martes, 29 de mayo de 2012

¿BUEN HUMOR?...




¿BUEN HUMOR?...
O FALTA DE VIRTUD…

                                                                                              

imagen de Falo
                                                                                                                                                                                
Oh, Madre mía… hoy me he levantado con un pensamiento fijo… el reproche de una amiga sobre mi pequeño comentario hecho por la inquietud de despertar conciencia de lo que es buen humor y falta de virtud.  ¿Y quién soy yo para estar llamando la atención y disgustando a quien solo quiere regalar una chispa de alegría que cause una carcajada y un relajamiento en las tensiones diarias comunes y normales en nuestro diario vivir?  ¿Por qué tengo que dañar el entusiasmo delirante de bromear con algo tan sencillo y tan normal para la gran mayoría de las personas?                                                                  
                                                                                                                                                                  
¡Ay, Madre mía!!..., que una entra en problemas gratuitos…  que manía de corregir a los demás… de intentar tomarlos de la mano y devolverlos por el camino de la santidad… de querer detenerlos y hacerlos mirar, escuchar y pensar en las palabras y acciones que están utilizando y en que nada abonan a la felicidad eterna.  ¿No es mejor dejar pasar lo que tan claro percibo como hacen todos los demás?  Madre mía… no puedo… no puedo… moriré con este defecto o virtud de sentir un corazón de madre… pendiente de los detalles mas pequeños e insignificante de los hijitos que sin darse ellos cuentan se vuelven defectos que afean sus vidas… ambas vidas… la interior y la exterior… pero también pendiente de los pasos agigantados en la virtud de tantos hijitos que me regocijan enormemente y me llenan de un amor inmenso a mi Padre Dios…
 
Es cierto que con los hijos  que van avanzando en la virtud hay que proporcionarles herramientas para que sigan progresando… entusiasmándolos con darse en amor al Amor divino… alcanzando la plenitud de virtud en virtud…
Mas con los hijos que se desvían pero no se dan cuenta,  es más difícil la tarea…es cierto que a veces hay que buscar el momento adecuado… y otras hay que intervenir inmediatamente y cortar por lo más simple esa chispa que puede causar el incendio de la indiferencia, de la apatía, de la negación al cultivo serio de la virtud en camino a la santidad personal y de la  familia.  

 
No es forzarlos… no esa no es la idea… la idea es hacerlos pensar… meditar y llevarlos a tomar una decisión sería en sus vidas… ¿y qué sucede si quieren seguir en el mismo camino sin deseo ni intención de tomar en serio acumular tesoros para la vida eterna?  Pues, Madre mía… como toda madre, orar, orar, orar… y esperar la hora de Dios… en sus vidas. Pero como me conozco tan bien se que volveré al ataque tierno y amoroso, (con la ayuda de la Mater),  en el momento que Dios me conceda… porque una madre con rosario en mano y con la mirada puesta en los hijos que se desvían… caminando tras de los hijos, caminando en puntillas para que los hijos no se molesten…
 
Me imagino a una madre que ve a su pequeño hijo caminando desenfrenadamente porque apenas sabe caminar bien y va de lado a lado rumbo a un precipicio… ¿Qué hace la madre?... sale corriendo a tomarlo en brazos y  devolverlo a un lugar seguro.
 
 
Pero cuando ese hijo es un adolescente y va caminando hacia el precipicio de la desgracia… (y no lo acepta porque no ve el peligro,  si lo descubriera huirían velozmente del peligro… que lo puede llevar al hospital, al manicomio, al cementerio y a la desgracia eterna… ¿Qué hace una madre?  Todo lo que humanamente pueda por devolver la razón a su hijo… por quitarle las vendas dee los ojos… por sacarlo de ese camino equivocado…
 
 
Lo mismo sucede a las  almas que han descubierto el amor de Dios y la necesidad existente de vivir cultivando las virtudes para vivir el amor divino en todas sus dimensiones… Esas almas pueden sentir el intenso deseo de que todos… TODOS, los que Dios ama con locura, se decidan a vivir íntimamente la amistad con Dios, al gusto divino… que todos se decidan por cultivar seriamente las virtudes en todas su hermosura y belleza para así ir atesorando para la felicidad eterna que consiste en disfrutar a Dios plenamente.
 
