lunes, 18 de marzo de 2013

Otro Papa a lo Cristo… ¡qué bueno es Dios!!

Para un cristiano que desea crecer en la vida interior, en la vida espiritual,  lo que es bueno se busca, lo que es bueno se imita, lo que es bueno nos  atrae, llama, nos invita a seguir…
 
 Aquello que consideramos sumamente beneficioso para el alma, sea un gesto, una actitud, un hábito, realizado por la persona que admiramos, que respetamos, que amamos, que consideramos muy cerca de Dios,  se convierte en nosotros una necesidad de compartir, de vivir, de sentir, de realizar… aceptándolo  inmediatamente.
 
 
Eso mismo sucede con los gestos de nuestro amado Santo Padre Francisco.  En la misa de la Iglesia Santa Ana, en Roma, presidida por el Santo Padre,  al verle entrar en oración, bajando su cabeza, juntando suse la web manos, antes de iniciar la Santa Misa, contemplamos a muchos de los fieles mirarlo e imitarlo.
 

Es un gesto de recogimiento… es un gesto de cerrar la puerta exterior de los sentidos, para entrar dentro del alma a encontrarse con Dios, colocando en sus manos la actividad que se va a dar, o pidiendo su ayuda, o ofreciendo el momento,  o dándole gracias por lo que prontamente va a suceder… Es un gesto que ayuda mucho, en este caso, a vivir la Santa Misa.
Los fieles lo están descubriendo… algunos encontraran el gusto de este recogimiento interior y lo harán cada vez más… hasta llegar el momento que lo harán en cualquier circunstancia o acontecimiento en su diario vivir.
Otros, quizás los menos,  lo harán por imitación sin entender,  mecánicamente, no dejando huella la experiencia de este gesto de recogimiento ante la presencia de Dios en el alma.
Pero este gesto de recogimiento del Santo Padre va acompañando de un gesto de bajar la cabeza y cerrar sus ojos. Al bajar la cabeza, asume su conocimiento de estar ante la presencia de Aquel que Es el Que Es y el alma la que no es… es un acto o gesto de suma humildad ante Dios.  Él que no vive esta realidad no se siente atraído a imitar y a vivir la experiencia. Él que no comprende esta realidad puede rechazarla en su corazón asumiendo una actitud despreciativa de la misma. Habrá quien no lo acepte por comprender que no es necesario y le será indiferente o curioso este hábito en el Santo Padre.
Por otro lado, es un hábito que muchas almas, en diferentes partes del mundo poseen, hace largo tiempo… porque es el Espíritu Santo, el que inspira al alma humilde, que busca agradar a Dios en todo momento… el humilde siempre va a la Fuente Divina a sacar agua para él…para los demás….
imagen: La Monsrega del Futbol
Por ejemplo, esto sucede con algunos deportistas jóvenes, hoy en día, que arrodillándose o de pie, en medio del parque, ante la mirada atónita de miles de fanáticos, bajando la cabeza o con la mirada hacia el cielo, juntando sus manos entran en esa intimidad con Dios…han sido duramente criticados, muchos se mofan de ellos… pero ellos han vivido una experiencia tan intima, tan grande con Dios, que no les molesta las criticas ni las burlas.
 
El Santo Padre está educando con su presencia, con sus gestos, con sus posturas, con sus actitudes… está hablando de Dios con su lenguaje no verbal… todo en él anuncia que existe un Dios… todo en él anuncia que hay que tomar en serio a Dios… todo en él manifiesta como debe comportarse, vivir en la presencia de Dios…
El Santo Padre en su lenguaje no verbal nos está manifestando el valor de las virtudes… ese rostro sumamente bondadoso, tierno, esa alegría que mana de su interior… esa firmeza en proclamar la Verdad con aplomo, con valentía sin perder de vista la compasión y la misericordia… es producto de una vida labrada en el surco de la oración… es una vida “cara a cara” con Dios.
Ese corazón sumamente compasivo y misericordioso,  también nos da a entender, que conoce íntimamente el abrazo de la Cruz… que es un alma que ha bebido y alimentado con la sabiduría de la Cruz…
Si, el Santo Padre nos educa, nos catequiza, nos hace pensar, nos lleva a evaluar nuestra conciencia, nuestra vida espiritual…. Con palabras y sin palabras… simplemente con su presencia, con su forma de ser…
Se denota en el Santo Padre una comunicación con Dios intima, verdadera.  Todo lo lleva a pensar en Dios, a mirar el obrar de Dios, a conocer la Voluntad Divina… Dios es su oxígeno… no tengo la menor duda…
Es fascinante verlo, escucharlo y estudiarlo… Si, estudiar al Santo Padre… a mí personalmente me habla mucho con su lenguaje no verbal: sus gestos, su presencia, su simplicidad y sencillez, su candor, su informalidad y a la vez su formalidad para con Dios, su darse enteramente a los que están presentes, su buscar escuchar,  atender y hacer sentir acogido y amado a los que tiene frente a frente.  Su deseo de comprender a los demás.
Su interés porque sus palabras sean comprendidas, sean acogidas, sean pensadas, reflexionadas, motivo de un cambio radical de conversión y de transformación para el Pueblo de Dios.   Porque sus palabras nos llevan a Dios… su interés de dar a conocer el Amor, la Bondad y la Misericordia divina… de dar a conocer el Dios que él personalmente conocí y vive… ¡es fascinante escucharlo!… son palabras que calan muy dentro del alma, son palabras que provocan deseo de conocer a Dios como él lo conoce.
Dios ha estado grande con su pueblo… nos ha regalado otro  Santo Pastor donde Dios se siente a gusto… ¡BENDITO SEA DIOS!!
Desde la Soledad del Sagrario

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