Comparto con todos ustedes la carta de San Ignacio de Antioquia, obispo y mártir,
a san Policarpo de Esmirna. (Cap.1, 1-4: Funk 1, 247-249) Fuente: Lectura de las Liturgia de las Hora, Tomo IV, pág. 638-639.
San Ignacio nos presenta como debemos "soportar TODO por Dios... por
amor a Dios... "a fin de que El nos soporte también a nosotros". Es
la base de la Misericordia... si tenemos misericordia con los hermanos... Dios tendrá
Misericordia con nosotros... Si perdonamos a los hermanos... Dios nos perdonara
a nosotros... Podríamos resumirlo en: "Haced a los demás... lo que quieres
que Dios haga contigo"...
He querido subrayar frases y palabras que debemos tener en mayor cuenta.
Saquemos provecho de todo lo que nos toca, a cada uno de nosotros, en el puesto y la vocación
en que estamos…
CARTA DE SAN IGNACIO
DE ANTIOQUIA
Ignacio, por sobrenombre Teóforo, es decir, Portador de Dios, a Policarpo,
obispo de la Iglesia de Esmirna, o más bien, puesto él mismo bajo la vigilancia o episcopado de Dios
Padre y del Señor Jesucristo: mi más cordial saludo. Al comprobar que tu sentir
está de acuerdo con Dios y asentado como sobre roca inconmovible, yo glorifico
en gran manera al Señor por haberme hecho la gracia de ver tu rostro intachable, del que ojala me fuese dado gozar
siempre en Dios. Yo te exhorto, por la gracia de que estas revestido, a que aceleres el paso en tu carrera, y a que
exhortes a todos para que se salven.
Desempeña el cargo que ocupas con toda
diligencia corporal y espiritual. Preocúpate
de que se conserve la concordia,
que es lo mejor que puede existir. Llévalos
a todos sobre ti, como a ti te lleva el Señor. Sopórtalos a todos con espíritu
de caridad, como siempre lo haces Dedícate
continuamente a la oración. Pide mayor
sabiduría de la que tienes. Mantén
alerta tu espíritu, pues el espíritu desconoce el sueño. Háblales a todos al estilo de Dios. Carga
sobre ti, como perfecto atleta, las enfermedades de todos. Donde mayor es el trabajo, allí hay rica
ganancia.
Si solo amas a los buenos discípulos, ningún merito tienes en ello. El merito está en que sometas con
mansedumbre a los más perniciosos. No toda herida se cura con el mismo
emplasto. Los accesos de fiebre cálmalos con aplicaciones húmedas. Se en todas las cosas prudente como la
serpiente, pero sencillo en toda ocasión, como la paloma. Por eso
justamente eres a la vez corporal y espiritual, para que aquellas cosas que
saltan a tu vista las desempeñes
buenamente, y las que no alcanzas a ver
ruegues que te sean manifestadas. De este modo nada te faltara, sino que
abundaras en todo don de la gracia. Los
tiempos requieren de ti que aspires a alcanzar a Dios juntamente con los que
tienes encomendados, como el piloto anhela prósperos vientos, y el
navegante, sorprendido por la tormenta, suspira por el puerto. Se sobrio, como un atleta de Dios. El
premio es la incorrupción y la vida eterna, de cuya existencia también tu estas
convencido. En todo y por todo soy una víctima de expiación por ti, así como mis
cadenas, que tú mismo has besado.
Que no te amedrenten los que se dan aires de hombres dignos de todo crédito
y enseña doctrinas extrañas a la fe.
Por tu parte, mantente firme como un yunque golpeado por el martillo. Es propio de un grande atleta el ser
desollado y, sin embargo, vencer. Pues !cuanto más hemos de soportarlo todo
nosotros por Dios, a fin de que también el nos soporte a nosotros. Se todavía más diligente de lo que eres.
Date cabal cuenta de los tiempos.
Aguarda al que está por encima del tiempo, al intemporal, al invisible, que por
nosotros se hizo visible; al impalpable, al impasible, que por nosotros se hizo
pasible; al que en todas las formas posibles sufrió por nosotros.
Las viudas no han de ser desentendidas. Después del Señor, tú has de ser
quien cuide de ellas. Nada se haga sin tu conocimiento, y tu, por tu parte, hazlo todo contando con Dios, como
efectivamente lo haces. Mantente firme.
Celébrense reuniones con más frecuencias. Búscalos a todos por su nombre. No trates
altivamente a esclavos y esclavas; mas tampoco dejes que se engrían, sino que
traten, para gloria de Dios, de mostrarse mejores servidores, a fin de que
alcancen de él una libertad más excelente.
Desde la Soledad del Sagrario
No hay comentarios:
Publicar un comentario