domingo, 22 de diciembre de 2013

Vino a los suyos y los suyos no le reconocieron

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En cada navidad vuelve a darse la triste realidad que Jesús vino a los suyos y los suyos no le reconocieron.

Cuántas personas embriagadas por las fiestas y no, por la alegría de saber que todo un Dios quiso nacer como hombre, igual a nosotros, menos en el pecado… en una familia, en medio de  su pueblo… y los suyos no le reconocen.

Cuántos niños esperando con ansiedad, el 24 de diciembre por los regalos que traerá San Claus, olvidando al Rey de reyes que nace y trae regalos de bendiciones para toda la humanidad.

Cuántos regalos se darán en el cumpleaños del Niño Divino y ni una tarjeta de agradecimiento para Quien es el principal y motivo de celebración.

Cuántos preparativos, compras y más compras y nadie se percata de preparar su alma para el recibimiento del Niño Dios que desea nacer en el Belén del corazón de los suyos.

Pero no todo está perdido…hay familias humildes en toda las esferas sociales, obreros y profesionales, que hacen de la noche de Navidad un hermoso encuentro de intimidad en el seno del hogar. Donde los niños aprenden el sentido verdadero de la Navidad acogiendo con esmera caridad y jubilo desbordante al Niño Dios que ha de nacer no solo en el seno del hogar sino en el Belén del corazón de pequeños y grandes que componen la familia del Adorado Niño Celestial…
Preparados espiritualmente la fiesta eucarística no se hace esperar para terminar con la fiesta familiar en la intimidad del hogar…donde papá, mamá, y los niños, (y si los abuelos están), cantan “Happy Birthday” al Niño Dios celebrando con gozo y agradecimiento el nacimiento de todo un Dios que ha querido estar en medio de los suyos como uno más, sin el pecado experimentar.
Viva por siempre nuestro Niño Jesús en cada corazón… que con gozo y agradecimiento abre sus puertas de par en par… dejándole  nacer con el agrado del Padre Celestial…
¡Feliz Navidad para todos de todo corazón!!

Desde la Soledad del Sagrario

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