viernes, 11 de octubre de 2013

“A mí nadie me dice lo que tengo que hacer”


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El conocimiento espiritual que se posea, el grado de santidad que se ha alcanzado no es motivo para convertirse en una persona exageradamente meticulosa espiritualmente para con los demás.  No da derecho a ver la paja ajena y corregir sin caridad y sin compasión. 
 
Si se ha alcanzado una vivencia y experiencia divina donde el alma vive en las moradas o castillo interior en subida comunión con Dios no da motivo a menospreciar a los demás corrigiéndoles privadamente o públicamente ásperamente de toda falta por  pequeña que sea; juzgando el comportamiento de los demás; haciendo comentarios que denigran al hermano.  

El peligro para esas almas es grande. Se puede resbalar y caer en el pozo séptico de la soberbia más fina y más despreciable. Se puede llegar a adornarse con la vanidad espiritual. Se puede caer en el egoísmo espiritual…donde el alma solo ve faltas ajenas pero su alma sola la concibe con una aureola de santidad… puede reconocerse “pecador” pero en su interior saborear una santidad deformada.   

El alma debe  mantenernerse humilde, pequeña muy pequeña, reconociendo que no puede levantar vuelo como si fuera un águila porque posee alas  pequeñas muy pequeñas…en sí es una pequeña y pobrísima avecilla que gusta de ser pequeña y pobrísima… que Dios llama a las alturas pero que por sí misma no puede… porque las alturas marean cuando la pequeña avecilla va sola… es aconsejable y laudable mantenerse descansando en las alas del Águila divino… de nuestro Padre Celestial… y ahí no hay peligro de resbalar y caer por precipicios donde todo se pierde… toda gracia divina… convirtiéndose en una simple caricatura de lo que es la verdadera santidad. 
 
 La santidad no consiste en el conocimiento que se tenga, en las experiencias místicas que se puedan vivir, y mucho menos en la vida de oración o penitencia que se haya alcanzado… la santidad es solo y únicamente el grado de amor que se vive con Dios…con los hermanos… el santo es todo amor… es fuego de amor divino el que le consume las entrañas causándole hambre y sed de Dios… hambre y sed de almas para Dios…  

Lo vemos en la historia de la Iglesia, lo palpamos en tantas vidas de santos… por eso podemos decir que el verdadero santo tiene una paciencia y tolerancia heroica… comprende muy bien  las debilidades y fracasos de los hermanos... asumiéndolas como si fueran propias para reparar el daño que se causan los hermanos.

El verdadero santo corrige con suma caridad, firmeza si, exageradamente firme… pero con suma caridad. Si el corregido tiembla… no es por miedo al santo… sino por comprender en el peligro en que se encuentra su alma. Cuando cae… en ningún momento huira del santo, sino por el contrario, corre a buscar consuelo, ayuda y consejo.

 Si el “santo” provoca miedo a quien educa y ayuda hacia la santidad… las consecuencias serán la desconfianza, silencio y el alejamiento de los que educa…

El verdadero santo más que corregir pasa largas horas en oración pidiendo la conversión de los suyos, de los pobres pecadores, de todos…pasa por caminos de verdadera penitencia conquistando la conversión para todos. Es una tortura inimaginable que el santo vive pensando en los pobres pecadores que corren por el precipicio de la perdición eterna por la dureza de sus corazones.


El enemigo de las almas es tan sigiloso en ponernos trampas, argumentando en nuestro oído sin que nos demos cuenta… para hacernos caer con mucha facilidad. Va echando leña para el fuego de la soberbia en nuestra alma. Fuego  que va quemando  cada una de nuestras acciones, actitudes, pensamientos, sentimientos… deseos y querer… para ir convirtiéndolo en un monstruo deforme de soberbia con grandes dosis de envidia espiritual.

 Si la soberbia se levanta en nuestra alma… pobre de nosotros… Si abrimos la puerta al gusto de creernos ya en el pedestal de las Iglesias como santos venerados por derecho… pobre de nosotros…

 Si nos engañamos pensando que nadie nos puede corregir pero si podemos corregir a todo el mundo porque tenemos a Dios en nuestra alma y por consiguiente tenemos el salvoconducto divino de “ayudar” a los demás a crecer en santidad educándolos con la vara de la corrección severa y agresiva sin piedad… pobre de nosotros…

Si comenzamos a mirar a los demás por encima de nuestro hombro… si comenzamos a señalar los defectos de los demás… si comenzamos a interpretar según nuestra percepción los argumentos, la conducta, la forma de ser de los demás…pobre de nosotros…

Si nos creemos con derecho a juzgar a todos hasta nuestro Papa Francisco o el Papa Emérito Benedicto, anteponiendo nuestro criterio personal y nuestra escaso conocimiento dando nuestra recomendación y solución irrevocable a temas que atañen a la autoridad eclesiástica o autoridades pertinentes… hemos caído en un precipicio muy profundo donde nuestro “YO” se alimenta de la más exquisita y abominable soberbia.

