viernes, 20 de julio de 2012

Venid…venid…ha llegado el Rey… todos quieren tocarlo




El Rey está aquí...venid a adorarlo





El Rey de reyes en medio de su pueblo, caminando entre los suyos… y los suyos han venido a darle honor y gloria…

fotos obtenidas del video
Dios ha venido a estar entre los suyos… y el pueblo se ha desbordado, quiere tocarlo… quiere abrazarlo… quiere besarlo… grandes y pequeños, ricos y pobres, todos quieren tocar al Rey de reyes… al Señor de señores…

Como la hemorroisa… tocarlo para sanar el cuerpo, sanar el alma, sanar la mente, sanar todo lo que esta dañado y enfermo… hay que tocarlo porque Dios está en medio de su pueblo y tiene el poder de curar las heridas volviéndolas sanas y resplandecientes los corazones.

imagenes obtenidas del video
Un Dios que se goza estar con su pueblo… un Dios que se desborda en atenciones, en delicadezas, que abraza, que sostiene, que consuela, que sana, que enaltece al caído, al humilde que corre tras de Él a buscar ayuda, a buscar consuelo, a decirle que “si Él quiere puede ayudarlo”.

Un pueblo que reconoce  públicamente su amor por el Dios con nosotros, por el Dios que tanto nos ama, por el Dios que en su locura de amor se ha quedado como alimento y bebida que sostiene, que fortalece, que sana, que vivifica el alma.

Dios está  en grande…se ha manifestado en todo su esplendor…en el Misterio inefable de la Eucaristía… porque su pueblo le abre las puertas de su corazón de par en par.
imagenes obtenidas del video


Es una noche esplendorosa donde Dios se da a los suyos y los suyos se lanzan a reconocerlo como el único y verdadero Dios dándose en amor, en cantos, en lágrimas, en la alegría de tener a Dios en medio de su pueblo.

Es una noche de fiesta… es una noche de derroche de bendiciones y de gracias… la fuente divina del Corazón de Dios se ha abierto de par en par desbordándose el amor misericordioso sobre los suyos…


imagenes obtenidas del video


¡Bendito sea Dios!!  ¡Alabado y bendecido por su pueblo hoy, mañana y siempre!!

¿Y María? Llena de gozo y alegría contempla a sus hijos que reciben con regocijo y entusiasmo al Dios con nosotros… el Dios del Sagrario… a su Hijo amantísimo, nuestro Señor Jesús.

El Cielo está de fiesta… la alegría del pueblo de Dios trasciende los umbrales de la eternidad… la Iglesia Triunfante se une a la fiesta… porque Dios ha estado grande en medio de su pueblo…



Desde la Soledad del Sagrario

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