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Muere el Padre Frans van der Lugt,
sacerdote a lo Cristo, pero a los medios de comunicación no les interesa… no
han hecho un despliegue a nivel mundial con la noticia…no, no es noticia… no es
de su interés… sin embargo muere un mártir a los 75 años, muere un hombre lleno
de amor, de compasión, de fidelidad a su pueblo… el pueblo de Dios de Siria que
sufren tanto…
Muere el Padre Frans van der Lugt,
sacerdote a lo Cristo, pero a los medios de comunicación no les interesa… no
han hecho un despliegue a nivel mundial con la noticia…no, no es noticia… no es
de su interés… sin embargo muere un mártir a los 75 años, muere un hombre lleno
de amor, de compasión, de fidelidad a su pueblo… el pueblo de Dios de Siria que
sufren tanto…
Padre Frans van der Lugt, sacerdote
jesuita, hombre de Dios, varón de
dolores, que acogió al pueblo Sirio, con todo su corazón.
Padre Frans van der Lugt, sacerdote
jesuita, hombre de Dios, varón de
dolores, que acogió al pueblo Sirio, con todo su corazón.
Allá para el 1966, cuando por primera
vez tocaba tierra, lleno de ilusiones, de anhelos de conquista, de deseos de
encuentros de almas para Dios.
Vivió su misión con toda fidelidad, con
toda entereza, no lo dudo por el desenlace de la misma. Hombre agradecido de un
pueblo que lo acogió como a un padre, abriéndole el corazón, bebiendo de la
fuente insaciable de nuestra fe. Cuantos conversos, cuantos bautismos, cuantos
matrimonios, cuantos confirmaciones, cuantas almas ayudas a morir en paz,
reconciliadas con Dios…
Padre Frans van der Lugt, trabajo
incansablemente, no lo dudo, y a los 75 años termina su vida como “mártir de la
fe”.
Allá para el 1966, cuando por primera
vez tocaba tierra, lleno de ilusiones, de anhelos de conquista, de deseos de
encuentros de almas para Dios.
Vivió su misión con toda fidelidad, con
toda entereza, no lo dudo por el desenlace de la misma. Hombre agradecido de un
pueblo que lo acogió como a un padre, abriéndole el corazón, bebiendo de la
fuente insaciable de nuestra fe. Cuantos conversos, cuantos bautismos, cuantos
matrimonios, cuantos confirmaciones, cuantas almas ayudas a morir en paz,
reconciliadas con Dios…
Padre Frans van der Lugt, trabajo
incansablemente, no lo dudo, y a los 75 años termina su vida como “mártir de la
fe”.
Llego la guerra a Siria… llego la cruz…
llego el desgarre de un pueblo que se descubre de la noche a la mañana sin
hogar, sin comida, sin libertad… y lo más penoso… solos… abandonados por el
mundo que se niega a ver, a oír, a ayudar.
Todos se han ido, el Padre Frans van der
Lugt, no podía irse, no le daba el corazón abandonar a un pueblo que lo había acogido
con tanta amabilidad, con tanto amor… les debía mucho… eran sus hijos… había que
consolarlos, había que estar con ellos… no lo dudo ni un instante… se quedo con
ellos…
Pero el Padre Frans van der Lugt, sentía que debía hacer algo, en bien de su pueblo, y una mañana
del 29 de marzo de 2012, mientras alguien grababa un video de la ciudad, él mantenía
una conversación telefónica donde denunciaba la situación en Siria, la negación del mundo en ayudar, y la suplica
de ayuda que hacía. Estaba convencido
que el mundo tenía que saber lo que estaban sufriendo.
Hoy, 7 de abril, de 2014, dos hombres
llegan a su casa, le obligan a salir, se lo llevan para luego de darle golpes,
herirlo mortalmente con dos disparos a la cabeza… Así silenciaba a un sacerdote
que había dado su vida al pueblo de Siria por 48 años de servicio como
sacerdote a ese pueblo que amo tanto, que llego a decir, que se consideraba un árabe
mas entre los árabes… no era un extranjero.
Hoy, entra a descansar quien tanto sufrió
y trabajo en la villa del Señor, en un país donde se persigue a los cristianos
a muerte.
Gracias, Padre Frans van der Lugt, por ser del grupo de
los sacerdotes que lo dan todo por Dios… lo dan todo por la Iglesia… lo dan
todo por las almas… Descanse en paz…
Desde la Soledad del Sagrario
Llego la guerra a Siria… llego la cruz…
llego el desgarre de un pueblo que se descubre de la noche a la mañana sin
hogar, sin comida, sin libertad… y lo más penoso… solos… abandonados por el
mundo que se niega a ver, a oír, a ayudar.
Todos se han ido, el Padre Frans van der
Lugt, no podía irse, no le daba el corazón abandonar a un pueblo que lo había acogido
con tanta amabilidad, con tanto amor… les debía mucho… eran sus hijos… había que
consolarlos, había que estar con ellos… no lo dudo ni un instante… se quedo con
ellos…
Pero el Padre Frans van der Lugt, sentía que debía hacer algo, en bien de su pueblo, y una mañana
del 29 de marzo de 2012, mientras alguien grababa un video de la ciudad, él mantenía
una conversación telefónica donde denunciaba la situación en Siria, la negación del mundo en ayudar, y la suplica
de ayuda que hacía. Estaba convencido
que el mundo tenía que saber lo que estaban sufriendo.
Hoy, 7 de abril, de 2014, dos hombres
llegan a su casa, le obligan a salir, se lo llevan para luego de darle golpes,
herirlo mortalmente con dos disparos a la cabeza… Así silenciaba a un sacerdote
que había dado su vida al pueblo de Siria por 48 años de servicio como
sacerdote a ese pueblo que amo tanto, que llego a decir, que se consideraba un árabe
mas entre los árabes… no era un extranjero.
Hoy, entra a descansar quien tanto sufrió
y trabajo en la villa del Señor, en un país donde se persigue a los cristianos
a muerte.
Gracias, Padre Frans van der Lugt, por ser del grupo de
los sacerdotes que lo dan todo por Dios… lo dan todo por la Iglesia… lo dan
todo por las almas… Descanse en paz…
Desde la Soledad del Sagrario
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