 Es muy fácil perder el camino que hemos alcanzado en la vida espiritual, retrocediendo a grandes pasos por la vía de la perdición simplemente porque “Yo” sé más que ellos; “Yo” poseo la verdad y ellos no.

La ceguera espiritual, el amor propio engrandecido, el endurecimiento de corazón y la debilidad de la voluntad  a la vez ensoberbecida la voluntad propia,  nos puede llevar por el camino no solo de la soberbia sino de la amargura, ansiedad y vacio interior inimaginable. Dios nos libre de tanta desdicha en esta vida y en la otra.

A veces las experiencias dolorosas de la vida pueden hacer que un alma muy de Dios busque defenderse de tantas heridas y dolor cayendo en posturas que poco a poco van alejándola de Dios y sembrando mayor desdicha e infelicidad que las cruces vividas del ayer. Es cuando estas almas alejando la mirada de Dios la posan en sí misma asombrándose de lo grande que es, de lo mucho que sabe, de lo mucho que puede ayudar, de lo mucho que puede hacer rescatando a los pobres pecadores… pero claro buscando satisfacer su “Yo” mortalmente herido y despreciado.  

 Madre santa, madre bella, mantennos tan pequeños que nos veamos obligados a estar siempre en tus brazos, mamaíta. Madre que nuestra mirada siempre este clavada en la Voluntad Divina. Que nuestro corazón siempre este anclado en el Corazón de Dios. Que nuestra alegría sea siempre, siempre vernos agradando a Dios en todo momento.
 

Desde la Soledad del Sagrario


12 comentarios:

  1. SENOR GUARDAME SIEMPRE DE NO CAER EN LA SOBERBIA.

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  2. Me gusta como va definiendo todo sobre la espiritualidad, el conocimiento, la santidad de la persona. No caer en el orgullo, ni ser un egocéntrico, respetar las opiniones de los demás, está muy bien resumido pero,lo ultimo y sin animo de ofender no esta muy claro ¿Quien nos mantiene pequeños? ¿Que brazos son los que nos sostienen? ¿Quien produce el querer como el hacer?
    Mis mas profundos respetos hacia usted, quiero terminar con un ejemplo
    Si alguien me socorre en un apuro,me da 50,00 € y le doy las gracias o la gloria a otra persona , aunque sea la madre del que medio el dinero , y luego se lo digo a todo el mundo,la persona pensará que no lo estoy haciendo bien.
    ¡¿Quien murió por nosotros? ¿Quien nos salvo? ¿Quien pagó el precio ?
    Puedo decir que Maria tiene todo mis respeto, ella misma se define delante de Dios como su sierva. Ustedes siempre dicen: Dios "te salve" Maria llena ere......
    Espero que no se ofenda por mi comentario.
    Dios la bendiga.

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    2. Saludos desde el Corazón de la Santísima Trinidad. Comprendo por sus palabras que no es católico. Entiendo perfectamente su asombro o sorpresa, por decirlo de alguna manera, ante mis pequeñas y pobrísimas palabras sobre mi Madrecita Celestial. Es cuestión de una vivencia espiritual y de mi amada fe que entiendo perfectamente se le haga difícil entender, aunque le confieso no es mi intención hacerle entender. Usted es feliz en su Iglesia, yo soy sumamente feliz en la mía. Usted ama su Iglesia, yo amo profundamente la mía. Usted y yo amamos al mismo Dios… pero tenemos diferencias que pueden chocar, por los dogmas, doctrinas y enseñanza de nuestras Iglesias que difieren. Ahí yo no entro en discusión. Pero si le invito a leer las entradas de mis dos blogs Desahogo de un corazón con Dios y Dios es mi Padre, (http://diosesmipadre.info/dios-es-mi-padre/)
      Leyendo mis entradas va a conocerme un poquito y a entender como pienso, como amo y como vivo mi fe. Yo no escribo para cambiar a nadie de su fe… yo escribo para consolidar y motivar la fe de mis hermanos católicos. Escribo para ellos… si algún hermano de otra fe quiere leer mis pobres escritos, bienvenido, si así Dios lo permite… pero no es mi objetivo. Yo busco conocer, entender y vivir mi fe a plenitud. Y eso deseo en cada católico de nuestra Iglesia Universal. Vivir mi fe a plenitud me lleva a tener esa intimidad sabrosa con Dios, esa comunión de amistad con el Dios de mis padres, con el Dios que me creo. Y en esa vivencia personal busco amar todo lo que Dios ama… porque el que ama solo quiere conocer y amar lo que el amado ama…
      Para entender a los católicos hay que documentarse con los documentos de la Iglesia Católica… si se quiere entenderlos. Hay que buscar por que creen lo que creen y viven lo que viven.

