imagen web |
Estas aquí sentando frente a Dios… a la Madre de Jesús… Estas aquí porque te han invitado… y has dicho ¿Por qué no? Vamos a ir… Sin embargo…quiero confesarte que estas aquí, no porque ese amigo o amiga, quizás un familiar, te ha invitado… No, estas aquí porque Dios y la Santísima Virgen, ten han llamado… Dios ha pronunciado tu nombre… te ha llamado con ternura, y has dicho “si, voy” y estas sentado aquí… frente a frente a Jesús… Al Dios que tanto te ama… Al Dios que tanto te llama por tu nombre… Al Dios que tantas veces te ha esperado… Un Dios, que hoy ha salido a encontrarse contigo… pero no te has dado cuenta, porque tus ojos nada han visto… tu corazón nada ha sentido… y sin embargo, ese Dios que no ves, ha salido del Sagrario a recibirte… porque te ama y no ha podido resistir el salir a recibirte…Pero es que lo dudas?? No lo dudes...Dios ha salido del Sagrario para recibirte... que nada ves... Si es cierto, nada vemos... pero es así... Jesús no ha podido esperar, sino que a salido a tu encuentro...
Hay
una verdad que has escuchado muchas veces… Dios te ha creado… es nuestro Padre…
es tu Padre…pero esa verdad que has escuchado necesitas saborearla, que entre
en ti… que haga ruido dentro de ti… que provoque alegría en ti…que te convenza…
si te convenza y creas de verdad que Dios te ama… y creas que te ama
con locura…y creas, conozcas y experimentes que “eres hijo de Dios”
porque “Dios es tu Padre”… y como Papá su mayor alegría es ver
a su hijo, a su hija que vienen buscándolo…
Ten
han dicho hasta la saciedad que Dios te ama con locura… ¿por qué dudarlo?
Es cierto... muy cierto... Vamos a escuchar y saborear esta verdad...
"Dios me ama con locura". Internalizar esta gran verdad... Nadie...
pero nadie en esta vida te ama como Dios te ama... ¿No tienes ganas de conocer
ese Amor de Dios por ti??
Y te
lo digo... te lo repito con toda el alma... Dios te ama como nadie jamás te ha
amado… te ama tanto que ha dado su vida por ti. Dios ha dado la vida por todos,
si, es así… pero fíjate que en ese “todos”, estabas tú… porque Dios ha dado su
vida por ti… Pero ¿será posible que Dios haya dado su vida por ti??… Pues, sí... mira que sí... ¿y sabes,
por qué lo ha hecho?? Porque tú eres sumamente importante para Dios… aun no
habías nacido… y Dios te miro… te amo… allí en el huerto de Getsemaní, cuando
sudaba sangre al ver toda la pasión que iba a sufrir, pero también al ver todos
los hombres, que iban a existir en este mundo hasta el último hombre…Sabes…
Jesús vio y conoció en ese momento, a todos los que le iban a rechazar, a
no querer nada con Él, ha despreciar su regalo de vida… ¿Te imaginas que dolor
para Cristo? Cuántas lágrimas derramo por aquellos que lo despreciaban… y
cuanto consuelo sintió su corazón al ver cuantos le iban a amar con
agradecimiento, con verdadera entrega a vivir obedeciéndolo, a amarle como Dios
quiere ser amado… Y ahí vio a miríadas de Legiones de
niños adoradores. Niños que iban a darse plenamente como
consoladores, como amigos suyos... ¿Te imaginas??
Es
esta una verdad que debe sonar en tus oídos…debe hacer ruido dentro de ti… debe
estallar en ti como un conocimiento claro… Dios ha dado su vida
por ti… Y ha dado su vida por ti, porque, tú eres “la niña de sus ojos”. Tú
eres sumamente importante para Dios… no existe nadie como Tú para Dios… Esta
verdad, ¿no te hace sentir el deseo de llenar tu vida de Dios?… ¿de
conocer a Dios de verdad? De conocerlo íntimamente… de tú a Tú… con respeto
claro esta… pero de tú a Tú…como amigos que se conocen perfectamente… ¿Te
imaginas algo así? Eres “la niña de sus ojos” divinos. Por
eso te mira con tanta ternura… por eso solo piensa atraerte para regalarte la
verdadera felicidad… porque Dios es la felicidad misma.
