"Gracias por
vuestra amistad, por vuestro afecto."
"Sabéis que para
mí este día es distinto de los demás: no soy Pontífice Supremo de la Iglesia
Católica; es decir, lo seré hasta las ocho de esta tarde, después ya no."
"Soy ,simplemente, un peregrino que empieza la
última etapa de su peregrinación en esta tierra."
"Pero quisiera
todavía, con mi corazón, con mi alma, con mis oraciones, con mis reflexiones,
con toda mi fuerza interior, trabajar por el bien común y el bien de la Iglesia
y de la humanidad."
"Vayamos adelante
con el Señor, por el bien de la Iglesia y del mundo."
"Os imparto, de
todo corazón, mi bendición.Sea bendito Dios Todopoderoso, Padre , Hijo y
Espíritu Santo,"
"Prometo total
obediencia al futuro Papa."
“hemos vivido
momentos bellísimos de luz radiante con la Iglesia, así como momentos que han
sido oscuros. En estos momentos hemos tratado de seguir a Cristo y a su Iglesia
con amor profundo y total”.
"como el
apóstol Pablo en el texto bíblico que hemos escuchado, también yo siento en mi
corazón el deber sobre todo de agradecer a Dios, que guía y hace crecer a la
Iglesia, que siembra su Palabra y así alimenta la fe en su Pueblo".
"el
‘siempre’ es también un ‘para siempre’: no se puede volver más a lo privado. Mi
decisión de renunciar al ejercicio activo del ministerio no revoca esto. No
vuelvo a la vida privada, a una vida de viajes, encuentros, recibimientos,
conferencias, etcétera. No abandono la cruz, sino que quedo de modo nuevo ante
el Señor crucificado".
"Ya no llevo
la potestad del oficio para el gobierno de la Iglesia, sino que en el servicio
de la oración quedo, por así decirlo, en el recinto de San Pedro. San Benito,
cuyo nombre llevo como Papa, será un gran ejemplo de esto".
"recordarme
ante Dios, y sobre todo rezar por los cardenales llamados a una tarea tan
relevante, y por el nuevo Sucesor del Apóstol Pedro: que el Señor lo acompañe
con la luz y la fuerza de su Espíritu".
"En estos
últimos meses, he sentido que mis fuerzas han disminuido y he pedido a Dios con
insistencia en la oración que me ilumine con su luz para hacerme tomar la
decisión más justa no por mi bien, sino por el bien de la Iglesia.
He dado este
paso en la plena conciencia de su gravedad e incluso de su novedad, pero con
una profunda serenidad de ánimo.
Amar a la Iglesia significa también tener el
coraje de tomar decisiones difíciles, sufrientes, teniendo siempre primero el
bien de la Iglesia y no el de uno mismo".
(cuando fue elegido Papa)
"las palabras que resonaron en mi corazón fueron: ‘¿Señor, qué cosa me pides?’ Es un peso grande el que me pones sobre la espalda, pero si Tú me lo pides, en tu palabra lanzaré las redes, seguro que Tú me guiarás".
"las palabras que resonaron en mi corazón fueron: ‘¿Señor, qué cosa me pides?’ Es un peso grande el que me pones sobre la espalda, pero si Tú me lo pides, en tu palabra lanzaré las redes, seguro que Tú me guiarás".
"el Señor
verdaderamente me ha guiado, ha estado cercano a mí, he podido percibir
cotidianamente su presencia. Ha sido un trato de camino de la Iglesia que ha
tenido momentos de alegría y de luz, pero también momentos no fáciles; me he
sentido como San Pedro con los Apóstoles en la barca sobre el lago de Galilea:
el Señor nos ha dado muchos días de sol y de brisa ligera, días en los que la
pesca ha sido abundante; y ha habido también momentos en los que las aguas
estaban agitadas y el viento era contrario, como en toda la historia de la
Iglesia, y el Señor parecía dormir".
"Pero
siempre he sabido que en aquella barca está el Señor y siempre he sabido que la
barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino que es suya y no la deja
hundirse; es Él quien la conduce ciertamente también a través de hombres que ha
elegido, porque así lo ha querido. Esta ha sido y es una certeza que nada puede
ofuscar. Y es por esto que hoy mi corazón está lleno de agradecimiento a Dios
porque no ha dejado nunca que le falte a la Iglesia y también a mí su consuelo,
su luz y su amor".
Quisiera invitar
a todos a renovar la firme confianza en el Señor, a confiarnos como niños en
los brazos de Dios, certeros de que esos brazos nos sostienen siempre y son lo
que permite caminar cada día también en la fatiga.
Quisiera que cada
uno se sintiese amado por aquel Dios que nos ha dado a su Hijo a nosotros y que
nos ha mostrado su amor sin límites".
"qué cosa es
la Iglesia: no es una organización ni una asociación de fines religiosos o
humanitarios; sino un cuerpo vivo, una comunión de hermanos y hermanas en el
Cuerpo de Jesucristo, que nos une a todos".
"Experimentar
la Iglesia de este modo y poder casi tocar con las manos la fuerza de su verdad
y de su amor es motivo de alegría, en un tiempo en el que tantos hablan de su
declive".
"Dios guía a su Iglesia,
la levanta siempre también y sobre todo en los momentos difíciles. No perdamos
nunca esta visión de fe, que es la única y verdadera visión del camino de la
Iglesia y del mundo.
“no significa
abandonar a la Iglesia, es más, si Dios me pide esto es precisamente para que
yo pueda seguir sirviéndola con la misma entrega y el mismo amor con que lo he
hecho hasta ahora, pero de modo más apto a mi edad y a mis fuerzas”.
“la presencia de
Moisés y Elías, que representan la Ley y los Profetas de la antigua Alianza, es
sumamente significativa: toda la historia de la Alianza está orientada hacia
Él, hacia Cristo, quien realiza un nuevo ‘éxodo’, no hacia la tierra prometida
como en tiempos de Moisés, sino hacia el Cielo”.
“La intervención de
Pedro: ‘¡Maestro, qué bello es estar aquí!’ representa el intento imposible de
demorar tal experiencia mística”.
“en el monte tenía a Cristo como alimento del
alma. ¿Por qué habría tenido que descender para regresar a las fatigas y a los
dolores, mientras allá arriba estaba lleno de sentimientos de santo amor hacia
Dios que le inspiraban, por tanto, una santa conducta?”.
“la primacía de la
oración, sin la cual todo el empeño del apostolado y de la caridad se reduce a
activismo”.
“En la Cuaresma
aprendemos a dar el justo tiempo a la oración, personal y comunitaria, que da
trascendencia a nuestra vida espiritual”.
“la oración no es aislarse del mundo y de sus contradicciones, como en el Tabor
habría querido hacer Pedro, sino que la oración reconduce al camino, a la
acción”.
“la
existencia cristiana consiste en un continuo subir al monte del encuentro con
Dios para después volver a bajar, trayendo el amor y la fuerza que derivan de
éste, a fin de servir a nuestros hermanos y hermanas con el mismo amor de
Dios”.
“la intercesión de la Virgen María, que ella nos ayude a todos a seguir
siempre al Señor Jesús, en la oración y en la caridad activa".
“el Señor me llama
a ‘subir al monte’, a dedicarme aún más a la oración y a la meditación”.
Desde la Soledad del Sagario
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