En la Iglesia, oculto para el mundo
"Aunque ahora me retiro, estoy siempre cerca de todos vosotros
en la oración, y estoy seguro de que también vosotros estaréis cercanos a mí,
aunque para el mundo estaré oculto". Son palabras del todavía obispo de Roma a
sus sacerdotes. Es la cercanía de Benedicto XVI con el clero diocesano en el
tradicional encuentro de inicios de Cuaresma. Debía ser una pequeña charla sobre
el Vaticano II, pero se transformó, de hecho, en un luminoso testimonio del que
fue perito conciliar, Joseph Ratzinger. Durante 45 minutos, en el encuentro del
14 de febrero en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Papa evocó con sencillez y
sin reticencias el espíritu conciliar, un acontecimiento vivido con entusiasmo y
esperanza, con la firme convicción de que de él brotaría una nueva era en la
vida de la Iglesia.
Benedicto XVI desgranó los temas objeto del debate de los
padres del Concilio: liturgia, eclesiología, Palabra de Dios, ecumenismo y
diálogo con las religiones, relación entre Iglesia y mundo. Relanzando la
invitación a vivir el Año de la fe -proclamado precisamente en el cincuentenario
de la apertura del Vaticano II- como ocasión para que el Concilio, con toda su
fuerza espiritual, que es la fuerza del Espíritu Santo, "se realice y la Iglesia
se renueve realmente". Junto a la cual permanecerá, desde el retiro de la
oración -a partir del próximo día 28-, como quiso asegurar a sus sacerdotes,
agradeciendo su afecto.
(©L'Osservatore Romano - 24 de febrero de 2013)
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