Respondiendo a
algunas preguntas y dudas que me han hecho sobre el enlace http://forosdelavirgen.org/91687/10-senales-para-saber-si-estas-bajo-ataque-espiritual/
El enemigo de las
almas ataca sin piedad… silenciosamente… en la oscuridad… para que no nos demos
cuenta. ¿Qué hacer? Orar… y mirar con
detenimiento lo que nos esta pasando… sin angustia… sin desesperación… sin miedo…
Estamos vivos… por
lo tanto estamos en una guerra espiritual desde que nacemos hasta el último
momento de nuestra vida. ¿Por qué? Porque el enemigo de las almas nos a
declarado la guerra… El quiere pelear con Dios, pero ya Dios lo ha vencido,
entonces se vuelve hacia los hijos de Dios, hacia sus delicias, con odio
infernal para tenazmente buscar la forma de robarle las almas a Dios.
El demonio ha
perdido su puesto en el Cielo. Ha caído bajo muy bajo. Su belleza se ha
transformado en apestable fealdad. Lo ha perdido todo… menos la soberbia, razón
de su extravió y locura.
¿Qué le queda? La guerra, atraer a todos los humanos que
pueda a su reino infernal, para vengarse de Dios, para torturar hasta la
eternidad a los pobres que caigan en sus garras, atraídos por sus promesas, y
regalos que son polvo y nada para la eternidad.
Su odio es
inimaginable. Busca por todos los medios no solo destruirnos, sino ser adorado
por un número alto de almas que voluntariamente y engañados, cedan a sus
pretensiones. Por eso me da tanta pena los que se llaman satánicos… porque aquí
se creen libres en hacer y deshacer a su gusto, pero si caen en el infierno la
desgracia eterna será la tortura inconcebible para sus pobres mentes… Oremos
por ellos… que no se pierdan… que no pierdan a Dios.
No debemos tenerle
miedo… El miedo que nos debe invadir es únicamente el miedo de perder a Dios
para toda la eternidad… eso nos debe hacer temblar… pero no los demonios…
Perros rabiosos que por más que quieran acercarse no lo harán, si nosotros no
abrimos la puerta a nuestra voluntad, cediendo en la tentación que nos
presenta. Hasta un niño en gracia de Dios
hace temblar al demonio cuando lo ve… porque un alma pura, humilde llena
de la presencia divina lo deslumbra, el perfume de Dios lo enloquece, lo hace
sufrir, la luz divina que sale del alma en gracia… Todos debemos de trabajar
para que nuestra alma sea sumamente llena de Dios… su presencia este siempre en
nuestra alma, en nuestra mente, en nuestra vida… lo contrario es ponernos en
bandeja de plata en sus garras infernales…
A la pregunta que
me hacen sobre el punto cinco del enlace presentado, abundando en el tema, me
animo a escribir una breve explicación sobre el punto cinco.
Sabemos que nuestra
salud puede afectarse por razones naturales o simplemente, porque hemos
descuidado una buena alimentación y descanso suficiente, razón para que nuestro cuerpo no se mantenga en salud.
Cuando el cansancio
y la debilidad vienen del enemigo se puede descubrir si ponemos atención a los
síntomas. Claro luego de orar intensamente y en confianza a nuestro Padre Dios
para recibir su ayuda.
Sentimos que la
debilidad y el cansancio no nos dejan cumplir con nuestras responsabilidades
diarias. Nos dejamos vencer y no
cumplimos. Pero observemos bien… ¿Qué pasa?
Podemos sentir que el cansancio va desapareciendo lentamente al rato. Desaparece la debilidad al rato. O
cambiamos de actividad y de momento comenzamos a sentir en nuestro cuerpo
energías que nos hacen trabajar como si nada hubiese pasado… para sorpresa
nuestra… pero que hemos dejado de cumplir con nuestro deber y responsabilidad
en ese momento.
Podemos sentir
debilidad y cansancio hasta arrastrarnos literalmente. ¿Qué es lo que Dios
quiere que hagamos? Sobreponemos y con la ayuda del cielo, iniciamos las
labores diarias… ¿Qué sucede?... según vamos trabajando el cansancio y la
debilidad van cediendo hasta desaparecer…
No hay nada más que buscar… está clarísimo… Es un ataque espiritual… no
es enfermedad… es el enemigo del alma que quiere debilitarnos, sacarnos de
nuestro deber diario, de nuestro apostolado, de nuestra misión… quiere destruirnos… angustiándonos,
hasta caer en la desesperación… Hay que levantarnos glorificando a Dios que nos
ha descubierto la estrategia del demonio… al abrirnos los ojos y poder mirar la
acción demoniaca… con Dios vencemos… con la Mater vencemos… No hay que tener miedo.
Por otro lado,
recordemos a la hemoroiza que llevaba tantos anos enferma y ningun medico había
podido curarla porque no era una enfermedad natural. Las palabras de Jesus dan
fe de que se trataba de una enfermedad provocada por el demonio. Jesús dice que
el demonio la tenia atada por tantos años, era necesario romper esas ataduras
para curarla… aunque lo había hecho en sábado el milagro… Los fariseos le
importunaban por este hecho, la había curado en sábado. ¿Recuerdan?
Entonces vemos que
existen enfermedades que no son naturales sus causas, que no son por motivos de
convertirse el alma en “victimas” por los pobres pecadores y asi ir pagando la
deuda y la conversión de ellos y propia… Sino enfermedades que solo las provoca
el mismo demonio… Que vamos ahora a
temblar… no, claro que no…
Recordemos que un
alma en gracia divina o simplemente en camino de santidad, trabajando consigo
misma para alcanzar esas virtudes que tanto Dios desea en cada uno de nosotros,
no es presa fácil para el enemigo… porque esas almas están vigilantes… vigilan
desde la oración, desde una vida de
sacramentos… apartándose del pecado… buscando siempre, siempre lo que le agrada
a Dios… Rodeándose de amistades que buscan el mismo idea… Bajo la dirección
espiritual con un sacerdote santo… Cultivando una verdadera amistad con Dios,
con la Mater, con su ángel custodio, con los santos… sirviendo y dándose a
gusto divino, al necesitado, al pobre, a todos… escudriñando las Sagrada
Palabra Divina para hacerla eco y vida… un alma así, ha tomado muy en serio a
Dios, y Dios le concede la fortaleza, las gracias divinas para soportar
heroicamente las contrariedades del diario vivir, para saltar todos los
obstáculos que le presenta el demonio… No, no se le hace fácil al enemigo del
alma verlo derrotado… porque su confianza esta puesta en Dios… y Dios lo
defiende… Mientras siga ese programa espiritual no se desviaran sus pasos.
Jesús venció a
Satanás… Jesús lo vuelve a vencer en cada uno de nosotros… NO HAY QUE TEMER…
solo vivir agradándole a Dios como Dios quiere ser agradado…
Desde la Soledad del Sagrario
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