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"Aquí hay alguien que dice
que te ama"
Y esta en el Sagrario esperándote día y noche… ¿Por qué no acudir a Él? ¿Por
qué no acercarte y dejar en sus manos todos esos momentos angustiosos,
desesperantes, oscuros que tanto dolor te causan? Mira que tiene el poder para ayudarte… mira
que solo quiere ayudarte… mira que lleva mucho tiempo esperando por ti. Dale la oportunidad de ayudarte…no te vas a desilusionar
de Dios…
Entre más tiempo pase sin acudir al Cristo del Sagrario mas tiempo pierdes
de ser plenamente feliz...porque el Cristo del Sagrario es la felicidad misma
que tanto necesitas…
Madre tómame de la mano y llévame delante de Tu Hijo, el Cristo
Eucaristía…
Desde la Soledad del Sagrario
Sólo en Cristo encontramos la paz y la alegría, en estos días pasados, cuando estaba delante del sagrario, no sé si sería cosa del tentador: ¿dónde te gustaría estar mejor, aquí en el sagrario o en la naturaleza? Inmediatamente respondí, no a la tentación, sino una respuesta cierta y convencida para mí: pues aquí en el sagrario, donde la presencia de Dios, es verdadera, real, llena de majestad, es el mejor sitio, porque está quien nos oye y nos ama: Nuestro Salvador Jesucristo.
ResponderEliminarEs verdad que la naturaleza nos hace feliz, pero la felicidad que nos ofrece Jesucristo, la paz, «qué bien se está aquí» (cfr. San Marcos 9,2-10) decía los apóstoles: Pedro, Juan y Santiago. Cierto. Me pasaría todo el tiempo sin retirarme del sagrario.
Los Apóstoles lo dijeron algo asustados, y es que aún no había venido el Paráclito sobre ellos, no era Pentecostés. Pero nosotros decimos con gozo, ¡qué bien estamos con Cristo!, porque el Espíritu Santo ha venido a nosotros, en primer lugar gracias al sacramento de Bautismo, y seguimos creciendo en el amor y la dulzura del Amor de Cristo nuestro Dios.
Pero si encontramos cerrado las iglesias, en el campo, de paseo, no caminamos solo Cristo y María están a nuestro lado, y nos libra de peligros terribles. ¡Qué bien estamos con Jesús; también con nuestra Madre: la Bienaventurada Virgen María!
¡Qué bien estamos con Jesús!
Voy a compartir esta breve historia que me sucedió hace años. Fue una mañana, cuando tuve que hacer un viaje a una localidad, tenía que presentarme puntualmente en un sitio, pero llegué tarde. Pues cuando terminó el viaje, lo primero que pensé, tengo que ir a una iglesia, estarme un rato con el Señor, darle gracia por esta oportunidad. Gracias a Dios, me encontré con una iglesia abierta, me quedé para la Misa, lo otro no le di importancia, es decir, la cita. Pues el Señor es lo primero y más importante en mi vida.
Me había retrasado como una hora, no me importaba. Al salir de la iglesia, Cristo me daba esa alegría, no tenía preocupación por llegar tarde. Ya habían terminado el asunto de aquella cita.
Mi cita en primer lugar es con Cristo, sin Él, no quiero nada, pues más que todas las cosas de este mundo, quiero a Cristo Jesús Nuestro Señor y a María Santísima Madre de Dios, que me ayudan a perfeccionar mi amor por la Iglesia Católica.
EliminarGracias José Luis por tan hermosas palabras... ¡Bendito sea Dios!!