Cuando el Amor mueve al alma
todo fluye esplendorosamente bien
Navegando por la
internet encuentro la noticia que existe un movimiento o grupo dedicado a
ayudar a los enfermos terminales y a sus familias, entre otros.
Entre más leo menos
entiendo… algo no me suena bien… algo siente mi alma y no me gusta… debe ser mi
poco conocimiento.
Sigo buscando información… ahora menos entiendo. Descubro…muchas clases,
cursos… mucho conocimiento aprendido teóricamente. Ah que es esto no lo puedo
creer, debo haber leído mal… no… está muy claro… dice que al enfermo, no se le
habla de la eternidad… no, no se le puede tocar ese tema... es
contraproducente. ¿?
No se les puede explicar y enamorar del apostolado de la cruz… donde ellos
se vuelven uno con Cristo para ayudar a salvar a sus familiares, al mundo
entero… No se les puede decir que son ricos… muy ricos… que la enfermedad se
vuelve un tesoro de incalculable valor, que solo en el Cielo se conocerá y se añorara no haber sufrido más. Que es un fíat
de esplendorosa fuente de vida que se da en estos momentos tan especiales…que
esta cruz aceptada con toda el alma nos abre de par en par la dicha eterna.
Ellos hablan de etapas de la vida inconclusa. Eso es importante para ellos…
etapas que han dejado sin resolver… en mi experiencia en el apostolado con los
agonizantes, nunca pensé en algo semejante… ni remotamente vino a mi mente.
Claro si hay algún enojo en la familia con el enfermo terminal, tratar de
reconciliarlos… eso sí… el perdonar ayuda mucho a viajar con mayor tranquilidad
y paz.
Hablan de evitar a toda costa que sufran de dolor alguno. Entonces, tienen
que estar lo mejor posible endrogados, para no tener dolor… ¿y esto no los
aleja de la realidad del momento? ¿Cómo pueden prepararse para el viaje eterno
si están endrogados y comienzan a sufrir los dolores de la droga cuando pasa su
efecto? He visto como los efectos secundarios de estas potentes drogas es peor
que la misma enfermedad. Los he visto llenarse de odio, de agresividad, de
intolerancia, gritos como desesperados, alucinando, caer en un sueño que los
deja incomunicados… y al despertar se vuelven salvajes exigiendo la droga.
Dejan de comer… solo quieren el medicamento… su piel cambia de color… su mirada
dura y agresiva, su rostro se vuelve duro perdiendo la sonrisa, su cuerpo
tiembla… es un caos… el dolor de la necesidad de la droga se vuelve peor que el
dolor de la enfermedad. ¿Cómo se les puede preparar para el viaje estando en
estas condiciones?
Entiendo que el dolor aceptado…la cruz de la enfermedad nos purifica… nos
prepara…nos crea conciencia del verdadero valor de la vida…nos abre las puertas
del Cielo.
Ellos enseña a la familia a cerrar
el duelo… y por más que busco no los entiendo…ni los puedo entender. Cerrar el
duelo ¿Cómo? ¿Alejándonos del momento precioso que nos lleva a poner los pies
en tierra elevando la mirada a Dios?…Cuando cada viaje de un ser querido es una
sacudida mortal que nos da el conocimiento que esta vida no es eterna… que hay
que “regresar a casa”… que hay que tomar muy en serio la eternidad y nuestra
alma. Son momentos ricos para meditar, para reflexionar en nuestra fe, en
nuestro camino recorrido… en pensar seriamente en una reconciliación con Dios…
en una buena confesión y dirección espiritual… en regresar a la vida de los
sacramentos.
Y llorar… si llorar al ser amado que se fue… llorar a reconocer donde
estamos parados… Llorar es saludable… ese desahogo natural que Dios nos
concedió de poder llorar a gusto dejando sanar el alma en ese desahogo amoroso
con Dios en brazos de la Mater…
En mis largos años de apostolado con los enfermos terminales y sus
familias… llevando a la Mater Peregrina… viviendo experiencias maravillosas que
Dios me concedía con cada caso… para mi crecimiento espiritual… para mi
crecimiento en la compasión y la caridad para con las almas tan frágiles como
los enfermos terminales y sus familias… Puedo decir con toda la sencillez que
pueda sentir mi pobre alma que:
Para mí, que reconozco que nada sé, entiendo y tengo por saber que no hay
apostolado que no sea bañado por el riego de la oración, y alimentado por la
eucaristía… que todos podemos ayudar si en nuestro corazón habita el
convencimiento exageradísimo que Dios va a obrar a su gusto… que la Mater es la
mejor abogada ante su Hijo adorado, nuestro Jesús, que Ella se hará cargo de la
situación y de los pormenores, cuando se le deja actuar libremente… cuando se
le coloca en la presencia de los enfermos, de la familia… Y sobretodo que el
sacerdote juega un papel muy importante en la escena del enfermo terminal y la
familia… nadie como el sacerdote…que toca la fibra del alma reconciliándolos
con Dios y abriendo la puerta de la eternidad con la llave de los sacramentos…
Me ha tocado tanto este tema que en los próximos desahogos les hablare de
varias experiencias con mis enfermos terminales y sus familias… el Amor de Dios
es inmensamente tierno y esplendoroso que brilla con mayor intensidad cuando el
alma se encuentra en los brazos de la cruz… amando y dejándose amar por el Dios
que le dio el ejemplo primero…
Desde la Soledad del Sagrario
No hay comentarios:
Publicar un comentario