Santa Imelda, imagen web |
Hay almas que no
tienen ningún problema. Hay almas que todo le suena bien, no hay porque
complicarse, si es que se puede llamar una complicación.
Pero hay otras
almas, pequeñas, pobrísimas, necesitadas de amor, que sienten una necesidad
apremiante de recibir al Amor de los
amores de rodillas. ¿Por qué se escandalizan?
Oh, que
imprescindible respuesta, para estas almas pequeñas, de responder con
veneración, con exquisita reverencia, con detalles de adoración al Amado Divino
que se da como manjar sabroso al alma.
Recibirlo de
rodillas, con las dos rodillas en el suelo, con las manos unidas, con la mirada
perdida en ese pan divino que se hace alimento para el alma.
Recibirlo de
rodillas sin prisa, sin apuros, sin molestias… recibirlo con el alma sedienta
de amor… recibirlo con el corazón desbordándose en ternura… recibirlo de
rodillas, sí de rodillas… Un gesto tan sencillo, tan simple y tan elocuente
para Dios… para el alma pequeña…
Sacerdote de mi
Cristo, ¿Por qué se extraña tanto? ¿Por qué la prisa? ¿Por qué se niega a
contemplar un alma, que desea reverenciar a todo un Dios que se entrega,
anonadándose en un pedazo de pan?
El alma
pequeña desea con ardientes e intensos
deseos de fuego, arrodillarse ante el Rey de reyes, ante su Dios, recibiéndolo
como el alma siente que debe recibirlo… de rodillas… porque es Dios… de
rodillas porque es una necesidad apremiante que nace del alma… De rodillas…
porque le quema el deseo de arrodillarse
y recibirlo de rodillas, manifestándole todo, en ese humilde gesto… que a Dios
tanto le agrada…
¿Por qué te
maravillas, Sacerdote de mi Cristo? ¿Por qué te molestas? ¿Por qué no puedes
entender y aceptar esta necesidad apremiante, que nace de un alma enamorada que
gime de amor, ante un Dios que se da a manos llenas en ese pedacito de pan?
Si los demás quieren
recibirle de pie… que lo hagan… pero si las almas pequeñas y pobres quieren
recibirlo de rodillas, ¿por qué se les va a negar la oportunidad?
Los ángeles lo
adoran de rodillas… las almas pequeñas quieren adorarlo recibiéndolo de
rodillas… ¿Quién puede entenderlas??? Solo Dios…solo Dios…
Desde la Soledad
del Sagrario
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