martes, 8 de noviembre de 2016



La noche cae sobre el mundo. Es hora de descansar. Es hora de mirar nuestro caminar durante el día de hoy.
Nuestras huellas, pisaron cómodamente, las huellas de Cristo? Nuestras pisadas, tenían olor a Cristo? Nuestra mirada, ¿tenía la ternura de Cristo? Nuestro corazón, ¿se desbordó en abundancia a lo Cristo? Nuestros oídos, ¿estuvieron atentos a escuchar los corazones como Cristo, escuchando más allá del sonido de las palabras?
Nuestras manos, ¿se dieron al servicio de la caridad, como las manos de Cristo? Nuestro cansancio del día, ¿se iguala al cansancio de Cristo de darse a manos llenas en caridad a los demás?
Cuantas obras de misericordia consumadas en el día de hoy?? En el día de hoy, ¿cuántas veces hemos respondido con prontitud, a las pequeñas necesidades de los demás, con una sonrisa, porque Cristo está ahí, en el prójimo?? Nuestras palabras y nuestro rostro, ¿estuvo alimentado por la bondad de Cristo??
Si, la noche cae sobre el mundo. Es hora del descanso. Es hora de mirarnos, examinando nuestro caminar, en el día de hoy...porque en el atardecer de nuestras vidas se nos juzgará por el amor.
Hoy, hicimos nuestro, el amor de Cristo por las almas? Cristo ama a todos, buenos y no tan buenos. ¿Hemos amado así? Cristo tiene paciencia..., ¿la hemos cultivado hoy? Cristo tiene obsesión por el Padre Dios... hoy, ¿hemos tenido pensamientos y conversación con nuestro Padre Celestial??
¿Pero sobre todo hoy nos ganamos el cielo?? O, ¿el purgatorio??? O, ¿el horno eterno??? Así, sabemos, si hoy, nos ganamos a Dios o por el contrario lo hemos perdido en el dia de  hoy.
Mater, enséñanos a ser como tú


Bendecida noche.

La pequeña de Dios







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