Una invitación a un hermoso lugar

He sentido el llamado a invitar aquellas personas que la Mater me inspira a visitar su Santuario Ermita de la Familia Pérez-Badillo. Les confieso que siento una  inmensa alegría llevarlos.

El lugar es hermoso. Esta levantado en la cima de un mogote. Rodeado del verde que ofrece la naturaleza, entre árboles, arbustos y flores.  A veces escuchamos el trino de los pajaritos que cantan como un coro dando la bienvenida. Es verdaderamente hermoso…

El lugar provoca a estarse en oración, a meditar, a cantar, con toda el alma,   cantos de alabanzas, a rezar con entusiasmo… a tomar las Sagradas Escrituras y leer en voz alta.   Es un lugar donde el alma siente que toca a Dios… claro cuando el alma se abre a las inspiraciones, gracias y bendiciones que se derraman en el lugar… porque todo Santuario Hogar, todo Santuario Ermita, todo Santuario Filial, se derraman bendiciones y gracias en abundancias, si los encargados viven ese misterio de Amor, que es  la Alianza con la Mater, al gusto divino… 

Acostumbro a  invitarlos a acompañarme a un  lugar hermoso sin decirle nada más.  La curiosidad es grande pero vale la pena no decirles nada.

Cuando llegamos la emoción, la alegría de la sorpresa es inmensa. A unos les da con reír, a otros les da con llorar. Todos sienten esa inmensa paz que cobija, que estremece por la acogida cálida que experimenta el alma. La presencia de nuestra amada Mater cobijando a sus pequeños, como una madre produce una  paz gustosa y sabrosa.

Doña Carmen, me acompaño la semana pasada. Cuando llego al lugar la emoción, la alegría era tanta que se reía sin poder parar.  Como una niña pequeña miraba todo con el asombro de quien descubre un gran tesoro… Estuvimos un buen rato dentro del Santuario Ermita… al salir, nos comentaba que salía totalmente distinta a como entro… Se sentía renovada, se sentía tan y tan bien que no se cansaba de dar gracias.  

Fue una tarde de grandes regalos espirituales, gracias y bendiciones para doña Carmen… Lo paso super… Daba gusto mirarla y escucharla.  Estaba radiante de felicidad. Doña Carmen siente una gran ternura y amor por la Mater.  Siempre ha sentido a la Mater como madre… se siente que ella es su niña mimada… 

Hoy, Norma me acompaño a visitar a la Mater en este hermoso lugar.  No tenía la menor idea para donde iba… pero eso sí, sabía que la invitación venia del Cielo, por eso, entusiasmada acepto prontamente ir.

Al llegar la sorpresa inesperada le provoco una emoción que hacía saltar las lágrimas sin poder detenerlas… Dios obrando en las almas… ricas bendiciones y gracias derramándose… ¡Qué bueno es Dios!!

Fue una tarde deliciosa donde Dios se hacía presente, donde la Mater nos cobijaba con su manto, con su amor de madre… 

Norma estaba tan emocionada, agradecida por la experiencia que se comprometió a traer a su familia y conocidos al lugar. Y no es para menos… cuando encontramos un lugar tan lleno de Dios y de la Mater queremos traer a todos los que nuestro corazón cobija para que se enriquezcan con la experiencia.

Schoenstatt, nuestro amado Schoenstatt, el Santuario de la Mater, lugar de cobijamiento, lugar de transformación, lugar de envió como sus instrumentos… El Santuario de Schoenstatt… la casita de María, donde sus hijos vienen en busca de su amor, de su comprensión, de su ayuda. ¡Qué bueno es Dios!! al darnos una madre tan singular… Oh, Jesús gracias por darnos por madre a vuestra Santísima Madre… que regalo más hermoso y de tanta ayuda… gracias, amado Jesús…

Gracias, Mater, por aceptarnos como hijos… gracias por tus desvelos, tu oración, tus cuidados con cada uno de tus pequeños… gracias, Madrecita, gracias… Te amo con toda mi alma… simplemente porque eres mi madre… y te quiero amar por los hermanos que te niegan y no te aceptan… Aquí me tienes, Madre mía, para lo que tú desees… siempre dispuesta a ayudarte… en todo momento… como Jesús quiere… Mamá… 

Desde la Soledad del Sagrario