Hace frío… quizás para muchos no
es tan frío… pero para mí y estos huesitos aliñados por la artritis, es frío
del Polo Norte.
Hace frío… mucho frío… mi
pensamiento corre veloz por el mundo entero…quiere llegar a todos los confines
de la tierra. Entrar en los hogares, entrar en los corazones. ¿Por qué este
deseo vehemente?
El frío me remonta a la frialdad
de tantos corazones en el amor. ¡Oh, sí!!
El mundo padece de frío en el amor… no hay amor… sin embargo cuanto se
busca el amor. ¡Dios mío!...que fácil se cae en la esclavitud del desamor
buscando el amor.
Cuánto dolor en las almas.
Cuántas lágrimas derramadas en este mismo instante. Cuántos niños, mujeres,
enfermos, ancianos, hombres viviendo la esclavitud del desamor… del pecado de
no amar como Dios nos pide nos amemos los unos a los otros, así como El nos ama…
así como nos amamos a nosotros mismos.
Mientras voy cosiendo, voy
mirando por mi ventana. En la cima del mogote se encuentra nuestro santuario mariano.
Y desde mi lugar de costura voy tocando la puertecita del sagrario con mi
pensamiento. ¡Oh, sí!! Quiero tocar con toda la delicadeza posible… vengo ante Ti,
mi Señor, mi Rey, a suplicarte me dejes viajar en el tiempo, desde la oración más
pequeña, más pobre pero la más ardiente, y llegar a todos los lugares donde hay
un alma llorando amargamente, desconsoladamente el maltrato del desamor.
Quiero llorar con el que
llora… quiero sufrir con el que sufre… quiero abrazar al que se siente abandonado
por Dios en medio de la tragedia de su dolor y abandonados por los suyos.
Sigo tocando la puertecita
del Sagrario… sigo insistiendo con toda la delicadeza que mi corazón puede
expresar… desde mi rincón de costura… mirando por la ventana el santuario… sigo
a mi pensamiento que se encuentra a los pies del sagrario.
¡Papá!! ¿Estás ahí??... ¿al
lado de tus hijos?… ¿al lado de tus hijos que sufren tanto? Papá, déjame
ayudarlos en tu nombre… déjame solidarizarme en su dolor… déjame, por piedad,
te lo suplico, desde mi pequeño lugar, desde mi puesto, llegar espiritualmente
donde ellos a través de la oración… quiero llevarles tu amor… quiero decirles
que no están solos, que Tú estas a su
lado… que pronto todo va a cambiar… que el tiempo se acorta y esta dolorosa
prueba llegara a su final… que Tú los esperas con los brazos abiertos… que tu
amor les hará olvidar la triste crueldad del desamor que les ha tocado vivir…
que yo los amo y también les cobijo con mi pobre y pequeño corazón…
Hoy hace frío… mucho frío…
es el frío del mundo que le da la espalda al Amor…
Desde la Soledad del Sagrario
Es muy cierto. Solo conocemos el amor del mundo , pero este amor perfecto que es Jesus no lo conocemos. Que importanta lo que hagamos El nos espera pacientemente. Con abrazos abiertos. Para amarnos. Para quemarnos en su amor.
ResponderEliminarCierto muy cierto hijita. Un abrazon. Saludos a la familia. Se les quiere mucho...
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