lunes, 10 de septiembre de 2012

Porque te amo... dedico los lunes a ti, Papá

 
 
 

Lunes... a los pies de mi Papaíto hermoso

 

imagen de la web


Es mi pequeña costumbre  consagrar cada día de la semana para vivirlo más intensamente al gusto divino.  Hoy lunes lo dedico al Padre Dios.  

Oh, sí... quiero pasar todo el día a los pies de mi amado Papaíto Santo… descubriendo su Amor, su Bondad, su Divina Misericordia… alimentándome de su Ternura, de su presencia, de su Sagrada Palabra…

¿Cómo no hacerlo? ¿Cómo no llenar mi día totalmente a los pies de mi amado Creador?  Dios me pensó, me amo, me creo, me redimió, me va santificando día a día… Dios… mi Padre Dios… mi Papaíto hermoso y divino… me ha creado para regalarme la felicidad llevándome a la eternidad.  

Felicidad que se resume en una palabra: Dios… porque mi Papaíto es la propia felicidad… esa que mi alma desea y suspira poseer plenamente… donde a cada presencia de felicidad va estallando mi pobre alma… en derroches de amor y de alegría. 

Desde niña me he sentido intensamente atraída por el Padre Celestial… lo visualizo como un Padre tan y tan tierno, amoroso que me parece que si me abrazara no podría salir de sus brazos por la inmensa bondad, ternura y amor que  viviría y sentiria… pero Papá no tiene brazos, no es corporal, es solo espíritu… pues no sé como lo va a hacer… pero… yo voy a sentir ese abrazo de fuego intenso que provoca amor y mas amor…  

Jesús nos dice que quien lo mira ve al Padre… que quien lo escucha… escucha al Padre… pues quien le abraza… abraza al Padre… sin embargo Papaíto Santo… en algún momento déjame sentir tu abrazo… aunque no abrase a Jesús… ¡Oh locura la mía!!… cuanta ignorancia puede caber en mi pobreza de conocimiento… el Cielo debe sonreír ante mis palabras descabelladas… Papaíto… hágase como Tú deseas y dices… correré como cierva enamorada a los brazos de Jesús para así sentir tu amoroso y único abrazo de Padre… porque tu pequeña necesita mucho de Ti, Papá. No hay nada ni nadie como un Padre… y Tu mi Dios eres mi Padre…  

Desde niña me he sentido hija muy hija de Dios… y he sentido a Dios mi Padre.  Por eso dedico los lunes a mi Padre Celestial… quiero conocerlo mas… mucho mas… porque apenas lo conozco… quiero saborear el poder decirle “Papá”…”Papaíto”… que mi corazón se desborde en amor al pronunciar estas palabras… que la vida me vaya en ello…  

¿Y por qué hago publico todo esto? Porque como hija quiero tomar de la mano una que otra almita, que se deje tomar, y enseñarle a desear lo mismo… a buscar a Dios como Padre… a mirarlo como Padre… a desear pasar el día a sus pies… a dedicarle todo un día a Él… en agradecimiento, en derroche de amor, en atenciones, en detalle… mirándolo entre las nubes, mirándolo y descubriéndolo en la naturaleza, entre las criaturas, en los hermanos, en los acontecimientos… eso solo, eso es lo que me motiva a hablar de mis pequeñeces en cuanto a mi amor con Dios. 

Nací por voluntad divina… Salí del pensamiento y del Corazón del Padre… para regresar a sus brazos… pero no sola… sino con miríadas y miríadas de almas que  igual que yo, lo han descubierto, lo aman y están eternamente agradecidas de tanto derroche de amor y de pura misericordia divina para con ellos…  

Mi Padre Celestial es para mí… y yo soy para mi Padre… porque Dios tiene todo el derecho sobre mí… y yo tengo toda mi libertad y mi voluntad para correr como cierva veloz a responder mi pequeño Fíat de amor… a quien me amo primero. 

Hijitos… hoy dediquémosle nuestro día como un día especial a nuestro Papaíto Celestial… claro… todos los días le pertenecen… pero hoy es vivido, trabajado en forma más especial… mas intima.... mas mucho mas...

 
Desde la Soledad del Sagrario

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