No
puedo evitar la inquietud causada por el dolor. Pero Señor si es un simple
dedo… una uña infectada y no sé ni cómo.
Pero, Jesús de mi alma que mucho duele, que mucho late. No he podido
dormir en toda la noche… un simple dedo de la mano ha podido mantenerme
despierta y en agonía.
¡Ah!!
Que terrible debe a ver sido los dolores de tu dolorosa pasión, mí bien amado
Varón de Dolores, mi Jesús. Solo el amor puede hacer que se viva pasión tan
dolorosa como la tuya.
Mi
mirada va hacia mi amado dedo, tan útil para la realización de mis quehaceres
domésticos, tan útil para escribir en la computadora… tan útil y necesaria.
Dios mío, toda una tragedia por causa de una simple y pequeña infención de uña…
y tan poderosa la infección que logra que el brazo y todo el cuerpo sientan el
malestar. Sin embargo el Cuerpo Místico de la Iglesia… muchos de sus miembros
no sienten ni se percatan del dolor doloroso de tu Pasión, mi Rey adorado.
Te
busco con la mirada… busco tu mirada dolorosa, tan penetrante, tan elocuente
ahí en el lecho de tu pasión… ¡Oh mi Señor y mi Dios! Me pides no desperdicie ni una gota de este
dolor que es nada al lado del tuyo. Me
pides que lo ofrezca en el altar de tu holocausto… Me pides que recoja las
migajas de mi dolor como tesoros incalculable y los una a los tesoros de tu
pasión… que vas a hacer pequeñas y grandes cosas con tan simple y pequeño dolor
mi… Dios míos toma todo lo que encierra mi dolor… toma todo este
insignificante… esta nadería que para mí es una tragedia, pero que en verdad no
es nada, y utilízalo a tu gusto…. Este dolor, esta pequeña enfermedad de
infección en mi una, es un micro gota en el océano de tu pasión… La coloco en
tu corazon… la uno a tu pasión… la entrego con alegría… la vivo con delicadeza
de conciencia… con convencimiento que hoy un alma regresara al verdadero redil…
que hoy un consagrado tomara en serio su vocación y su santidad personal… que
hoy una joven madre se negara al aborto… que hoy una familia se decidirá por la
santidad…
Si…
mi Dios y mi Señor… Varón de Dolores… hoy soy rica… inmensamente rica porque
tengo la riqueza de un corazon que desea ardientemente dar su pequeño dolor
físico, simplemente, porque el amor desea vivir al gusto del Crucificado…
dándolo todo a imitación de mi Cristo… por amor al Padre… por amor a las almas…
¿y el dolor?...pasaporte de eternidad…cuna y alimento para la santidad…
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