viernes, 13 de abril de 2012

Parte I MI GRATITUD Y ADMIRACION A TI ENFERMERA…


Parte I

imagen de la web
MI GRATITUD Y ADMIRACION A TI  ENFERMERA… ENFERMERO… QUE VIVES CON TANTA ENTREGA
TU VOCACION

En mi larga y corta vida he visitado muchos hospitales como familiar de un paciente o amistad, o como  paciente. He visto todo… he estado con todos, por eso me animo a escribirles a todos esos enfermeros y enfermeras que viven su vocación de enfermeria con dedicación, con entereza, con derroche de vida que estalla en amor y en sacrificio diario a pesar de sus problemas personales.  

Da gusto contemplar tu rostro sereno, amable, con mirada limpia y suave.  

Da gusto contemplar la amplia sonrisa que sale de un corazón lleno de amor… un corazón que sabe  sacrificarse sin quejarse. 

Da gusto contemplar tu interés, tu comprensión, tu generosidad, tu trato afable, tu forma de escuchar con paciencia y responder con paciencia… a los pacientes, a los familiares.  

Da gusto  contemplarte trabajando donde fácilmente se aprecia que pones tu corazón, tus conocimientos, tu sacrificio en todos los detalles pequeños e insignificantes en tu desempeño diario. 

Llegas con alegría y te vas con alegría. Llegas descansada con ánimos de trabajar… te vas sumamente cansada pero con la alegría que da la satisfacción de haber dado lo mejor de ti  a cada paciente… a cada familiar… a todos sin distinción… 

Sabes escuchar… sabes cómo resolver, conducir y manejar a un paciente fuera de sí, a un familiar desesperado. No te desesperas, no te  angustias, no te descontrolas sino por el contrario sabes cómo  imponerte con suavidad pero con mucha firmeza. Tienes control y sabiduría para bregar con las diferentes situaciones que se presentan. 

No hablas mucho pero que bien escuchas. Cuando hablas sabes trasmitir paz, sabes responder a lo que se te pregunta con sencillez y claridad, sin prisa.    

Buscas la forma de ayudar y aliviar las necesidades del paciente y el familiar sin que se te pida ayuda.  

Sabes colocarte en los zapatos del paciente y del familiar.  Tu caridad se desborda. Tienes muy buen humor sin caer en lo chabacano y vulgar.  

Cuando sonríes es una sonrisa natural no fingida y estudiada. No pierdes el tiempo… trabajas en silencio sin llamar la atención. Te llevas con todos, no intervienes en cuentos y murmuraciones. No tienes tiempo para eso… vas a lo tuyo.  

A todos atiendes y a nadie dejas sin atender. Todos los pacientes y familiares se sienten cómodos con tu ayuda.  

Tu fuente es la oración… se nota… eres creyente… conoces de Dios y amas como Dios pide… y tienes a Dios como Amigo y cuentas con Él para todo… esa es la diferencia…  

Tu alegría es vivir tu vocación día a día al gusto de Dios. Te das a todos y recibes de todos el amor de Dios…  

Hijita… hijito… da gusto verte trabajando como una hormiguita de un lado para otro atendiendo a tus enfermos con tanta dedicación y ternura.  ¡¡Dios te bendiga hoy, mañana y siempre!!!


DESDE LA SOLEDAD DEL SAGRARIO

Nota aclaratoria. 
La imagen utilizada pertenece a 
www.silvitablanco.com.ar







No hay comentarios:

Publicar un comentario