No es
la felicidad que tú conoces… esa que dura tan poco… No, no es eso. Es una
felicidad que nace de tu interior… y sale hacia el exterior. Una
felicidad que no se va de ti, sino al contrario va creciendo en ti… una
felicidad que permanece aun en medio del dolor, las pruebas y sufrimientos del
diario vivir… porque esa felicidad consiste en que tú tienes a Dios en tu
alma…Dios vive en tu alma… y sientes su presencia a través de una paz inmensa…
un derroche de felicidad… un gozo gustoso que hace al alma sentir una
santa alegría inmensa, que salta a borbotones impregnándolo todo...
No
tienes idea de cuánto te ama Dios… No tienes idea de cómo te
ama Dios… no tienes idea de lo dulce que es el Amor de Dios… y
es que Dios te ama tanto y tanto que no solo ha dado su vida por ti… sino que
también ha querido quedarse cerca, muy cerca de ti… para que puedas encontrarlo
cada vez que lo necesites.
¿Sabes
donde se ha quedado? Se ha quedado en el Sagrario… se ha quedado en ese
misterio que no entendemos, ese misterio en que se nos da como pan y como vino,
pero que no es pan ni es vino… porque se convierten en su cuerpo y en su sangre
en el momento de la consagración en la Santa Misa… luego que el sacerdote dice
las palabras que hacen que Jesús baje, convirtiéndose el pan en su cuerpo
adorado, convirtiéndose el vino en su sangre preciosa y poderosa.
Ah,
pero es que yo solo veo pan, dices en tu interior... Claro, solo ves
pan...y comes y te sabe a pan…y ves vino, huele a vino y sabe a vino… pero
no es pan ni es vino luego de la consagración, porque
Él lo dijo… “Quien come de mi cuerpo y bebe de mi sangre tendrá vida eterna”… y
lo dijo en su primera y última Cena con los apóstoles… el jueves santo, antes
de vivir su pasión…
¿Te
imaginas?? Pero, puedes por un momentos imaginarte esta gran verdad: "Él
pensó en ti"... Jesús se detuvo a pensar en ti... ¿Por qué??
Porque eres muy importante para Él... eres tan importante, como si no existiese
nadie más, solo tú y Él... ¿Te imaginas??
Mira, Jesús sabia que
necesitabas de Él como alimento, porque solo no podías salir ileso, victorioso,
porque tu vida se iba a complicar y lo ibas a necesitar para sanar,
para liberarte, para levantarte como persona digna, llena de amor, llena de
compasión, llena de entusiasmo, llena de alegría, llena de vida…por eso
se quedo en el Sagrario… por eso se volvió pan y vino para que te alimentaras
de su cuerpo glorioso, de su sangre poderosa… ¿No es maravilloso? ¿No
sientes que tu interior se enternece sobremanera ante esta gran verdad??
Jesús
te quiere poderosamente vivo, quiere que le conozcas como Amigo,
como el Amigo fiel que es… nadie jamás será tan fiel como Jesús… su amistad
tiene consecuencias agradables… ser amigo de Jesús es ser sumamente feliz
porque Jesús llena el corazón de sus amigos con la esperanza, con su amor, con
su presencia divina, con la alegría de vivir en esa amistad que entre más le
conoces mas quieres estar con Él…
Dios
sabe de tus miedos, de tus luchas, de tus ilusiones y desilusiones,
de tu soledad, de tus penas, de tus faltas, de tus pecados… te conoce como
nadie, te conoce mejor de lo que tú mismo crees conocerte…Él solo quiere que le
ames, que le busques, que le hables de tus cosas, que cuentes con Él para todo,
que confíes ciegamente en Él… Dios no te va a defraudar jamás… Dios te quiere
feliz… Dios te ha creado para ser feliz… y la felicidad esta en poseer a Dios y
en que Dios te posea…
Poseer
a Dios... ¿Lo has pensado alguna vez? ¿Lo has deseado alguna
vez?? Imagínate, tu alma se llena plenamente de la presencia divina
y a la vez Dios te posee plenamente... ¿Te imaginas el estallido de
amor en dentro de ti? Puedes imaginarte tu corazon débil y pequeño convertido
en una hoguera de fuego, fuego de amor divino, porque Dios ha entrado
en ti y tú has entrado en Dios... Sí, porque si tu posees a Dios es porque Dios
ya te posee. Que experiencia maravillosa, es como el hierro fundido en el
fuego... el hierro desaparece solo se ve el fuego que se apodera del hierro...
algo así, tu alma poseído a gusto por el Dios de
la vida... Anímate... a desearlo, a buscarlo, a vividlo...
