lunes, 4 de febrero de 2013

Irresistiblemente atraída por el imán del Corazón Eucarístico

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Mientras mi voluntad se movía a  escribir  un comentario en mi evento “Adoradores Reparadores del Santísimo Sacramento del Altar”, en Facebook,  me invadió sorpresivamente  una inmensa   ternura, un arrebato de amor…donde  mi corazón corrió detrás de Jesús Sacramentado.

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¿Y cómo no dejar de sentir el imán poderoso del Corazón Eucarístico que vive preso en el Sagrario?… ¿cómo no sentir las llamas de Jesús Eucaristía saltar del Sagrario buscando a quien devorar en Amor?



¿Cómo no sentir ese llamado de amor?... a seguirle a pesar de todo, a seguirle en todo momento, a mantener la mirada puesta en Él, a dejarse invadir por su Amor, por su ternura, por su bondad. ¿Quién puede quedar ignorando su dulce y tierno llamado?

A veces es tan difícil decir en palabras lo que el alma conoce y siente… y es en todos  los adoradores conocido este problema… por más que se busquen palabras adecuadas, no se encuentran… palabras que despierten, que atraigan, que provoquen interés, búsqueda, docilidad a la Verdad esplendorosa que vive día y noche en el frio y soledad del Sagrario.

Aunque sea torpemente, las palabras son nuestra única forma de dar a conocer lo que se quiere decir. Por otro lado, hay tanta frialdad, confusión en las almas que dicen creer en Dios… pero se estacionan en el plano de los problemas, de los conflictos, de las cruces y sufrimientos… cuando toda la respuesta se encuentra en el Sagrario… Dios mío, ¿por que no creen en esto? ¿Por qué prefieren quedarse en un círculo que los agoniza y los destruye en vez de correr al Sagrario? ¿Qué palabras usar para estas almas que piden ayuda, pero no se dejan ayudar,  porque no creen?  

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Enviarlos a Ti, es saber la solución a todo… y es tan sencillo, tan fácil y tan complicado para tantas almas. ¿Será porque se quiere solución mágica, al momento?… ¿Será porque no se acepta el dolor, el sufrimiento, la cruz que de momento hay que vivir?..., es un bien para el alma, aunque no se descubre de momento. Pero si es tan fácil… acudir a Ti, mi Señor… dejar la carga en tus manos… sacar fuerza de Ti… donde Tú limpias la mirada del alma, para que pueda ver con claridad lo que está sucediendo. Donde Tú, mi Jesús adorado, la consuelas abrazándola, secando sus lágrimas y ayudándole a regresar con ánimo, con esperanza, con fe, con fortaleza.
 
Y estando así, con el corazón sacudido por el amor eucarístico, me encontré escribiendo estas palabras, que entonces presente en publicación y no en comentario como había sido mi intención.  Dice así:

“Sigamos las huellas de Jesús... con santa alegría...no mires hacia atrás… la mirada fija en Jesús… y el corazón desbordando amor, esperanza y fe… ahí… en el Sagrario… esta el Dios con nosotros… a adorarlo con el alma, con la vida, con la voluntad… a enamorarse perdidamente del Dios de la Vida, del Dios de la felicidad… a buscarlo, a llamarlo, a pensar en Él… y la vida les cambiara totalmente… porque Dios llena el vacío interior a plenitud… porque Dios se convierte en tu mejor Amigo.

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 Él te comprende, se interesa por ti, tiene TODO el tiempo disponible para escucharte, para atenderte… con Él  ríes a carcajadas y sientes como una fuente inagotable de alegría, de júbilo, de buen humor que brota  de tu interior inconteniblemente.  


El te enseña a amar de verdad, a tener compasión con los demás, a mirar más allá de las apariencias, a leer ese lenguaje no verbal que delata el alma, a escuchar mas allá de las palabras que se percibe y ver con claridad el verdadero mensaje que se envía… dolor, necesidad, tristeza, añoranza de una verdadera amistad, tantas cosas que salen detrás de las palabras que escuchamos, de ese rostro que sonríe pero en el fondo esa sonrisa lleva un mensaje de auxilio. 

Sí… Jesús te enseñara a tener compasión y amar a todos sin importar quienes son, o como son, que han hecho o han dejado de hacer. Jesús te enseña tener esperanza, verdadera esperanza y a contagiar el mundo con la esperanza de un corazón nuevo que ha descubierto al Dios del Sagrario, que tiene una sabrosa amistad con el Dios escondido en el Sagrario… La vida te cambia…la vida ya no es la misma… hay pinceladas hermosas que hacen, que contemplando todo, descubras la hermosura esplendorosa de la Verdad… en todo… en todos… Si… corramos entusiasmados al Sagrario… a buscar a ese Amigo que nos espera.”
 
Madre mía, enséñanos a comprender lo que nuestro pobre intelecto y voluntad se niegan a aceptar y a entender: Que Dios vive en medio nuestro… que Dios está en el Sagrario… que Dios puede y  quiere ayudarnos… que todo se soluciona a los pies del Sagrario… ayúdanos a entender lo que los santos de todas las edades, han comprendido siempre…
 
Desde la Soledad del Sagrario

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