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Si, Teresa, ve su alma tan pequeña y débil y nos muestra
el camino del abandono a la Misericordia Infinita, solo nos queda analizar que
entendemos por Misericordia, pequeñez y abandono, el alma esta llamada a vivir,
la medida es la Misericordia con nosotros mismos y con los demás. Así el alma
puede descansar en ese amor misericordioso del Padre, como el hijo
prodigo…”Padre he pecado contra el cielo y contra ti, no merezco ser llamado
hijo tuyo”…
Somos débiles, ávidos de la Misericordia de Dios, pero con
la responsabilidad de amar como El nos pide. Amar como decía ella, con Amor
Divino…es cuestión de mirarse con verdadero amor y entregarlo a los demás aun
en nuestras pobrezas…
P. Daniel… solo por hoy
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