Quieren exterminar todo rastro, todo signo, toda experiencia, toda herencia
cristiana de la faz de la tierra. Creen y estan convencidos que destruyendo la
herencia cristiana, los cimientos de los orígenes del cristianismo podrán borrar
del mundo la cultura cristiana.
Nada más falso. Pura falacia… Puro engaño… La fe, la Iglesia no podrán destruirla. Derrumbaran
monasterios, iglesias, ruinas de los cristianos que aun están en pie como
testimonio de nuestra fe… Quemara libros antiguos, papiros, imágenes, cuadros,
iconos… Asesinaran cuanto cristiano encuentren y aun así no podrán acabar con
el cristianismo. Porque el cristianismo no lo invento el hombre sino Dios
mismo.
Ellos no luchan contra los cristianos… ellos guerrean contra Dios… y
nuestro Dios es un Dios invencible… un Dios único y verdadero… que esta dejándoles
hacer para luego Dios, en persona actuar.
Lo hemos visto en el Viejo Testamento. Cuando el pueblo de Dios se
paganizaba, se volvía de espaldas a Dios… Dios los dejaba a su suerte… porque
ellos se habían rebelado contra Dios… Dejaba que los pueblos vecinos entraran
en acción contra su pueblo para que experimentaran su gran error.
Experimentaran lo que supone vivir sin Dios en sus vidas. Experimentaran que lo
que ellos creían como felicidad era pura quimera… Palparan por ellos mismos que
la verdadera y única felicidad estaba en ser files a Dios.
Pronto, el pueblo de Dios descubría su gran error… descubría con lagrimas
de sangre su extravió voluntario, su pecado de renunciar públicamente a Dios para
seguir el paganismo, la superstición de
los pueblos vecinos.
Pronto, el pueblo de Dios reconocía el gran error de sus vidas, haberse
rebelado contra Dios, el Dios que solo les había dado su amistad, procurando el
bienestar de todos.
Arrepentidos, vestían sus cuerpos de saco y ceniza, con grandes gemidos y
llanto volvían sus corazones a Dios, suplicándoles perdón por sus grandes
pecados de infidelidad. Dios les
escuchaba y salía en su defensa. Volvían a pactar la paz y la obediencia a Dios…
para luego volver a caer en el paganismo y la superstisión, que les seducía con grandes promesas…
Cuanto más hoy, la Iglesia se ha alejado de Dios, esa feligresía ha tomado
las costumbres, las diversiones, las modas, la superstisión de los paganos de
hoy día. Donde tantos y tantos católicos se levantan en protesta de las leyes
divinas, de los consejos evangélicos, de la moral y doctrina de nuestra Madre
Iglesia.
Feligreses y una porción pequeña de consagrados, manifestando sus
intereses, sus pensamientos, sus deseos
que alejan, confunden, y extravían no solo a ellos sino a todos los demás que
se acercan, les escuchan para s\eguirles por el camino equivocado, alejándolos de
Dios cada vez mas. Han tomado doctrinas
llamativas que son sumamente peligrosas. Han tomado posturas peligrosas donde
sus opiniones solo cuentan y van en contra de lo establecido por la Iglesia,
por Cristo. Se proclaman tener la verdad… la interpretación correcta de las
Sagradas Escrituras. Critican y juzgan temerariamente a la Iglesia… y hasta las
palabras y enseñanzas de Cristo.
Como no van a venirnos la persecución religiosa sin nos hemos alejados de
la fuente verdadera, de los caminos que Cristo nos ha señalado a seguir. ¿Cómo no vamos a sufrir la persecución
religiosa si hemos aceptado la cultura de la muerte votando por líderes políticos
que la avalan y sostienen? ¿Cómo no
vamos a recibir las consecuencias de nuestro extravió si nos \emos levantado en
rebeldía contra Dios?
Dios ha tenido mucha paciencia con su Iglesia. Dios ha enviado buenos y
santos Papas, obispos, sacerdotes y tantas personas que hoy han subido a los
altares de nuestra Iglesia, que han sido testigos de Cristo y de su palabra.
Que han señalado el camino desempolvándolo, e iluminándolo con sus vidas santas…
camino que Cristo nos ha señalado y que hemos olvidado y no aceptado seguir.
Hoy, hermanos cristianos inocentes dan su vida como testigos de Cristo, como
hijos de la Iglesia. Hoy la Iglesia se
alimenta, se vigoriza, aumenta, brilla como nunca ante las semillas sembradas
con sangre para rejuvenecer, \para revitalizar, para encender nuestra Iglesia
como el Faro de luz más hermoso. La Iglesia se vuelve victoriosa con la sangre de los mártires… Vuelve
Cristo a vencer a su enemigo, esta vez con la sangre de sus mártires… Vuelve la
Iglesia ha brillar en victoria como nunca en estos siglos. Nada, nadie podrá jamás
vencer y destruir la Iglesia… porque Cristo la sostiene… porque Cristo la
defiende… porque la Iglesia la ha fundado Cristo… y Dios prevalece contra sus
enemigos siempre, en el tiempo y en el espacio…
Los enemigos de nuestra Iglesia solo está ayudando a su purificación. Solo están
ayudando a llenar el Cielo de santos mártires… Solo están ayudando a devolver a
la Iglesia los militantes extraviados en su error.
¡Bendito sea Dios!
Desde la Soledad del Sagrario
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