imagen de Schoenstatt |
El Santo Padre Francisco dijo hace muy
pocos meses, que las religiosas eran “madres”, no solteronas… y yo me siento
con la vocación de “madre”…Como madre espiritual soy clara en mis convicciones.
Me gusta informarme correctamente antes de emitir un juicio, comentario. Cuando
algo esta incorrecto… esta incorrecto, no hay porque adornarlo. Una madre
amonesta con firmeza, con ternura, pero con la verdad siempre. Una madre enseña
con las experiencias vividas, con el ejemplo… una madre está dispuesta a
extender la mano y sacar al pequeño del camino que lo aleja de Dios… de
hablarle, de explicarle, de exponerle la Verdad y los peligros que existen…
pero también una madre respeta la decisión de aquellos que deseen seguir por el
camino equivocado… entonces solo queda la oración por los que se alejan hacia
el error.
La vida espiritual hay que tomarla
seriamente. No son tiempos actuales para andar con tibieza. Hay unas tinieblas
de confusión que nos arropan… existe un
movimiento o propaganda de defender nuestro derecho a pensar, decidir y elegir…por
encima de la voz de la Santa Sede… en total desobediencia a las enseñanzas de
Cristo.
El valor de la eternidad y el valor
del alma no se pueden exponer al peligro. La fe es un don que si no se cuida se
puede perder y perder la fe es la pesadilla de mayor tragedia para una persona.
La santidad es nuestro camino, una santidad vivida pisando las huellas de
Cristo.
Hoy en día a todos se les escucha… en
todo se participa… todo se lee… todo se ve… y ese “todo” va penetrando en
nuestro ser, en nuestra conciencia, en nuestra voluntad, en nuestras actitudes…
desplazando las sanas costumbres y tradiciones,
devociones… en una palabra nuestra cultura religiosa… para evolucionar en
costumbres, tradiciones, métodos, devociones nuevas que nos roban la verdadera
fe que poseemos. Haciéndonos entrar en
un mundo desconocido… cuando los santos han caminado por un
camino sencillo, simple, sin complicaciones en cuanto a amar, vivir en amistad
sabrosa con Dios.
Si nos queda mucho tiempo o poco
tiempo para nuestro “regreso a casa” no lo sabemos. ¿Por qué entonces
exponernos al peligro de que nos toque el regreso sin estar preparados
debidamente por perdernos en tonterías?
La Sagrada Palabra es clara… es
alimento… es vida… ¿Qué hacemos buscando la palabra de seres humanos que se las
dan de “sabios” y solo confunden llenando el alma de cosas que no son
necesarios ni del beneplácito de Dios.
Hijos… Dios está en el Sagrario… Dios
esta accesible… Dios está a nuestro alcance… ¿Por qué nos entretenemos en el
camino desviando la mirada de Dios?
Perdonadme, si mis palabras suenan
fuertes… perdonadme, si mis palabras no son del agrado de algunos… el Amor de
Dios me apremia a hablarles…
Desde la Soledad del Sagrario
No hay comentarios:
Publicar un comentario