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Papa Francisco,Vaticano,Jorge Bergoglio
22/03/13 - 09:30
Fuente: Mundo Por
Sergio Rubín
Luego de leer el artículo de Sergio Rubín me siento
motivada a escribir y compartir mi
parecer, reconociendo que nada sé, solo comparto mi pequeña y pobre
opinión. Veamos.
El Santo Padre tuvo un encuentro con los “180 embajadores acreditados ante la Santa Sede”.
El Papa Francisco les saluda en italiano,
el idioma diplomático oficial es el francés.
Nos dice Sergio Rubín que con este saludo en italiano “el Papa Francisco hace sobresaltar a “ más de un diplomático Vaticano”…Pienso, que se habrán sobresaltados aquellos atados a la burocracia y estilo de una tradición, que no mengua ni aportan a la
misión del Santo Padre, ni al Evangelio.
Tradiciones que son más que nada un peso, no una libertad a la expresión de la sencillez
y simplicidad de los humildes como el Santo Padre Francisco. Tradiciones que muy bien pueden omitirse
pues ni benefician ni perjudican
tampoco…
El Papa Francisco actúa
con la sencillez y simplicidad de quien no se complica, sino por el contrario
se simplifica siempre, para llevar mejor su misión… la misión de Cristo a los
hermanos.
Un hombre que no pierde tiempo, sino va al grano y de
frente… por ejemplo, en esta reunión con los diplomáticos aprovecha para
exponer su preocupación de siempre: “Los pobres”…los más pobres e indefensos
del mundo… esos que son víctimas de tantos otros… esos pueblos que no pueden
salir de su ignominia pobreza por más que traten… por no tener la mano amiga de
los que han salido de ella y viven en la opulencia.
Y es que es una preocupación genuina de quien ha palpado
el dolor y el sufrimiento del pueblo humilde, trabajador y a la vez de los que
son indigentes. Ha convivido con ellos
porque a entrado a compartir con ellos para tomar el pulso de sus preocupaciones y las causas
de las mismas.
Por eso les lanza al aire su lamento: ¡Cuanta pobreza en
el mundo!! Les quiere hacer sentir parte
de su preocupación invitándoles a concientizar en la misma. Hermosa oportunidad
que Dios le concede para “llamar a luchar
contra la pobreza y "custodiar a quien sufre por la indigencia". Para
pedirles con santa humildad y firmeza "construir
puentes" por la paz, con Dios y entre los hombres.
Nos dice Sergio Rubín en su artículo, que el Santo Padre Francisco tenia ante él,
“180
embajadores acreditados ante la Santa Sede”…
Me parece ver al Papa Francisco… imagino su rostro sumamente dulce,
mirada penetrante y a la vez con suma ternura, el tono de voz de preocupación,
mezclado con una dulcísima alegría… la alegría de la esperanza.
¿Cómo no recordarles a San Francisco y su lucha contra la pobreza material? ¿Cómo no recordarles con énfasis al papa emérito Benedicto XVI, por su lucha
espiritual contra la “dictadura del relativismo”?
El Papa Francisco sabe como motivar, como entusiasmar…
hay que ver cuantos se dejan arropar por ese entusiasmo y esperanza de nuestro
Santo Padre Francisco… ¿y por qué no dejarse arrastrar por ese ímpetu del
Espíritu Santo que mueve al Santo Padre? Solo las almas soberbias pondrán
obstáculos…solo las almas abismadas en su propias convicciones se harán sordas
a las invitaciones, palabras, y enseñanzas del Santo Padre Francisco… que habla
mejor con el ejemplo que con las palabras… que tiene la fuerza de las obras
vividas intensamente y puramente… como hacen las almas que toman muy en serio a
Dios en sus vidas…
Nuestro Santo Padre los invita, como nos ha invitado a
todos, “a
trabajar para edificar la paz”. Hoy en día se habla mucho de la paz… se
hacen planes, pero trabajar seriamente por la paz… escasamente o pobremente… La
paz en los pueblos, en las naciones se inicia en el hogar… Si los
hogares del mundo fueran reflejo de una paz trabajada en serio y al gusto divino, nuestro mundo sería muy
distinto.
El Papa Francisco les deja sobre la mesa, en sus manos,
en sus corazones, su deseo intenso, pues si, intenso y ardiente también, de que
“trabajen para edificar la paz”. Enfatizando en una solida verdad: “no hay verdadera paz sin verdad”. Continua diciéndoles: “Que no se reivindique solo el propio derecho, sin preocuparse del bien
de los otros".
Qué bien hizo el Papa Francisco al recordarles que "Uno de los títulos del obispo de Roma,
es el de "Pontífice, el que construye puentes con Dios y entre los
hombres". Lo veo como un dardo directo a la conciencia de todos… El Papa Francisco estaba:
cumpliendo con una de sus misiones: Ser
constructor de puentes pero no toda clase de puentes…No… son puentes transcendentales
para la humanidad… son puentes de
inmensos compromisos… son puentes de verdadera estabilidad y firmeza… construido
con la verdadera y única herramienta que
concede verdaderos resultados… El Papa Francisco “construye puentes CON DIOS… y entre los hombres.” No está
solo… no… tiene a Dios trabajando con él… mano a mano… Dios con él… él con Dios…
¿Quién puede fracasar en esa construcción?
¿Quién puede impedir los frutos? ¿Quién puede rechazar los resultados?
Luego les hace partícipe de esa misión de todo pontífice.
Les abre la puerta de par en par para llevar a feliz término ese objetivo… esa
misión… invitándolos… Me imagino el rostro de entusiasmo, de gozo, de esperanza
del Papa Francisco al pronunciar cada palabra de esta invitación... al mirarlos
uno a uno, con detenimiento… Les dice: "Construir
puentes" es un compromiso… de todos los países… por un camino que lleve
siempre más a amar a esta nuestra Tierra. “
Si, Santo Padre es un compromiso que deben poseer y
trabajar todos los países del mundo, es
un compromiso de todos los hombres de buena voluntad…
Es la paz de Dios la que se busca… es la paz a lo Dios…
es la paz que enseño Jesús… es la paz que nos da libertad… y esa es muy difícil
de encontrar cuando nuestro “YO” reina con toda libertad…
El Santo Padre propone una paz radicada en una conversión
de vida, en una conversión donde Dios reina en el alma, en la sociedad… Oremos
por estas intenciones del Santo Padre Francisco… porque su misión no es fácil…
pero tampoco imposible… Dios es quien lo mueve… Dios es el que hace… Dios es el
que está al frente, detrás, a los lados, encima, debajo y dentro de nuestro
amado “Francisco”… el Papa… Oremos...
Desde la Soledad del Sagrario
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