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    3. Gracias por responder a mi comentario Sor Maridel, yo tampoco quiero entrar en polémica, cada uno sabe o entiende lo que le han enseñado. Todos estamos en un proceso de aprendizaje y no llegamos a entender el significado de muchas cosas.
      No he querido con mis preguntas ofender a nadie.
      Dios la bendiga

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  3. Estas reflexiones espirituales, nos hacen mucho bien, porque bastantes veces, nuestro hombre viejo no quiere que descubramos sus perversas intenciones, la soberbia, el amor propio, la "autoestima", son algunas de las trampas que no quiere que descubramos.

    Cuánto más oremos, intensamente, en el silencio ante el Señor, en el Sagrario, más fuertes nos haremos, pero fortaleza que no es cosa nuestra, sino de Cristo Humilde y atento que nos escucha,

    "El enemigo de las almas", sí, debemos ser muy cuidadoso, no precipitarnos, sino refugiarnos en los Sagrados Corazones de Jesús y María Santísima.

    Jesús quiere que amemos a la Santísima Madre de Dios, respeto que debe nacer del amor puro y sincero de nuestro corazón, Porque cuanto más devoto seamos a la Madre de Dios, más le amemos con todo nuestro corazón, más cerca estamos de Cristo Jesús, y el Señor se siente complacido.

    Si hemos grabado en nuestro corazón aquel hermoso pasaje del Evangelio,

    Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa. (Jn 19, 26-27).

    Yo siempre he considerado que la Santísima Madre de Dios, es templo y sagrario de la Santísima Trinidad. Al mismo tiempo que es Madre de Dios, Pero, ¿cómo puede creerse que sea la Madre de Dios? Es muy fácil, porque el corazón no está corrompido por el pecado ni los vicios. Que son las causas de que no se vea el esplendor de la belleza de la Verdad. Un corazón que está en Gracia de Dios, no tiene dificultad ninguna, para ver las cosas tan brillantes como la ve la Santa Madre Iglesia Católica.

    La Santísima Madre de Dios, con Jesús nos salva del infierno, cuando con humildad de corazón acudimos en su auxilio, el Señor ha dado poder a la Santísima Madre de Dios para llevar almas al cielo.

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  4. Dios te salve María;
    Llena eres de Gracia;
    El Señor es Contigo,
    Bendita Tú eres, entre todas las mujeres;
    Bendito es el Fruto de tu vientre:Jesús

    Santa María, Madre de Dios,
    ruega por nosotros pecadores,
    ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.

    Esta oración del Ave María es sin duda bíblica,

    Cuando acudimos devotamente a la Madre de Dios, el demonio huye de nosotros. Porque no puede estar en cerca del verdadero devoto. Quien ama y honra a la Madre de Dios, está amando a Dios. Ella, que es la Madre del Señor, nos ayuda a perfeccionar nuestra vida conforme a Cristo Jesús, Dios y hombre verdadero, es la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.

    Hay muchas personas que juzgan a nuestros Papas, porque no tienen el amor de Dios en sus corazones, y cuando falta la vida de Gracia, pues entonces el Maligno, no le cuesta nada, que entre los que siembran la maldad, se entretengan en hacer esas críticas, esos juicios, que Dios no acepta de ningún modo. Juzgar al Papa es buscarse su propia oscuridad, es pecar.

    María por ser la Madre de Dios, Ella nos ayuda a vencer al demonio, porque nosotros somos imperfectos, aunque trabajamos para perfeccionarnos, sin la Iglesia Católica todo estaría perdido para nosotros. Ya que meditando atentamente las Sagradas Escrituras, necesitamos a la Iglesia Católica para salvarnos. Y Dios quiere que todos se salven, pero también, con lazos de amor y dulzura, busca a la oveja perdida, y las lleva a la Iglesia Católica.

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  5. Gracias, por el comentario José Luis pero, me gustaría oír o leer algún comentario de
    Sor Maridel Garcia

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  6. Hola, Rafael, si meditas atentamente, la reflexión de Sor Maridel, ahí se encuentra también la respuesta. No podemos imponer a nadie que haga nuestra voluntad, pues estaríamos faltando a la caridad cristiana, no seríamos misericordioso, sino soberbios y autoritarios.

    ***
    No solamente respeto debemos tener a la Santísima Madre de Dios, sino reconocimiento total, de que es como Madre nuestra, también es nuestra Reina, quien duda de la Santísima Madre de Dios, no son los hijos de la Iglesia Católica, sino los protestantes y diversas sectas.

