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¡Qué buena es la Mater!! En estos días me sorprende aun más los regalos de
la Mater… sin esperarlo me ha obsequiado con unas vacaciones… ¡Qué bueno!!... Me
hacían falta…
Una hija espiritual había sentido en su corazón que la Mater quería que
diera ese viaje… entre ella su madrecita… me dieron la sorpresa… no sin antes
preguntarme si aceptaba el regalo. ¡Cómo no decirles que no!! No había dudas…
la Mater quería… les confieso… yo también… ¡Qué bueno es Dios con todos sus
hijos!!
Llegue ayer a E.U. a visitar familiares y amistades conocidas… me encuentro
inmensamente en deuda con mi Madrecita por tantos regalos para con su pequeña.
Aprovechare para ser su embajadora… quiero hablar de ella sin palabras… a ver
cómo me va…
Descubro con tanta pena qué alejados de Dios están muchas jóvenes, familias
y hasta niños… Con lo hermoso que es vivir en Dios… hijitos que mucho hay que
rezar… que mucho…
Les cuento mi experiencia durante el viaje… Aborde el avión con una pizca
de recelo, pues hacia tantos años que no viajaba…desde que me hice cargo de mis
padres.
La primera preocupación era cuando llegara el momento de pasar por la
inspección para entrar al “gate”. Desde
que paso lo del 9-11 en Nueva York, cuando ven a alguien vistiendo con mucha
ropa, (llevo hábito), o les parece “sospechoso” lo separan para
inspeccionarlos.
Mis experiencias, en esto, no han sido muy agradables. Recuerdo en una
ocasión que pase muy malos momentos, ya de regreso suplique a una religiosa
conocida que había muerto, religiosa muy especial por su vida de oración y
virtud más allá de lo normal… que no permitieran que se acercaran a mí
haciéndome pasar por tan triste experiencias...que pasara inadvertida para los
funcionarios de inspección. Fui
escuchada. Ni siquiera me miraron, era como si no estuviera a la vista de
ellos… ¿Se imaginan como estaba? Estaba sumergida en una alegría interior incontrolable, por el favor recibido.
Esta vez deje que la Voluntad Divina actuara a su gusto. Pues tan pronto me vieron, se acercaron a mí,
claro el hábito les llama la atención, aunque llevo un crucifijo al cuello,
pienso que me creen una posible “impostora” peligrosa para la seguridad de los
demás…
Me trataron con mucha diplomacia, no me quitaban los ojos de encima… Yo
estaba muy tranquila, sabía que Dios no me iba a dejar pasar por otra
experiencia desagradable, pues tratan a la persona como si fuera una criminal en potencia.
Esta vez, fui llevada a pasar por la máquina que nos retrata hasta los
huesos… no les niego que no me agrado la idea, pero si Dios lo permite,
¡bendito sea Dios!!
Ya dentro del avión, fui recibida por el personal del avión con mucha
delicadeza… un detalle de la Mater… a todos trataban igual… con mucha paciencia… pues que difícil son los
pasajeros en un vuelo… Me imagino que los nerviosismos, o la euforia del viaje,
les hacen comportarse como niños pequeños hiperactivos e incontrolables. Otros,
los menos, parecen estar viviendo un momento de ausencia de la realidad, o el
complejo de “estatuas”… porque parecen aterrados a sus asientos, que miran pero
no pueden moverse, ni hablar… hay otro porciento que le es indiferente lo que
sucede a su alrededor… están en su mundo…
Estando en un buen lugar sentada, en el primer asiento de la fila, en el
pasillo, ideal para salir sin problemas… se sientan a mi lado una señora mayor
y su hija también adulta. ¿Se imaginan que paso? La señora era la misma carita
de mami… me emocione al verla, claro sin decir nada, mi interior se enterneció…
El nieto de la señora le toco sentarse aparte, y estaba con una angustia el
pobre… la mamá se iba a cambiar con él… pero él quería estar con ambas…
sumamente comprensible… a la edad de 10 años, en un viaje en avión, lo menos
que se quiere es estar separado de la familia con quien se viaja… Opte por
hacerle el regalo de cambiar con él… su alegría era desbordante… me toco al
lado de la ventana.Cuando miro bien… ¡que sorpresa!!... el avión era viejo… no había mirado bien el avión por dentro… pero mirarlo por la ventana, lo que alcanzaba a ver… me preocupe un poco… hice un voto de confianza plena en Dios…