Viene a mi mente las palabras en el evangelio donde dice más o menos…”que no se pierde ni una sola de las palabras que pronunciamos… en toda nuestra vida al oído de Dios”… más o menos porque no recuerdo la cita con las palabras exactas. ¡Madre mía!… se nos juzgara también por nuestras palabras y con ello la actitud y disposición que hemos tenido en el momento de hablar, de pronunciarlas… y con qué facilidad hablamos sin tener la menor preocupación por conocer que Dios me está escuchando… que mis palabras, poquito a poquito, pueden ayudar a los demás a perder la gracia del alma… o peor aun la felicidad eterna…  ¿no es una locura hablar por hablar sin ton ni son? Y que mucho nos gusta darle ejercicio a las cuerdas vocales…hablando sin pensar…
 
 
Es que hay en nuestros días un sentido de humor… rarísimo… que va adornado y alimentado por la falta de virtud… virtud verdadera… virtud seria… virtud   que nos lleva por el camino de la santidad… y todo en aras de un supuesto buen humor. Se nos olvida que nuestra meta es Dios… poseer a Dios… y nuestro campo de trabajo es el diario vivir de este momento, del ahora, de trabajarlo con alegría, con entusiasmo, con esmero… sin titubear, sin desfallecer, con la mirada puesta en el Cielo.

 
Para dar un ejemplo muy sencillo de todo esto… en el banco de mis recuerdos vividos… saco del archivo mental la siguiente experiencia vivida… “Recuerdo un día estando en la sala de espera de una oficina de un medico, en un hospital, ver entrar a una enfermera que caminando iba hablando en voz alta…  “oh, es lunes, y no me caigo y me rompo una pierna para quedarme en casa”…  Todos se rieron a carcajadas… no niego que también me reí por los gestos que hacia mientras lo decía, aunque no era para reírse por el contenido que iban escondidos detrás de sus palabras y gestos.

 
Algo muy sencillo como ejemplo cotidiano. Humanamente todos nos gusta el  hogar, estar en nuestro rincón, con los nuestros, haciendo nuestras cosas. Pero la gran diferencia del alma que busca en todo momento cultivar la Voluntad Divina ama todo lo que hace… lo hace por  amor a Dios… he aquí la gran diferencia… y la fuente de la verdadera alegría…santa alegría transformante… contagiante…
 
 
Un lunes… el alma que busca dar gusto a Dios… se levanta con ánimo, con entusiasmo, con santa alegría, con deseos de vivir ese día intensamente aceptando todo lo que venga, bueno o malo, penoso, humillante, o de gran consuelo… por amor a Jesús… Se prepara mentalmente por amor a Jesús… deja todo arreglado en casa por amor a Jesús, deja sus niños en la escuela o en el cuido, enseñándoles, brindándoles motivo y deseos de vivir intensamente ese día  por amor a Jesús…
 
Desde que nos levantamos damos gracias a Dios por la gracia tan grande de poseer un trabajo, un empleo… Y ya vamos cultivando virtudes que nos acercan en gran manera a vivir intensamente el amor de Dios… Tenemos la virtud de la humildad al aceptar el día como Dios lo permita; de la obediencia a la Voluntad Divina; de la santa alegría de vivir tu día al gusto de Dios… de agradecimiento a Dios porque tienes trabajo, estas con vida, un día hermoso para vivir y disfrutar; de la caridad porque en todo momento vas derramando amor en todo lo que vas a hacer…de  la templanza porque ya has controlado tu parte humana al levantarte con ánimo y amor solo por Jesús y disponerte a vivir tu día al gusto divino, porque te controlaras y mostraras toda la amabilidad, la atención debida, y el servicio necesario a todos los que te rodearan en tu trabajo. 
 
Hoy es lunes un día más para mostrar  el rostro de Jesús a los demás, primero en casa y luego en el trabajo… he aquí la gran diferencia y la fuente de un manantial abundante en derroches de santa alegría que nace en lo profundo del alma y se desborda, (siempre en aumento), al exterior contagiando a todos los
que les rodean.


La rutina, la monotonía del deber diario convertido y transformado en motivo de vivir siendo testigos del Amor divino da un sazón de buen humor a la vida diaria que provoca contagio en todos los que les rodean… porque las virtudes procuradas y vividas por amor a Dios hacen la diferencia… Nadie más lleno de buen humor que un Santo… nadie hace reír con tantas ganas que la chispa de alegría que provocan los santos… por ejemplo… un padre Pio Pieltrecina que hacia reír a carcajadas con su santo y buen humor… (Para mí… un padre Aníbal Reyes Belén que contagiaba con su alegría y daba gusto estar a su lado).
 
Madre mía… ayúdame a crear conciencia de la forma más simple, sencilla y agradable pero con el tacto y la firmeza necesaria… de una madre que solo desea llevar a sus hijos a puerto seguro… de “regreso a casa”… la casa paterna… de regreso al Corazón de Dios… y todo lo haga  al gusto de Dios…
 
DESDE LA SOLEDAD DEL SAGRARIO


No hay comentarios:

Publicar un comentario