DIOS ESTA AQUI
VENID A VERLO… A ESCUCHARLO
imagen de sormaridel |
Es tarde, con paso diligente subía, entre risas y comentarios…con una de
mis hijas espirituales que había llegado
de Estados Unidos…, subíamos apresuradamente
el largo camino del Santuario, no quería llegar tarde a la cita con mi amado
Jesús Eucaristía y mi amantísima Mater. Sentía y sabía en mi corazón que ellos me esperaban con ilusión…para la
Hora de la Misericordia…
Al llegar al Santuario veo con alegría que habían muchas personas… justo en
los primeros bancos varios jóvenes con sus líderes cantando y orando en voz
alta… hermosísimo.
¡Ah, qué bien se está en el Santuario!…lleno de paz, de una cálida acogida…Dios está aquí… su presencia se palpa en ese hermoso silencio elocuente, en esa paz que enternece el alma… en esa ternura que es un derroche de su infinito Amor y que hace que todos sientan un placer, un gusto por quedarse ahí… quietos contemplando y gustando de Dios Hostia… Si las almas supieran… si las almas se dejaran asombrar por las riquezas de la presencia divina y la presencia amorosa de la Mater en un lugar tan pequeño y tan cálidamente celestial como el Santuario de Shoenstatt.
¡Ah, qué bien se está en el Santuario!…lleno de paz, de una cálida acogida…Dios está aquí… su presencia se palpa en ese hermoso silencio elocuente, en esa paz que enternece el alma… en esa ternura que es un derroche de su infinito Amor y que hace que todos sientan un placer, un gusto por quedarse ahí… quietos contemplando y gustando de Dios Hostia… Si las almas supieran… si las almas se dejaran asombrar por las riquezas de la presencia divina y la presencia amorosa de la Mater en un lugar tan pequeño y tan cálidamente celestial como el Santuario de Shoenstatt.
Entramos, ya ubicadas en uno de los espacios libres, arrodilladas ante el
Rey amoroso, tierno y divino, con mi corazón lleno de gratitud y rebozando de
santa alegría me dispuse a iniciar nuestro tierno dialogo de corazón a corazón;
a penas eran las 2:30 de la tarde.
Un joven adulto con guitarra en mano cantaba con la alegría de quien se
sabe amado por Dios, se adivinaba que el corazón se le iba en las palabras y en
la melodía…daba gusto escucharlo.
Luego de unos minutos saboreados entre los cantos y oraciones de los
jóvenes presentes, uno de sus líderes adultos, nos invito a unirnos a ellos en
oración, tomándonos de las manos…como despedida pues ya se retiraban del
Santuario… mi interior se estremeció… “noooo Señor… ¿Cómo va a hacer?”. Mi
respuesta no se hizo esperar… luego de una rápida mirada a Jesús…les hice una
invitación al santo rosario de la Misericordia que iba a iniciarse prontamente.
Ellos accedieron a quedarse Quede tranquila aunque muy dentro de mi alma seguía
una pequeñísima intranquilidad… mientras dialogaba con mi Jesús… le decía que
no podía quedarme así… tenía que hacer algo…sentía… apremiantemente… que tenía
que colocarlos en sus manos divinas…no, no podía dejarlos salir del Santuario
así…
Faltaban escasos minutos para la hora de la Misericordia…me lance con todo
mi corazón siguiendo el impulso del amor. En voz alta les pedí su atención,
inmediatamente se voltearon hacia mí… ¡oh no! esa no era la idea!!... les pedí
que miraran a Jesús mientras me escuchaban…girando sus cabezas elevaron su
mirada hacia Jesús Hostia… pero sentía que les faltaba un poquito más de fe…no,
no estaban realmente convencidos que Dios estaba frente a ellos como para
desbordarse hacia Dios. ¿Por qué imaginaba esto? No lo sé… lo sentía y quería
hacer algo… miraba a Jesús y los miraba a ellos… el tiempo corría… y era
urgente, apremiante actuar…me lance sin dejar de mirar a Jesús Hostia…
Más o menos mis palabras fueron: “Ustedes han venido buscando a Jesús y a
la Mater, han venido a encontrarse con ellos… Dios está aquí, es un Dios vivo,
un Dios realmente presente…” Les hable de la experiencia vivida hacían dos semanas
donde un sábado, un matrimonio y luego el domingo dos jóvenes, los encontré en el Santuario llorando muy
emocionados, todos venían a darle
gracias a Jesús y a la Mater por el milagro que les había concedido. Por sus
lágrimas entendía que el milagro había sido una respuesta a algo grande, muy
importante para ellos. (Me había enterado ante la invitación que les hice de
acompañarme en la Coronilla de la Misericordia, ellos me indicaron las razones
de su presencia y de sus lágrimas.)