Se levanta el avión, sube bastante… y ¡chas!! Turbulencia, rayos, lluvia… hijitos parecía un temblor de tierra en las alturas… el avión se movía increíblemente… miraba el ala del avión… ¡Dios mío!… que experiencia… la fuerza del viento… es admirable… la belleza de los rayos… y el peligro también… El sentimiento de estar impotente ante la situación, nos hace meditar… ¡qué bueno es Dios!!... me sentía en la barca con los apóstoles y Jesús durmiendo, la barca llevada por la tempestad de las olas del mar y la fuerza del viento… Jesús tenía el control de todo… no había que temer… El obraría… y obro… pero sin dejarnos vivir la experiencia por buen tiempo… el viento abrazaba el avión… así parecía moviéndolo de un lado hacia otro… de arriba hacia abajo… el Niño Jesús jugaba con el avión… mi Niño, recuerda que estamos dentro… Bueno, un poco de humor nos hace bien en medio de la adversidad…
De una verdad estaba segura… la Mater me lleva con una misión… ¿Cuál?, no
lo sé. La iré descubriendo poco a poco. Por lo tanto, no hay que temer al
viento impetuoso, ni a los rayos, ni ha nada… trate de dormir algo, pues llevaba 24 horas sin dormir…
La pareja que se sentó a mi lado, la familia que se sentó detrás de mi fila, la otra familia que se sentó al lado se encargaron de hacerme saber que no había porque dormir… el joven a mi lado estaba como niño pequeño con regalo nuevo… trataba de asomarse cuanto podía a mirar por la ventana, así que yo, me sentía al borde de ser aplastada por la presencia y el peso del joven… que por su euforia ni cuenta se daba… delicadamente y por pequeños gestos que le ofrecía, volvía a caer en tiempo tranquilizándose. Había que verlo, invitaba a su compañera de viaje a acercarse a mirar por la ventana también… no sé cómo iba a hacerlo, pues, el espacio era tan reducido que no nos podíamos ni mover…
El cansancio y la falta de sueño hicieron su efecto quedando dormida sin
percatarme… al despertar faltaba solo media hora para aterrizar. ¡Qué alivio!!
Para bajar del avión fue una odisea… nadie se movía… con equipaje en mano…
nadie daba un paso… no sabía que pesaba tanto mi equipaje, mientras se está
caminando el peso se siente pero no se
le da importancia… pero cuando se está en pie sin movernos, ni poder sentarnos,
¡que mucho pesan el equipaje de mano!!
Ya fuera del avión, esperando ser recogida, miraba a las personas que
caminaban con prisa, agitados, con caras largas, sin mirar a nadie, van a lo
suyo…
Un detalle que me dio mucho pesar… fue en el momento de pasar por un
pasillo de una puerta gigante, a la otra
puerta que me pareció ver un hombre sentado en el piso, sin equipaje, pase tan
de prisa, absorta en mis pensamientos, que lo vi y no lo vi… Luego sentí
remordimiento, si era alguien indigente y ni siquiera le di unos buenos días…
me sentía culpable de encontrarme con “Jesús” respondiéndole con la
indiferencia. En tan pocas horas estaba reaccionando como todos los demás…
indiferente a mí alrededor… sumergida en mis pensamientos… Mater auxilio…
Vinieron a recogerme… La familia amorosa, hermosa y bendecida… que alegría
estar con los de uno, después de tanto tiempo sin verlos…
Ya en el apartamento… me encontré con una pequeña monada de mascota… Charlie es su nombre… amoroso y muy social, que me dio un recibimiento como nunca había recibido de un perrito… me hizo reír…
Dios se ha bendito y bendecido por todos los habitantes de esta tierra. Dios sea reconocido como Dios y amado como Dios. Dios bendiga a cada familia, a cada niño, a cada joven, a cada matrimonio, a cada anciano… a cada necesitado en esta tierra… Mater que todos tengan un encuentro cercano contigo… que todos lleguen a descubrirte como madre y a sentirse tus hijos…
Mater que mucho hay que orar… ensénanos a mantenernos en una oración interior por esta tierra que un día fue tan religiosa y hoy en día caminan por senderos peligrosos que llevan a romper la amistad con Dios.
Hijitos… estaré por estas tierras mes y medio… orar por mí… yo orare por cada uno de ustedes…
Desde la Soledad del Sagrario
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