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Preciosas
meditaciones... sumamente cortas... que el Padre Saturnino nos presenta en su
libro Cien Visitas al Santísimo... meditaciones que da pie a desarrollar una
gustosa y ameno dialogo, de corazon a corazon, con el Dulce Solitario del
Sagrario. Espero y confió que cada uno
de ustedes, hijitos, aprovechen al máximo estas meditaciones… cada palabra
habla y denota un corazón de fuego… enamoradísimo de Jesús Hostia, y que solo
busca que las almas se beneficien de Tesoro tan hermoso accesible a todos. Corazones fríos, corazones tibios, corazones
perezosos, ante la presencia divina de Jesús en el Sagrario, los corazones se
convierten en fuego… fuego divino que quema intensamente… provocando una
felicidad inmensa, desbordante… al encontrar la Fuente de Vida que sana,
consuela, alimenta y concede la felicidad plena.
Oh Jesús, el día que me juzgues ten presenta este rato:
1.
Es verdad que te ofendí con mis palabras muchas veces,
pero ahora te alabo.
2.
Es verdad que me aleje de ti como un hijo prodigo, pero
ahora me detengo ante tu sagrario.
3.
Es verdad que soberbio no quise frecuentemente servirte,
pero ahora me postro ante ti sumiso y humillado.
4.
Es verdad que te entristecí con mis locas alegrías, pero
ahora lloro esos agravios.
5.
Es verdad que te lleve a la muerte con mis culpas, pero
ahora daría mil vidas por reparar mis pecados.
6.
Es verdad que te abandone y negué como Pedro, pero ahora
te digo: “Señor, tu sabes que te amor”.
Oh Jesús, tu Sagrada Hostia
me parece la moneda con que quieres comprar mi
alma.
¡Cuánto valdrá mi alma, pues das
por ella un valor infinito!
1.
Mi alma vale el cariño paternal de Dios. Dios creador es
mi Padre, y yo soy su hijo.
2.
Mi alma vale las ternuras, las lágrimas los sollozos y
los sufrimientos de Belén; por comprar mi alma se hizo Dios niño.
3.
Mi alma vale las soledades, las amarguras, las
hambres del
destierro; por comprar mi alma fue Jesús a Egipto.
4.
Mi alma vale los sudores, las plegarias, las privaciones
de Nazaret; por comprar mi alma vivió Jesús treinta años en el olvido.
5.
Mi alma vale las penitencias, las predicaciones, los
milagros, toda la vida, pasión y muerte de Jesucristo; por comprar mi alma es
imagen de Jesús el crucifijo.
6.
Mi alma vale todas las gracias, mociones e inspiraciones,
del Espíritu Santo; gracias actuales, internas y externas, y sobre todo la
gracia santificante con todo el sequito de las virtudes infusas y de los siete
dones del Espíritu Santo.
Valiendo tanto mi alma, que de extraño tiene el que para
comprarla se dé en la Sagrada Hostia Jesús a sí mismo.
Desde la Soledad del Sagrario
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