PORQUE AL MIRARLE…VEO A DIOS

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Contemplando al Santo Padre Francisco, no puedo dejar de pensar en Dios, en Dios Padre. Entre más lo contemplo, entre mas lo escucho, entre más me pierdo en su mirada, en su rostro, mas, mucho más me lleva a Dios… me lanza a los brazos de Dios. No puedo quedarme en la persona del Papa Francisco, no… porque todo en él me habla de Dios elevando mi corazon, mi pensamiento, mi mirada  a Dios…

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Me habla de un Dios, que es Padre, un Padre cercano,  muy cercano, a sus hijos,  que se deja tocar, se deja acariciar, se deja encontrar, se deja amar… 

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 Me habla de un Dios, que es Padre y se deja hacer en manos de los pequeños, manos humildes, manos puras, manos que solo saben amar con el corazón… Me hace sentir que los 

pequeños, con mucha facilidad,  le roban el corazón a Dios Padre, quien se deshace prodigando atención, amor a sus pequeños hijos... porque aquellos que sean como niños, ellos heredan el Cielo...

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Me habla de un Padre Dios dispuesto siempre a recibir a sus hijos, a abrazarlos con la mas exquisita bondad y ternura... Un Padre Dios que abre sus brazos de par en par para estrechar contra su pecho al hijo que vuelve, al hijo que necesita de ese abrazo, que necesita saberse amado, deseado por el Padre Dios.

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Me habla de un Padre Dios cuya alegria se desborda al contemplar a sus hijos salvos, de vuelta al verdadero redil. 

Un Padre que vive enamorado de sus hijos a tal grado, que no escatimo costos ni trabajos, para devolverlos a la gracia santificante perdida por el pecado. Un Padre que paga con su Unigénito el precio de vida para sus hijos... 

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Me habla de un Dios, que es Padre, un Padre que se preocupa por sus hijos, buscando en todas formas devolverlos a la verdadera felicidad... 

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Su mirada, sus posturas, su deseo plasmado en su rostro, me lleva a encontrarme con un Padre Dios que sabe esperar, que siempre esta esperando el regreso de sus hijos. Que no deja de buscarlos, de mirarlos con tanta ternura. Que su mirada es como un manto que cobija a sus hijos, un manto de exquisita bondad, amor... Mi Padre Dios nos llama por el nombre, en esa larga espera, a cada uno de sus hijos... 

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Me lleva a encontrarme con un Padre Dios que amonesta a sus hijos, porque les ama, porque solo quiere la felicidad plena para cada uno de ellos... Quiere llenar de felicidad la vida y el alma de sus hijos... por eso cuando ve que el peligro los acecha, los amonesta, los corrige, los educa... porque Dios es Padre de grandes y de pequeños... y a todos quiere consigo...

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El Papa Francisco me lleva a mirar a Dios, como el Padre que se siente apenado, cuando el hijo enfermo se va lejos, despreciando la medicina que le    devolverá  la salud. 

Ese corazon del Padre Dios al ver tantos hijos enfermos que corren huyendo de El... el Amor no es amado... La Bondad no es aceptada... y el Padre Dios desbordando tanto Amor... llamando sin recibir respuestas... 

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Me habla de un Dios que es Padre, y como Padre, sale al encuentro de los hijos... sale a buscarlos... a encontrarse con ellos en el camino... en la situacion de vida que esten viviendo, pasando, sufriendo... Dios es Padre, un Padre amoroso... un Padre dedicado a sus hijos... un Padre que solo quiere lo mejor para ellos... y lo mejor es el mismo Dios... que se da como felicidad plena alcanzable en esta vida y en la eterna.. porque Dios es Padre...

Desde la Soledad del Sagrario