El alma que reconoce a
Dios como Padre
no sabe estar fuera del
Corazón del Padre Celestial
Quiero correr a tu encuentro con la alegría y la inocencia de una pequeña niña,
que se alegra con tan solo escuchar tu bendito y adorado nombre… que se
estremece al oír tu dulce y eterna voz…
Quiero sentir la alegría de saberte cercano, intimo a mi corazón de hija...
corazón que languidece... corazón empobrecido por las bagatelas de este mundo.
Quiero correr como cierva veloz a tu encuentro, con los brazos abiertos,
con una amplia sonrisa porque el corazón se desborda en la alegría de verte, de
sentirte cerca muy cerca...
Quiero ir al encuentro porque Tú eres mi Padre... mi Padre adorado que me
ama con locura, mi Padre que vela por mí y no aparta su mirada de mí ni un
instante porque yo soy la niña de sus ojos... la alegría de su corazón... su eterna
esperanza… ¡Oh Papá que yo no te desilusione…
que no te desilusiones de tu pequeña jamás.
Quiero que siempre mi corazón pueda decir sin ánimo de equivocarse: "Mi
Padre y yo somos uno"... somos uno en el amor.. somos uno en la comunión
de vivir el uno para el otro...porque quiero vivir para Él cada segundo de mi
vida… que mis días sean totalmente vividos en Dios y para Dios...porque mi Padre es para mí yo soy para mí Padre…
Mi Padre es para mí y yo soy para mi Padre... la alegría de mi corazón es
saber que mi Padre me ha creado al gusto divino, me ha creado para que descubra
su amor, viva de su amor, me alimente de su amor y sea fiel testigo de su
amor...anunciando a todos que mi Padre es el Amor... el amor de mi Padre manifestado
en su Hijo, mi adorado Jesús,
Jesús nos decía: "Quien me mira ha visto al Padre"... y yo quiero
mirar al Padre, contemplar extasiada el rostro hermoso y bondadoso del Padre...
corro veloz a buscar a Jesús... para contemplar en Él el rostro de mi amado, adorado
y sonado rostro de mi Padre.
En Jesús contemplare y descubriré su mirada, su ternura, su bondad, su
hermoso rostro, luminoso porque en mi imaginación mi Padre tiene rostro aunque
no lo tenga... el rostro de un Padre que brilla en esplendor en el corazón de
su niña, la hijita mas pequeña de su corazón...porque mi corazón necesita mirar
intensamente los ojos de mi Padre y en el silencio elocuente hablarle en esa
mirada... Oh Padre cuanto te amo... cuanto te extraño!!
Al encuentro de mi Padre quiero correr para recibir el abrazo cálido y
amoroso de un Dios que solo sabe amar y dejarse amar por su pequeña...y por sus
hijos mas pequeños... que por ser pequeños necesitan estar bajo la mirada del
Padre…
Dios es mi Padre…
Desde la Soledad del Sagrario
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