    Solamente cuando estamos unidos al mismo sentir de la Santa Madre Iglesia Católica, no necesitamos provocar a nadie. Pero aún así, ya cuando escribimos, ya cuando hablemos, aunque lo hagamos con caridad, hay personas que se sienten dolidas, Si no, meditemos atentamente, y no voy a poner la cita, vemos que cuando Jesús hablaba, aquellos que no querían comprenderles, decían, "esto que dice, nos hace daño", sin embargo, otros que estaban más abierto a la vida de Gracia, decía, que el Señor tiene palabras de vida eterna.

    Ejemplos también lo vemos en San Pablo Apóstol, San Agustín, San Francisco de Asís, y otros muchísimos más, sin olvidarnos del Santo Padre Pío de Pietrelcina, o el Santo Cura de Ars, en el próximo Santo Juan Pablo II, también en las enseñanzas del Papa Emérito Benedicto XVI, el Papa Francisco. Muchos comprenden sus palabras, y otros se sienten escandalizados.

    Si un alma le preocupa las cosas materiales, se despreocupa de lo espiritual, ya enseñaba Jesús y los Apóstoles, como los santos, que lo que vale en la vida del ser humano es la verdadera espiritualidad, "la carne no sirve de nada". El Apóstol San Pablo si leemos sus enseñanzas, nos explica claramente, cuando se refiere a ese punto.

    Aprendamos a ser humildes desde lo profundo de nuestro corazón, y veremos y comprenderemos las cosas, no desde la medida del hombre viejo, sino conforme a Cristo, que puede transformar toda nuestra vida. Dejémonos modelar por el Alfarero, y vamos a ser muy felices.

    Los católicos comprendemos fácilmente las palabras del Papa cuando nos abrimos al Espíritu Santo, al Amor de Dios, sin el amor de Dios, un corazón puede enfrentarse a las enseñanzas de Dios, conforme a las palabras espirituales del Papa.

    Podemos ser tentados por el Maligno, pero la tentación no durará siempre, pues inmediatamente acudimos a la Madre de Dios, y Ella viene en nuestro auxilio, pone nuestro corazón y nuestra vida en orden.


    Rafael, anímese a leer también el Catecismo de la Iglesia Católica, es un verdadero tesoro espiritual, que no debe faltar en nuestro hogar. ¡Ánimo, y con Cristo Jesús y María Santísima!

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  7. Gracias por animarme a leer el catecismo ya de pequeño lo leía pero, tengo La Palabra de Dios ( La Biblia)
    Por favor que nadie se sienta ofendido, porque ese no es mi deseo
    Gracias

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  8. Hola, Rafael, los católicos también leemos diariamente la Biblia.

    Hay personas que solamente se quedan con la Biblia pero de ahí no pasa, no comprende sus enseñanzas, y la interpretan según sus propias ideas, pero ideas también que el demonio, intentara que se interprete a su propia medida.

    De nada sirve leer la Biblia sin la Lectio Divina, solamente a través del Magisterio de la Iglesia Católica podemos comprender sus enseñanzas, que son conforme al Espíritu Santo, que es el verdadero interprete y que nos ayuda a comprenderlo.

    Dices que de niño leías el Catecismo, es que lo hay preparado para los niños, pero también tenemos el Catecismo de la Iglesia Católica que es bastante completo, y fácil de comprender, si uno está dispuesto a creer al Espíritu Santo, también recomiendo el Compendio, que encontramos preguntas, y respuestas, y que nos lleva al Catecismo Mayor; es decir, al que está completo y bien detallado.

    El Espíritu Santo nos está pidiendo que además de leer la Biblia, pero no cualquier versión, pues las versiones no católicas, están redactado de tal manera, que contradicen los textos originales. Pues los editores de esas biblias no católicas, si hay algo que no le gusta, lo quita, otras cosas lo dejan, otras lo cambian, por tanto no pueden ayudar a las personas que andan buscando a Dios.

    Si vives en España, procúrate una edición de los textos originales, por ejemplo, la que ha editado la Conferencia Episcopal Española, al pie de página hay abundantes explicaciones, que coinciden con la verdad según Dios.

    Como te decía, además de la Biblia católica, y espero que te guste y te facilite mejor el camino para acercarte más a Dios que es lo que a todos nos interesa. Añades el Catecismo de la Iglesia Católica, te ayudará mucho.

    No se olvides, también nosotros los católicos diariamente leemos, y meditamos la Sagrada Biblia, y no nos sentimos ofendido para nada. Lo podemos tener en la mesita de nuestra habitación, en el salón o comedor, lo podemos llevar al campo para leerlo y meditar, el Nuevo Testamento, ya de viaje, o si vamos a la iglesia, pues además de orar el santo rosario, además de otras devociones, que son aceptables y gratas a Dios, porque somos católicos, el Señor se acerca a nosotros.

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