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Nací para adorarte. Nací para llenar mi vida como un cántaro de agua de
alabanza, porque nací para adorarte…como campanitas que suenan en la distancia melodías
hermosas que enamoran a un Dios que padece sed de almas…
Nací para entregarme en adoración perpetua día y noche, en todo momento a
todas horas, en cualquier lugar, en medio de las tareas cotidianas…como una
vela encendida gastada ante Ti, mi Dios, solo y únicamente por amor y gratitud
a Quien tanto me ama y tanto me desea.
Nací para vivir íntimamente en amistad sabrosa y gustosa con el Dios del
Sagrario…mi dulce Dios que habita en lo escondido del Sagrario…nací para volcar
mi vida y mi corazón en una eterna alabanza y adoración a Él…mi Dulce
Prisionero del Sagrario…
Mi vida un canto pobre, de notas tiernas y dulces que entonan día a día la
simple y sencilla canción de quien se sabe cobijada por un Dios que tiene su
mirada puesta en ella…
Nací para dorarte…nací para amarte…nací para servirte…nací para ser noticia
divina…nací para ser llamita de luz divina en medio de la densa noche del mundo…porque
nací para Dios…al igual que todos… porque usted y yo nacimos para Dios…
Desde la Soledad del Sagrario
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