domingo, 14 de septiembre de 2014

…Te invito a vivir una dinámica…una dinámica muy especial...


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Parecerá una locura, pero les confieso que luego de escuchar las noticias, he tenido esta idea… ojala sean muchos los que se animen a vivir la dinámica…

Les invito a participar en una dinámica.  Es tan sencilla… Simplemente siéntate cómodamente y ve desarrollando en tu mente lo que vas leyendo.
Te invito a entrar en este drama que les presento. Si lo haces la experiencia sera única e impactante...

Piensa por un momento que estamos en los zapatos de nuestros hermanos cristianos perseguidos.  Sí, estamos viviendo, por un momento su experiencia.

Vamos a vivirla en nuestra mente,  dejando al corazón vivir la experiencia. Es como una película, que vamos desarrollando en nuestra mente.

Empezamos la dinámica:

En estos momentos te encuentras en tu hogar.  Luego de un día de trabajo, estas cansada, pero contenta.

 Estas en  la comodidad del hogar, sea en el barrio, o en la urbanización, o en el edificio de apartamentos… Sea en la zona pobre, o en la zona de los de ricos.

Te encuentras con tu familia,  en la intimidad del hogar.  El ambiente tranquilo,  lleno del calor familiar. Los niños viendo la televisión o jugando.  Los adolescentes en la computadora. El esposo leyendo el periódico. Tu dando los últimos toques a la cena. Todo es perfecto…

De pronto hay ruidos, golpes en la puerta, si está cerrada… la abren a patadas… Si está abierta, entran.  Tu hogar ha sido invadido por desconocidos enmascarados portando rifles y ametralladoras…

El miedo se apodera de cada uno de ustedes… Los niños corren hacia ti y hacia tu esposo.

Los hombres apuntan con las armas… Son hombres que dan miedo… Son hombres que disgustan… Sus rostros, su mirada de odio… De pronto les  preguntan si se convierten al islam… La sorpresa les invade.

¿Al Islam? ¿Pero de qué hablan si son cristianos? Con voz apaga y temblorosa, tu esposo le dice que son cristianos.  Los hombre llenos de odio, apuntan a los varones de la casa, sin distinción y los asesinan.  Gritas por el dolor que te causa…

Para ellos no importa la edad, no importa nada… los creen un peligro.  Los creen una basura que no tienen derecho a vivir. Ellos creen que están haciendo lo correcto.
Sientes sus manos duras, grotescas encima de ti, empujándote… Te toman de rehén…  a las mujeres y niñas se las llevan de mala forma… Gritando “Viva Ala” y celebrando la victoria.  Las rifan entre ellos, sin importarles la edad que tienen, simplemente son mujeres aunque sean niñas de escasa edad… Luego las venden en el mercado de esclavas.  Si hay  ancianas en la casa las violan y luego las decapitan.

Tú que siempre has sido tratado con la dignidad que merece una hija de Dios, te ves de momento tratada como un simple objeto a utilizarse, como un estropajo, alguien  que no tiene derecho a nada.

El pueblo, el barrio, la ciudad está llena de estos hombres, destrozando todo;  Iglesias, monasterios, escuelas… todo… destruyen, saquean…

¿Te imaginas que impactante? Todo parece como una película…  El miedo,  el dolor, los golpes, los gritos, el ruido de las balas… todo te sacude, te debilita, te espanta… crees que es una pesadilla que vas a despertar… pero no es así… todo ha cambiado…

Pero y ¿si escapaste?,  ¿si te dio tiempo a correr con tu familia y escapar?… Sí, piensa que pudiste  escapar con tu familia, dejando todo atrás, corriendo como locos, despavoridos. Solo tienes la ropa que llevas puesta… sin alimentos, sin agua, sin dinero, sin nada… solos con tus hijos…

Al fin a salvo… estas lejos,  temblando pero con vida aun. ¿Qué hacer? Los pequeños pidiendo agua  Pidiendo comida. No hay nada que darles. Sientes el sol que te quema, la sed que te abraza.  Llevas días caminando,  sientes tu cuerpo sucio, no hay agua para bañarte, no hay ropa para cambiarte. No hay prendas ni maquillaje para usar. No tienes carro para ir al colmado. No tienes dinero para comprar.  No tienes alimentos para cocinar. No hay una cocina… Todo ha quedado atrás…

Tu esposo se siente impotente ante la situación… no tiene nada para proteger a la familia. La cabeza le va a estallar… llora como un niño… lo ves y te abrazas a él, llorando también… ¿Qué hacer? ¿Adónde ir?  Piensan que morirán de sed y de hambre… solo les queda orar… No les queda nada… Solo Dios… Te aferras a Dios…esperando un milagro de misericordia del nuestro buen Dios…  Pero y si eres llamada a vivir el martirio como testimonio de Cristo… ¿Estás preparada? ¿Está tu familia preparada? ¿Tus hijos?

Fin de la dinámica.  

Ojala hayan podido vivirla…

Si lograste vivirlo entenderás muy bien como se encuentra nuestros hermanos en estos momentos de tanto dolor y desesperación…  

Si lograste colocarte en los zapatos de ellos, te sentirás solidario con ellos.  Darás gracia a Dios por tener aun la oportunidad de la libertad que gozas vivir.

Si lograste vivirlo podrás valorizar lo que verdaderamente es importante en tu vida.  

No nos olvidemos de nuestros hermanos perseguidos… Abracémosle desde la oración de corazón…

Piensa que es muy fácil estar en sus zapatos… es cuestión de tiempo…

Piensa que  hoy son ellos, mañana puedes ser tu, tu familia… y yo… también…

Desde la Soledad del Sagrario


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