Por
eso hay tres cosas que debes de comenzar a practicar:
1)
Reconocer
y aceptar que te has alejado de Dios… acercarte y decirle: “Dios mío,
perdóname”… decirlo muchas veces en el día… cada vez que puedas… decirlo de
corazón… decirlo con confianza… decirlo convencido que Dios te está escuchando,
que Dios quiere perdonarte, abrazarte y ayudarte a vivir una nueva vida, una
vida de amistad con Dios…2)
2) reconocer
y aceptar que lo necesitas en tu vida… que con Él puedes alcanzar vivir una
verdadera felicidad…como nunca has soñado vivir… decirle: “Jesús en Ti confió”…
decirlo como si tus ojos lo vieran… como si tus oídos lo escucharan… como si tu
corazón lo sintiera…
3)
reconocer
y aceptar que necesitas el poder divino para cambiar tu vida al gusto de Dios…
para vivir como Dios tanto desea que vivas… para vivir esa felicidad que Dios
quiere darte… para eso debes invocar con toda tu alma, como si te estuvieras
ahogando en alta mar, no sabes nadar, y necesitas de un salvavidas para
agarrarte bien y llegar a la orilla, a tierra firme… Ese salvavidas es el
Espíritu Santo… debes llamarlo… llamarlo de verdad… llamarlo a todas horas…
llamarlo cuando te sientas solo, cuando te sientas enfermo… cuando te sientas
rechazado, incomprendido… cuando te sientas con hambre, de ser feliz, de sentir
la felicidad, esa que siempre esta, que nace del interior, como un manantial
que provoca alegría y gozo… cuando te sientas enojado, con ganas de pelear…
cuando te sientas desilusionado… cuando te sientas que vas a explotar.. cuando
te sientas con ganas de llorar… cuando te sientas con ganas de no hacer el
bien… cuando te sientas sin fuerza para seguir viviendo… o cuando te sientas
tranquilo, o cuando no sientas nada, ni comprendas nada… es en todos
esos momentos cuando debes invocar al Espíritu Santo… su poder, su fuerza con
toda el alma: “Ven Espíritu Santo… apodérate de mí”… “Ven Espíritu Santo vive
en mi”…”Ven Espíritu Santo hazme feliz, quiero ser feliz”…
La
vida es solo una… la vida es muy corta… la vida sin Dios es muy difícil… la
vida con Dios es sumamente hermosa… vamos a conquistar la amistad con Dios…
Dios quiere ser nuestro Amigo… vamos a trabajar con entusiasmo por ser amigos
de Dios por eso debemos de poner en práctica estos tres consejos que les doy… y
vamos a hacerlo ahora mismo… es fácil… muy fácil… para que no se les olvide… vamos
a hacerlo ahora…
En
estos momentos vamos a practicar estos tres actitudes para con Dios… que nos
abren las puertas de la felicidad verdadera.
Mirando
al Sagrario…mirándolo con verdadero deseo, con hambre... así como miras la
comida cuando tienes hambre y no puedes aun comer... mirarlo y en esa mirada se
vaya tu corazon en una dulce suplica de amor... o de deseo de amarle...
Mirándolo
vas a eternizar unas frases que vas escuchando. Las vas repitiendo en tu
interior... Trata de decirla como si tus ojos vieran el rostro amoroso de ese
Dios que tanto te ama, hasta la locura de quedarse en el Sagrario por ti...
hasta el extremo de haber dado la vida solo y únicamente por ti, por
tu felicidad eterna...
Repítela
en tu interior... saborearla... gusta de cada palabra... míralo a los ojos,
esos ojos tiernos que te miran con una suplica... ¿suplica? Si, te suplica
le dejes entrar a tu corazon. Le dejes hacer a su gusto, dejándote en
sus manos divinas... Se dócil, muy dócil a la voluntad
divina... Déjate hacer al gusto de Dios... no le ates las
manos a Jesús... muéstrate generoso, agradecido por tanto
amor divino hacia ti...
Escucha
cada frase...
“Dios
mío, perdóname”
“Jesús,
yo confió en Ti"
Señor, aquí estoy
para lo que mandes de mí.
Antes de
terminar nuestro encuentro con Jesús, vamos a pasar
uno a uno ante el Sagrario, para tener un dulce e intimo encuentro con Jesús.
Una audiencia privada con el Señor. En silencio, háblale de corazón a corazón...
Desde
la Soledad del Sagrario
No hay comentarios:
Publicar un comentario