lunes, 10 de diciembre de 2012

Señor, ten compasión de mi sed y de mi hambre


 
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Tengo sed y hambre de una vida sumergida y abismada en la fe. Una vida que sea traspasada y alimentada por la fe… pero ¿por que esta sed y hambre que devora el alma en un ardiente e intenso deseo?

Y a más pedir más desear, y a más tener más buscar… porque la fe es la puerta para los encuentros con el Amado Divino…quien cree busca… siempre está en esa eterna búsqueda y encuentros… Quien cree ve al Amado en todo… percibe su aroma, descubre por donde anda… y corre tras sus pasos… Quien cree tiene los pies en la tierra y la mirada, el corazón en el cielo… quien cree se desvive por poseer al Amado… por estar a solas con el Amado, por conocer íntimamente al Amado… pero también, quien cree necesita ardientemente darlo a conocer y amar por las almas…  

Deseo poseer una fe que sea provocada por la humildad y la pureza… una fe que sea cimentada por el amor compasivo…

Dios mío, la sed me hace delirar… me provoca una oración continua y perseverante de súplica ante tu Trono Celestial.

 Mi alma tiene necesidad apremiante, urge grandes dosis de fe, urge transfusión de fe, para quien desea ver con la claridad y la salud de las almas santas… porque la fe es la luz de la santidad… quien cree de verdad, camina por el camino de la santidad sin miedo, con la alegría que causa saber a  Dios tan cerca.

Ojos de fe… regálame Señor… ojos de fe… miradas de fe… que traspasen las densas tinieblas que están arropando nuestro mundo.

Señor, que mis ojos vean con la claridad esplendorosa de la fe… Señor, que la fe verdadera anide en mi alma… Señor, que pueda poseer fe como un granito de mostaza, al punto que mi fe provoque tu obrar misericordioso en bien de los pobres pecadores en el mundo entero… provoque el regreso de los pobres pecadores a al verdadero redil… que provoque hambre y sed de Ti Dios mío, en las almas, que inicien el camino de la santidad…

Tú no le niegas nada a un alma humilde y pura… A un alma enriquecida por la fe de fuego, le permites tocarte y obtener de Ti una lluvia de gracias para la conversión de los pobres pecadores…

Un alma de fe puede ver el bien y su fecundidad en todo y en todos, en todo momento… puede descubrir tu obrar desde el Amor… puede entrar y hospedarse en ese Corazón Divino… alimentándose y descubriendo detalles exquisitos de un Dios enamorado de las almas…

Señor, tengo sed y hambre de poseer, de vivir, de alimentarme ricamente con la más sencilla, simple, ardorosa, fe que sea una fe de fuego que consuma mi alma y mi vida… que las llamas contagien a las almas… sin yo saberlo…

Desde la Soledad del Sagrario

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