¿SOLOS?
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¿ABANDONADOS POR LA
FAMILIA?
¿QUE HACER ADEMAS
DE LLORAR?
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Esa misma familia si les toca necesitar ayuda de los suyos, son los que
exigen, demandan y pelean por ayuda. Es
el pan diario de tantas familias que se debaten en la necesidad de ayuda, de
apoyo, de descanso…solos y abandonados por los suyos…
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Cuantos matrimonios con hijos en cama, o por el contrario es el esposo o la
esposa con una enfermedad inesperada, o un accidente se ven clavados a la cama…
o es papá o mamá quien por la edad, o la enfermedad esta postrada en cama. Se
queda la hija o el hijo, o el hermano o la hermana, con el corazón destrozado
porque no recibe el alivio que necesita de la familia...aunque solo se les este
pidiendo un día en la semana... o simplemente una hora en la semana… pero ni
eso se puede recibir…
Conozco un buen hijo, que siempre ha vivido con sus padres, quien tiene dos
hermanos, hermana y hermano, y ahora que su
madrecita amada esta postrada en cama, se las ve y se las desea porque
sus hermanos no pueden tener la caridad, el amor y la generosidad, además del
agradecimiento a esa madre y a ese hermano… de venir cuando así el hermano
necesite ayuda.
Sin embargo conozco abuelitos que viven solos, y los hijos no vienen a
ayudarlos. Un caso bien triste fue al visitar con el padre a una anciana
solitaria, abandonada por la familia a vivir en una covacha en el patio cerca
de la casa, sin ventilación, solo la puerta abierta, entre el sucio y los
insectos… en cama sin poderse valer por si misma… porque no había lugar en la
casa. No podía creer lo que veían mis ojos… eso se conoce como “maltrato” en
nuestra sociedad… pero a mí personalmente lo conozco como “hijos sin entrañas”…
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Por el contrario hacen muchos años, una de mis hijas espirituales que
empezábamos a conocernos, me llevo a ver a su abuelita, no había lugar en la
casa, la tenían en una habitación en los bajos, pero muy bien atendida, con
amor, limpieza, dedicación. Donde la familia bajaba todo el tiempo a verla,
estar con ella… era un continuo subir y bajar las escaleras… La abuelita estaba
contenta…se notaba su rostro tranquilo y feliz.. el amor se descubría en los
detalles.
La familia no se da cuenta que la persona a cargo del enfermo o el
envejeciente necesita un momento de desahogo, salir del ambiente, hacer diligencias, o simplemente una visita a
un amigo, un estarse en audiencia con Jesús… un momento para tomar fuerzas y
continuar dando amor a quien esta desvalido y necesitado y a cargo de su
generosidad. Es aquí donde la fe se
prueba en la familia… porque quienes viven el esplendor de la fe son los
primero en decir “presente”…
Admiro estas personas que toman la responsabilidad del ser amado, de esa
hermosa crucecita que Dios les presenta y les entrega con tanta delicadeza y
esperanza divina… Admiro a estas personas que dándolo todo buscan las mil
formas de que el ser amado no sufra el abandono de los suyos… sino por el
contrario siempre están dispuestos a suplir el amor que la familia deja en ese vacío…que
se palpa por la ausencia… ni siquiera una llamada telefónica…un estamos orando
por ustedes… “necesitas algo”…
Llegar a la casa, no como visita
sino como verdadera familia…fijarse qué se necesita y sin decir nada arreglar
lo que este dañando, comprar lo que hace falta… eso se llama caridad y
agradecimiento, solidaridad y apoyo con esa persona que lo está dando todo por
el TODO…pero nos falta el sentido del amor y la mirada de misericordia… y el
sentimiento de servicio a los demás…
Me contaba una buena amiga que en su desahogo por teléfono y llorosa me
decía: “si invito a la familia a cenar en casa… vienen bien contentos… y se van
contentos… pero si los llamo en un momento de urgencia y necesidad apremiante,
no pueden o si vienen, vienen de prisa, con nerviosismo, el rostro desfigurado
y apenas disimulando su mal humor”… así no nos ganamos la felicidad eterna…
¿Qué nos está pasando hijos míos…que nos está pasando? ¿Católicos en teoría… y no en el laboratorio
de la vida diaria...?
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Sin embargo hay que ver estas personas como toman con tanto amor y tanta fe
su responsabilidad y más que responsabilidad su deber de hijo o hija, de esposo
o esposa, de madre o de padre, y aun de abuelo o abuela… dando el todo por el
TODO… porque todo lo hacen con amor y por amor a Dios… y a ese ser querido
indefenso y necesitado…que llevan clavado al corazón.
Ellos se alimentan día a día de la fortaleza que Dios les concede… sus
miradas siempre puestas en Jesús y en la Mater… sus lágrimas solo derramadas en
los brazos de la Mater porque solo Jesús y la Mater les pueden entender… los
demás solo saben decir “llévalo a una institución si no puedes con la carga”…
No hace mucho una de estas personas me decía: “mi alegría es cuidar de mi
hijo invalido. Sé que Dios no nos da una cruz que no podamos llevar en los
hombros… y para mí, más que una cruz, es un privilegio que agradezco día a día
a mi buen Dios, que me ha mirado con tanta ternura y bondad.” Así responde los
verdaderos católicos llenos de Dios y agarrados de la mano de la Mater… porque
Dios vale la pena…porque se sabe agradecer a quien tanto amor nos ha regalado
primero…porque se valoriza la vida humana de los seres queridos… porque se
saben “familia”.
Desde la Soledad del Sagrario
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