer?  Orar… y mirar con detenimiento lo que nos esta pasando… sin angustia… sin desesperación… sin miedo…

Estamos vivos… por lo tanto estamos en una guerra espiritual desde que nacemos hasta el último momento de nuestra vida. ¿Por qué? Porque el enemigo de las almas nos a declarado la guerra… El quiere pelear con Dios, pero ya Dios lo ha vencido, entonces se vuelve hacia los hijos de Dios, hacia sus delicias, con odio infernal para tenazmente buscar la forma de robarle las almas a Dios.

El demonio ha perdido su puesto en el Cielo. Ha caído bajo muy bajo. Su belleza se ha transformado en apestable fealdad. Lo ha perdido todo… menos la soberbia, razón de su extravió y locura.

¿Qué le queda?  La guerra, atraer a todos los humanos que pueda a su reino infernal, para vengarse de Dios, para torturar hasta la eternidad a los pobres que caigan en sus garras, atraídos por sus promesas, y regalos que son polvo y nada para la eternidad.
Su odio es inimaginable. Busca por todos los medios no solo destruirnos, sino ser adorado por un número alto de almas que voluntariamente y engañados, cedan a sus pretensiones. Por eso me da tanta pena los que se llaman satánicos… porque aquí se creen libres en hacer y deshacer a su gusto, pero si caen en el infierno la desgracia eterna será la tortura inconcebible para sus pobres mentes… Oremos por ellos… que no se pierdan… que no pierdan a Dios.

No debemos tenerle miedo… El miedo que nos debe invadir es únicamente el miedo de perder a Dios para toda la eternidad… eso nos debe hacer temblar… pero no los demonios… Perros rabiosos que por más que quieran acercarse no lo harán, si nosotros no abrimos la puerta a nuestra voluntad, cediendo en la tentación que nos presenta. Hasta un niño en gracia de Dios  hace temblar al demonio cuando lo ve… porque un alma pura, humilde llena de la presencia divina lo deslumbra, el perfume de Dios lo enloquece, lo hace sufrir, la luz divina que sale del alma en gracia… Todos debemos de trabajar para que nuestra alma sea sumamente llena de Dios… su presencia este siempre en nuestra alma, en nuestra mente, en nuestra vida… lo contrario es ponernos en bandeja de plata en sus garras infernales…

A la pregunta que me hacen sobre el punto cinco del enlace presentado, abundando en el tema, me animo a escribir una breve explicación sobre el punto cinco.
Sabemos que nuestra salud puede afectarse por razones naturales o simplemente, porque hemos descuidado una buena alimentación y descanso suficiente, razón para que   nuestro cuerpo no se mantenga en salud.

Cuando el cansancio y la debilidad vienen del enemigo se puede descubrir si ponemos atención a los síntomas. Claro luego de orar intensamente y en confianza a nuestro Padre Dios para recibir su ayuda.   

Sentimos que la debilidad y el cansancio no nos dejan cumplir con nuestras responsabilidades diarias.  Nos dejamos vencer y no cumplimos. Pero observemos bien… ¿Qué pasa?  Podemos sentir que el cansancio va desapareciendo lentamente  al rato. Desaparece la debilidad al rato. O cambiamos de actividad y de momento comenzamos a sentir en nuestro cuerpo energías que nos hacen trabajar como si nada hubiese pasado… para sorpresa nuestra… pero que hemos dejado de cumplir con nuestro deber y responsabilidad en ese momento.

Podemos sentir debilidad y cansancio hasta arrastrarnos literalmente. ¿Qué es lo que Dios quiere que hagamos? Sobreponemos y con la ayuda del cielo, iniciamos las labores diarias… ¿Qué sucede?... según vamos trabajando el cansancio y la debilidad van cediendo hasta desaparecer…  No hay nada más que buscar… está clarísimo… Es un ataque espiritual… no es enfermedad… es el enemigo del alma que quiere debilitarnos, sacarnos de nuestro deber diario, de nuestro apostolado, de nuestra  misión… quiere destruirnos… angustiándonos, hasta caer en la desesperación… Hay que levantarnos glorificando a Dios que nos ha descubierto la estrategia del demonio… al abrirnos los ojos y poder mirar la acción demoniaca… con Dios vencemos… con la Mater vencemos… No hay que tener miedo.

Por otro lado, recordemos a la hemoroiza que llevaba tantos anos enferma y ningun medico había podido curarla porque no era una enfermedad natural. Las palabras de Jesus dan fe de que se trataba de una enfermedad provocada por el demonio. Jesús dice que el demonio la tenia atada por tantos años, era necesario romper esas ataduras para curarla… aunque lo había hecho en sábado el milagro… Los fariseos le importunaban por este hecho, la había curado en sábado.  ¿Recuerdan?  

Entonces vemos que existen enfermedades que no son naturales sus causas, que no son por motivos de convertirse el alma en “victimas” por los pobres pecadores y asi ir pagando la deuda y la conversión de ellos y propia… Sino enfermedades que solo las provoca el mismo demonio…  Que vamos ahora a temblar… no, claro que no…

Recordemos que un alma en gracia divina o simplemente en camino de santidad, trabajando consigo misma para alcanzar esas virtudes que tanto Dios desea en cada uno de nosotros, no es presa fácil para el enemigo… porque esas almas están vigilantes… vigilan desde la oración, desde  una vida de sacramentos… apartándose del pecado… buscando siempre, siempre lo que le agrada a Dios… Rodeándose de amistades que buscan el mismo idea… Bajo la dirección espiritual con un sacerdote santo… Cultivando una verdadera amistad con Dios, con la Mater, con su ángel custodio, con los santos… sirviendo y dándose a gusto divino, al necesitado, al pobre, a todos… escudriñando las Sagrada Palabra Divina para hacerla eco y vida… un alma así, ha tomado muy en serio a Dios, y Dios le concede la fortaleza, las gracias divinas para soportar heroicamente las contrariedades del diario vivir, para saltar todos los obstáculos que le presenta el demonio… No, no se le hace fácil al enemigo del alma verlo derrotado… porque su confianza esta puesta en Dios… y Dios lo defiende… Mientras siga ese programa espiritual no se desviaran sus pasos.

Jesús venció a Satanás… Jesús lo vuelve a vencer en cada uno de nosotros… NO HAY QUE TEMER… solo vivir agradándole a Dios como Dios quiere ser agradado…

Desde la Soledad del Sagrario

                                                                                                                             

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