Alegría por morir… ¿Quién lo puede entender?

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 Sí, alegría por morir… solo lo entienden, lo experimentan, lo viven y lo desean los santos… solo ellos… ¿perdieron la razón?  ¿Si perder la razón es desea estar ya con Cristo?… pues sí, han perdido la razón… por desear ardientemente vivir ya, esa inmensa felicidad eterna, que es poseer a Dios y ser poseídos por Dios. Aunque, no niego que se puede empezar a vivir aquí en la tierra… pero en la eternidad resulta a mayor grado, a mayor visión beatifica… de ver y gozar a Cristo ya sin ningún velo que nos lo impida.

Miremos un momento a una santa que nos puede explicar con sencillez lo que su corazón experimento con la agradable noticia que recibe. Hay que saber que no ha sido la única… todos los santos han experimentado esta tierna emoción…

Avisada Santa Gertrudis de su inminente muerte… mirad lo que la Santa nos dice: “Esta es la más dulce de las alegrías, la que más había deseado, porque voy a  encontrarme con Cristo¹”. 

 ¿Seriamos capaces de responder de esta hermosa forma? O por el contrario estaríamos peleando con la muerte porque no nos queremos ir todavía. 

Ella, Santa Gertrudis, derrochaba alegría y gozo con la noticia, como una novia enamorada quería que llegara el día para acudir presurosa a la cita eterna con el Amado Divino.

¿Y nosotros? Correríamos a buscar el medicamento, el tratamiento, el médico,  la oración, el milagro… que pospusiera por más tiempo el viaje a la eternidad, porque aun nos quedan cosas por hacer en esta vida.

Los santos, son los SANTOS, que solo viven para el encuentro eterno con el Amado… Que mucho nos queda por aprender; por morir a tantos intereses que nos alejan de Dios…

Amamos con locura a Dios siempre y cuando nos deje más tiempo de vida… porque en el momento de la verdad, la tristeza, la pena por dejar  a los nuestros, a las cosas, a tantos planes sin realizar inundan el corazón alejándonos de la voluntad divina.

Hay que saber y recordar que en esta vida… solo cuenta vivir para Dios… vivir abrazados a su santa voluntad divina… lo demás sobra… porque Dios vale la pena… y en Dios se ama y se vive todo lo demás…

Desde la Soledad del Sagrario

¹ Fuente: Vida de Santos; Octubre a Diciembre