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Cuando el corazón es el que habla…
que deferencia tan grande
Hoy vengo ante Ti, mi Jesús adorado con una preocupación. No sé cómo
empezar. Jesús, he descubierto lo difícil
que se hace a muchas almas hablar directamente contigo.
Por más que busco entender, no puedo entenderlo. ¿Por qué se hace difícil cambiar
la mirada colocándola en tu hermoso rostro?
¿Por qué se hace difícil y penoso abrir el corazón y dejar que se derrame
en palabras afectivas, en sentimientos tiernos hacia Ti?
¿Por qué hablarles a los demás de Ti, cuando se debe dirigir la mirada, la atención
y las palabras solo a Ti?
Ves, amado mío, que no puedo entender que el corazón se vuelva a los demás cuando
debe ser solo dirigido a Ti, con el único propósito de hacerte feliz, de sacar
una sonrisa de ese rostro hermoso y bello, de ver Tu ternura manifestada en Tu
mirada llena de amor y regocijo.
Sin embargo, que deleite descubrir almas tan pequeñas que se desbordan en
palabras ricas en afecto, palabras que son como una caricia, que escucharlas
nos hace imaginárnoslas frente a Ti, en
un hermoso coloquio, donde el amor es la
fuente que se desborda en atenciones, en afectos, en ternura, en detalles que sé
muy bien son de Tu agrado. Esas almas
tan simples, tan sencillas, tan pequeñas
son las locuras de Tu adorado corazón.
Descubrir almas que hablan tan bien de Ti, que te conocen tan bien, y sin embargo no saben hablarte
directamente…como almas enamoradas que saben aprovechar cada momento para
llenarte de mimos y caricias, un sincero y agradable “tú a Tú”…entre corazón a Corazón.
Un niño sabe cómo dirigirse a Ti… con la simplicidad y espontaneidad de los
corazones limpios y humildes. Saben correr a tus brazos sin importarles quienes
los ven.
Saben y gustad de conversar contigo… sin importarles si los escuchan
porque toda su atención está puesta en
Ti, no en los demás.
Es como en tantas actividades de la
Iglesia, en Tus fiestas y solemnidades… cuantos
se desbordan preparando las cosas para agradar a los fieles, pero muchos de
ellos no piensan en hacerlas para
agradarte a Ti…no lo puedo entender. Si agradándote
a Ti…repercutirá en los fieles.
Me preocupa mi Señor, porque mi deseo ardiente es ver las almas, todas a
tus pies con la simplicidad de un niño, hablándote como un amigo, como un
enamorado, con la sencillez más exquisita, sin rebuscar palabras elevadas, sino
dejando el corazón hablar a su gusto… eso, Jesús, no saben dejar que el corazón
hable, porque la razón es la que habla… y pienso, que en el Amor, quien mas
sabe es el corazón… ¿no crees amado mío?
En el camino de la santidad, el cual debemos todos caminar con paso firme y
decidido, pienso que si no dejamos al corazón expresarse a gusto, podemos
experimentar retraso en vez de avanzar hacia la meta.
Mas de estas cosas nada se, solo me atrevo a opinar desde mi ignorancia…
confiando ciegamente que Tu mi amado, llevaras a todos a vivir la rica
experiencia de poderse comunicar contigo a Tu gusto y Tu forma. Es lo único que deseo con todo el corazón
para mí y para todos.
En este nuevo año concédenos la gracia de mayor intimidad contigo, mayor
conocimiento de Tu Amor y Tu Bondad.
Desde la Soledad del Sagrario
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