De poeta nada tengo, pero del corazón me sale unas
palabras sencillas, que intentando dar sonido de poesía escribo sin querrer escandalizar
a los que sí de poesía saben y entienden… y dice así:
En medio de las tinieblas de la noche,
en el silencio de
la noche,
va la luz divina oculta en el seno
de María virgen escogida desde la eternidad…
San José va presuroso a proveerle
lugar apropiado para el milagro de Amor
que devolverá la
esperanza a la pobre humanidad.
¡Viva nuestro
Redentor!
que nace como niño pobre y mísero en un portal de Belén…
Aquel por quien fueron hechas las cosas visibles… Quien tiene el mando de todo
lo creado… Dueño de incalculables e inimaginables tesoros nace pobre para
riqueza de la humanidad.
Mente pobre la nuestra que no atina a entender
que en el Portal
de Belén se dan cita
la eternidad y el
tiempo
para consuelo de la pobre humanidad.
Quien pudiera ver los prodigios de Amor
que se dieron en
tan bendito lugar,
cuando asombrados San José y María
reciben en sus brazos al eterno heredero
de la realeza celestial…
Aquel que siendo niño
poseía en su naturaleza la divinidad
igualándose al
Padre Celestial
de donde procedía en verdad.
Cantan los Ángeles maravillados
por tal prodigio inusual,
cantan como nunca antes
porque Dios se ha hecho niño
en el tiempo de la humanidad…
Han pasado dos mil trece años
y aun siguen los Ángeles
asombrados de prodigio tan singular…
Dios hecho niño para bien de la humanidad…
y el hombre abismado en sí mismo
no se asombra de tan hermosa verdad
perdiéndose para la eternidad…
Gracias eternas se escuchan
en villancicos por la Iglesia Celestial
que unida a la Iglesia en el tiempo
cantan alabanzas al Niño Dios
que nace en el portal de Belén
para alegría de la humanidad…
Viva mi Niño adorado…
viva mi Rey amado…
viva mi siempre Niño Dios
que nace una vez más
en el corazón de los
creyentes
entusiasmados con
el Milagro de Navidad…
Desde la Soledad del Sagrario
No hay comentarios:
Publicar un comentario