domingo, 27 de mayo de 2012

¿No sé por qué?

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¿No sé por qué?  Hoy día de Pentecostés mi alma siente una inmensa pena…que no puedo entender…


                                                       


Día de la Solemnidad de la Fiesta de Pentecostés… y yo me siento tan penosamente triste y a mi mente vienen recuerdos de niños tristes… ¿Señor, que quieres de mi?  Un deseo muy intenso de escribir… si de escribir… pero mi Jesús, que pena tan grande me embriaga en este día de alegría, día de exaltación porque es el Aniversario de aquel hermoso día de Pentecostés… de renovación en el Espíritu Santo… y yo… mi Jesús con esta pena que taladra mi pobre y pequeño corazón.

Además mi Señor, estamos por cerrar el Maratón de Rosas con una inmensa  alegría de haber logrado la meta… son muchos motivos para que mi alma este abismada en la Santa Alegría…y sin embargo es todo lo contrario… Oh, mi Jesús, me pierdo y  no acierto a entender el por qué…y el para qué… pero aquí vamos desahogándome y esperando sea a tu gusto divino… mi Adorado Amor…

Hoy me he despertado con una pena muy grande en mí interior… y en mi mente, viene el recuerdo de aquella película que hace tantos años presentaron en la  televisión, que me dejo impactada y en una inmensa tristeza. Desde que inicio la película hasta que termino era una lluvia de lágrimas incontenibles…


Ha sido tan grande su recuerdo que he sentido el deseo incontenible de buscarla por “you tube” , pero mis esfuerzos han sido infructuosos. Trataba de un documental de un sacerdote en un país en América Latina, que se dedicaba a sacar los niños de la calle y llevarlos a un orfanatorio al estilo de San Juan Bosco.  El documental exponía que el gobierno eliminaba los niños de la calle porque eran un estorbo público, al final de la película cuando le preguntan a los niños si querían enviarles un mensaje a su mama… todos se echaban a llorar… pueden imaginarse como me tocaba, (y me toca con solo recordarlo), este llanto de los niños… esas  caritas angustiadas, llenas de miedo, de soledad y abandono…
En encontrado otros videos que puedo usar pero que no llegan a quitar el deseo de conseguir ese documental que hace tanto tiempo pude ver y vivir.




Maestro Paráclito que te paseas entre los niños de la calle, que vas y viene entre ellos y quizás no encuentre lugar en sus corazones…o quizás si… quizás por ser almas alimentadas por el dolor, por la traición de la familia que a muchos abandonan, o maltratan de mil formas… esos cuerpecito tan chiquititos, apenas bebes que no saben ni caminar, a merced de sus hermanitos de la calle.

Maestro Paráclito se parte de dolor mi corazón, en mil pedacitos… con las manos atadas porque nada puedo hacer… solo enviar ayuda a lugares respetables de orfanatos de nuestra Iglesia… solo elevar mi pobre coraz`on en oraciones de avemarías para cubrirlos con el sagrado manto de mi Mamá Bella… solo tratar de llegar espiritualmente a todos ellos, sin distinción de edades, ni de estado de salud, llegar desde el amor…



Maestro Paráclito que tristeza me cobija al pensar que tanto que se puede hacer y es tan poco lo que se hace… Aunque conozco que nuestra Iglesia se mueve celosamente en las calles buscando aliviar, y conquistar a los niños para sacándolos de las calles devolverlos a la felicidad de ser amados, consentidos, atendidos, y alimentados física, espiritualmente, emocional y intelectualmente. ¿Por qué si estoy convencida de esta verdad, mi corazón aumenta de dolor, de tristeza… sigue en mi mente la imagen viva de esos rostros desolados y sumergidos en tristeza en ese documental antiguo?









Ven Espíritu Santo levanta la conciencias, los corazones… lleva al pueblo de Dios ha crear conciencia de la necesidad apremiante de nuestros niños de la calle.

Ven Espíritu Santo levanta los corazones de aquellos que no tienen hijos y desean tener familia para que adopten de estos niños tan necesitados, y con amor y al gusto divino les colmen de felicidad… de verdadera felicidad.


Oh, Espíritu Santo. que las almas de verdadera fe cristiana y caridad exquisita…se desborden en ayuda de toda índole a nuestros niños de la calle en el mundo entero.

Oh, sí, si Mater… La oración es poderosa. La oración mueve montañas, la oración guiada por ti Espíritu Santo, hace que lo imposible se vuelva posible y tangible… La oración al gusto divino toca y penetra el corazón de Dios como incienso agradable al gusto divino. Por eso orar… orar…orar… exquisitas avemarías que con su delicado perfume de rosas embriagan el Corazón de Dios… Padre Santo te entrego mis rosas por los niños de la calle… te entrego mis rosas por las familias de lo niños de la calle… te entrego mis rosas por la pura conversión y transformación de esos padres y madres que sin tener real conciencia de lo que está haciendo han llevado a sus hijos tan pequeños a un verdadero infierno en las calles… Papaíto… en tus manos esta mis pequeños niños de la calle y sus familias… no los dejes salirse de tus manos…Papá… que nadie te los robe…procúrales a todos la felicidad eterna… no te fijes en sus enfermedades y vicios del alma… mira que no han tenido a nadie que les hable de Ti… y si alguno le han hablado no ha sido de la mejor forma… porque si hubiese sido así, se aferraría a Ti, a tu Amor de Padre…
Por eso Papaíto… mi esperanza… como bandera de fe… izada a todo esplendor… porque mi Esperanza reside en tu Bondad y Misericordia Divina Padre Amado… tu pequeña hijita lo espera TODO de Ti, en tu tiempo, a tu gusto, en tu momento… pero lo espera TODO de Ti…



Desde la Soledad del Sagrario                     

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