
La alegría me invade. Mi corazón se conmueve hasta las lágrimas. El conocimiento me llena de felicidad, me hace prorrumpir en cantos de alabanzas y gratitud a mi Padre Celestial.
Dios me creo un día como hoy. Dios me pensó, me amo, y me creo. Mi Padre se llenó de gozo al pensarme. Se llenó de gozo al crearme… Se llenó de gozo al llamarme y elegirme para ser testigo de su Amor, de su bondad y de su poder.
He nacido para decirle al mundo, que soy testigo de ese Amor de Padre, de ese corazón divino que se goza creándonos y amándonos. He nacido para ser testigo de la existencia de un Dios que se da a sus hijos incondicionalmente.
Dios es mi Padre… nací en el pensamiento de Dios, nací en el tiempo y en el espacio por voluntad divina, y he de nacer para la eternidad… y lo que es cierto para mí… lo es, también, para todos…porque Dios es nuestro Padre… somos hijos de Dios… Que estalle los corazones de santa alegría, de gozo y felicidad…porque nuestro Papá, es Dios…
Genial, sor Maridel, precioso testimonio del amor filial al Padre.
ResponderEliminarBendito sea Dios!!! Saludos Ma. Carmen
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