Con este ejemplo les indique que iba a quitar la soga que impedía subir al
altar, les invite a subir a la hora de la misericordia, de rodillas frente a
Jesús Hostia, mirándolo a los ojos les hablaran con el corazón. Si no tenían
necesidad de pedirle algo para ellos, recordaran a algún familiar, amigo o
conocido que si necesitaba urgentemente recibir un milagro de amor, Era una oportunidad preciosa no la
desaprovecharan. Pero eso si, les indique que pasaran al altar solo aquellos que
sintieran el deseo de hacerlo, si nadie deseaba no había problemas, pues les
estaba haciendo solo una invitación, eran libres de aceptarla o rechazarla.
Mirando a mi adorado Jesús, de corazón a corazón mis pobres palabras
fueron…”Señor los coloco en las manos inmaculadas, son todos tuyos… yo hago mi
pequeñísima parte… a Ti, mi amado Jesús, te toca el resto…solo te pido no los
dejes salir como entraron”. Confié ciegamente que la Mater se encargaría de
todo…mis torpezas las envolvería en su delicadeza y ternura…no había que temer
ella se encargaría de todo y Jesús haría su parte a su gusto…
La Mater sabía que mi ardiente deseo era convencerlos del hecho
transcendental para sus vidas…que Dios está ahí presente real y verdaderamente…
que los estaba mirando y escuchando,.. Hacerles consiente que había que
aprovechar el momento. No quería que salieran si haber recibido la gracia de
mirar a Jesús a los ojos y hablarles con el corazón… algo que era imposible
para mí de lograr… pero no para la Mater…mi amada Madrecita Celestial…
imagen de sormaridel |
El celular dio la alarma de las 3 de la tarde. Mientras decía en voz alta
en el Nombre del Padre, del Hijo y del E.S., camine hacia el altar, quite la
soga… ¡oh hermosa sorpresa!! Jóvenes y líderes subieron apresuradamente al
altar, eran cuatro jóvenes y tres adultos, todos de rodillas contemplando a Jesús
Hostia, mientras rezábamos el santo rosario… “la Coronilla de la Misericordia”…
las demás personas que habían en el Santuario adorando se unían en una sola voz
y un solo corazón… se sentia un ambiente muy acogedor y una paz irresistible.
Al terminar la Coronilla, bajaron lentamente del altar. Para mi sorpresa
una de las jóvenes estaba bañada en lágrimas. Uno a uno regresó a sus asientos.
Era como si necesitaran unos minutos ante el momento vivido… para tomar fuerzas
y así poder emprender el regreso a sus casas.
La joven seguía llorando, luego de unos minutos, más calmada fueron
retirándose uno a uno, no sin hacer una reverencia a mi amado Jesús…
No les niego que estaba gozosa por el simple hecho de que Jesús tuvo su
oportunidad de tenerlos tan cerca… de que ellos fueron muy dóciles a la
invitación…
imagen de sormaridel |
Mater gracias… mi Jesús gracias… porque sé que no salieron del Santuario
como entraron… gracias por la oportunidad que me concedieron de poder llevarlos
ante su presencia… ¡Oh mi Jesús!!...qué alegría te habrán causado estos jóvenes
y sus líderes. Me regocijo en Ti… en Tu Amor y en Tu Misericordia…Gracias Mater
por tomar en tus manos cada joven y presentarlo a tu Hijos adorado, mi Jesús,
dejándolos en las manos y en el Corazón de Jesús.
Hijitos… ¡qué bueno es Dios...y la Mater! que bueno es contar para todo con
ella, con la Mater todo sale al gusto de Dios…
Desde el Silencio del Sagrario
Porque el amor exige una entrega completa... un dejarse
hacer en manos divina... Hijitos... lo más importante en esta vida es
EL...ayudamos a nuestra familia llevando a los nuestros a amarlo, conocerlo y
vivirlo íntimamente... no hay herencia como esta... no existe la
felicidad fuera de aquí… el dulce Huésped del Sagrario es nuestra única y
verdadera felicidad…
No hay comentarios:
Publicar un comentario